Vida Moderna
Oración a San Benito para alejar la envidia, los chismes y las malas energías
Muchas personas realizan oraciones para protegerse de enemigos y malas energías.
Las malas energías, así como el desearle el mal a otra persona, son acciones que se encuentran muy frecuentemente en la actualidad, en medio de una sociedad cada vez más consumista por lo que, tanto los credos alternativos como los tradicionales, realizan llamados de atención constantemente para que la envidia y el orgullo se evite a toda costa.
Es por esto por lo que la Iglesia Católica ha puesto en conocimiento una serie de oraciones que ayudan a fortalecer la protección de los pensamientos, propios y ajenos, relacionados con la envidia y con el coloquial ‘mal de ojo’ de la mano de San Benito de Nursia, quien fue un monje católico fundador de la Orden de los Benedictinos el cual influyó categóricamente en la cotidianidad religiosa en Europa.
San Benito de Nursia es considerado el patrón de Europa, pues era uno de los santos que se levantaba a las 2:00 de la madrugada a rezar los salmos y pasaba horas orando y meditando. Algunas veces acudía a los pueblos con sus monjes a predicar y era muy famoso por su trato amable con todos.
De acuerdo con el portal web Corazones, su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros, además de ser un poderoso exorcista, un don con el que sometía a los espíritus malignos. Por ello, muchos creyentes acuden a San Benito para solicitar su apoyo en oración para ser protegidos del maligno, entre ellos, las envidias y los enemigos.
Oración a San Benito para alejar envidias
“Oh glorioso San Benito, modelo sublime de todas las virtudes, vaso puro de la gracia de Dios.
Heme aquí, humildemente, postrado ante ti. Imploro tu corazón lleno de amor para que intercedas por mí ante el trono divino de Dios.
A ti recurro en todos los peligros que a diario me rodean.
Protégeme contra mis enemigos, contra el maligno enemigo en todas sus formas e inspírame a imitarte en todas las cosas
Que tu bendición esté conmigo siempre, de modo que pueda huir de todo lo que no es agradable a Dios y evitar así las ocasiones de pecado.
Dulcemente, te pido, que me consigas de Dios los favores y gracias de las cuales yo estoy tan necesitado, en las pruebas, en las miserias y en las aflicciones de la vida.
Tu corazón siempre estuvo tan lleno de amor, compasión y misericordia hacia los que estaban afligidos o con problemas de cualquier tipo.
Tú nunca has despedido sin consuelo y asistencia a cualquiera que haya recurrido a ti. Por lo tanto, invoco tu poderosa intercesión, con esperanza y confiado en que tú escucharás mis oraciones y me alcanzarás la gracia especial y favor que tan seriamente te imploro (pedir el favor a recibir), si es para la mayor gloria de Dios y el bien de mi alma.
Ayúdame, Oh gran San Benito, vivir y morir como un hijo fiel de Dios, que sea siempre sumiso a Su santa voluntad, para lograr la felicidad eterna del cielo. Amén.”