Cultura
Oración a San Miguel Arcángel para pedir la protección del cielo
Orar es considerado un acto sagrado en la religión.
La religión, desde tiempos antiguos, ha formado una parte clave en la vida de los seres humanos. Estos cultos han estado permanentemente presentes en la sociedad. Es un conjunto de prácticas a través de las cuales cada persona puede fortalecer su fe y la conexión con el mundo espiritual.
Si bien es importante tener en cuenta las evoluciones previamente mencionadas, se debe resaltar que las religiones mantienen sus bases a partir de la devoción en una deidad en concreto, además de un soporte basado en escrituras sagradas, las cuales expresan elementos primordiales y fundamentales de acuerdo con cada culto.
Las religiones cristiana y católica poseen una mayor cantidad de creyentes a nivel mundial. Para estas, la Biblia es reconocida como sus escrituras sagradas. Es un conjunto de libros canónicos, dentro de los cuales se expresan distintas vivencias de Dios en la Tierra, así como su papel en la sociedad frente a quienes practican estos dogmas.
A partir de esto, es importante mencionar que en la Biblia existen otras figuras de culto en concreto, las cuales reciben cierta devoción, buscando ciertos fines u objetivos puntuales, como puede ser el caso de San Miguel Arcángel.
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Este es uno de los arcángeles encargados de la protección del ser humano, tanto en el plano terrenal como espiritual, así como de brindarles ciertos cuidados concretos a sus creyentes, por lo que existen algunos practicantes de esta religión que sienten gran devoción por esta figura.
Ante esto, con el fin de recibir ciertos beneficios, así como de demostrar devoción por él, presentamos la oración a San Miguel Arcángel.
¿Cuál es esta oración?
“Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente, te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección, adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad, Amén.”
De esta manera, se recomienda rezar esta oración con total devoción y sinceridad, para así poder recibir la protección de este arcángel, la cual para los religiosos puede llegar a ser vital, a la hora de afrontar su vida cotidiana.