Cultura
Oración al Señor de los Milagros para peticiones difíciles
Para los católicos es importante es tener fe en las palabras dedicadas a Dios.
Orar, según la Real Academia Española, es dirigirse con palabras y pensamientos a una divinidad o persona sagrada, con la intención de hacer algunas súplicas. Es el acto de hablar con Dios u otros seres en los que se cree, generando una conexión energética religiosa.
Muchos seres humanos suelen recurrir a este medio para conectarse con Dios, según la Iglesia católica, y así dialogar con él cuando se pasa por situaciones de sufrimiento o felicidad. En estos instantes de charla, se pueden presentar ruegos, pensamientos o anhelos de todo tipo, llevando a más de uno a agradecer lo que recibe en su vida.
Las personas más devotas suelen depositar su confianza en las oraciones, las cuales hacen que haya alivio y tranquilidad interna en momentos turbulentos que se pueden presentar en el día a día. Algunos recurren a imágenes religiosas, tal y como es el caso del Señor de los Milagros.
Oración al Señor de los Milagros para los momentos difíciles
Oh, mi amadísimo Señor de los Milagros, acudo ante tu sagrada imagen con fervor, con toda mi fe y confianza, con certeza en ti, para invocar tu muy milagrosa ayuda; me trae hasta tus pies el amor que te profeso y lo mucho que te agradezco tu gloriosa redención, y para pedirte que no me dejes solo-a ahora que sufro por tantas adversidades, por tantas penalidades como hay en mi vida, que me causan gran dolor y honda preocupación.
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Yo creo que tú eres Dios, como lo es el padre y lo es el Espíritu Santo. Creo que eres también hombre verdadero y fuente de vida y que, de tu plenitud, los hombres recibimos todas las gracias y favores.
Tú, que por suma e indecible bondad y para darnos una prueba de vuestro infinito amor, después de haber padecido los más crueles tormentos y haber derramado vuestra preciosa sangre en rescate por nuestras culpas y pecados, habéis querido morir en la cruz, para ganar nuestro amor, dirige hacia nosotros una mirada de compasión, perdona las fallas que hemos cometido y escucha benigno nuestras súplicas.
Solo tú, mi Dios, solo tú, puedes atender y remediar mis muchas y grandes necesidades y problemas y aliviarme de tantas penas y dolores como padezco en este valle de llanto y del dolor. Solo tú, mi amado Señor de los Milagros, puedes recibirme y darme solución urgente para esta gran necesidad que me aflige y que me resulta imposible de solucionar, aunque lo intento, por mis débiles medios, por ello la deposito ante tus pies divinos y te pido humildemente me auxilies con tu infinita misericordia, con tu generosa mano y me concedas lo que con toda esperanza solicito.
Aquí es donde se debe decir lo que se necesita y desea con todo el corazón.
Confío en tu bondad y generosidad, y sabiendo los muchos milagros que has obrado en beneficio de los que, como yo acudimos a tus plantas, te ruego, extiende tu mano poderosa y concédeme ayuda en lo que he solicitado desde lo más íntimo de mi ser.
Te lo pido por los méritos de tu madre dolorosa, cuya intercesión no puedes desatender, pues es madre nuestra y auxiliadora de los hombres, haz, señor mío, que vea cumplido cuanto pido en esta oración y que me hacen tanta falta para tener paz.
Te amo, te alabo, te venero, te glorifico y quiero amarte cada día más. Mi buen Señor de los Milagros, mi Cristo amado, mi maestro y buen pastor, por tu preciosa sangre, por tu cruz y tu pasión, no me niegues tu clemencia aquí en la tierra, y cuando llegue el momento, llévame de tu mano hasta el cielo venturoso. Así sea.