En la actualidad, muchas mujeres y hombres sienten que tiene ‘vocación’ al matrimonio, no obstante aún no han encontrado a esa persona con la que han de forjar su plan de vida en pareja, sin embargo, se encuentran en la permanente espera, rogando a Dios que les regale una persona ‘santa’ con quien formar un hogar.

Valores como la paciencia, sabiduría, liderazgo, y fidelidad, y prudencia, propias de personajes bíblicos como San José, marcan en muchos espacios algunos de los anhelos de quienes aún esperan por la llegada de la ‘persona ideal’, mientras que también avanzan en convertirse en esa misma persona por la que espera y ora otra persona.

En ese sentido, en medio del reavivar de la fe en algunos círculos de jóvenes creyentes, se ha popularizado una oración a través de la que estos han comenzado, incluso antes de conocer a la pareja que esperan, a orar por ella, no solo para pedir que esta sea la ‘persona deseada’, sino para que esa persona que Dios tiene para ellos, esté creciendo y moldeándose en la horma de la pareja que Dios les tiene destinado.

Las oraciones en familia son poderosas porque se unen varias personas en pro del mismo sentir. | Foto: El País

Así, en momentos en que el debate por los nuevos modelos de familia está en boga, algunos sectores tradicionales han seguido intentando posicionar y mantener el modelo clásico de familia, al modelo de ‘Jesús, María y José”; la sagrada familia.

En esta oración, popularizada en jóvenes devotos, también se aboga por la llegada de una persona creyente que se rija por las mismas creencias de quien eleva la oración, como una garantía de tener a Dios como eje.

Algunas personas oran por ayuda para encontrar a una persona que comparta sus creencias y cumpla con una serie de valores considerados tradicionalmente como factores de éxito para una pareja, como la fidelidad. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Esta es la oración, muchas veces empleada como antelación para ritos como el rezo de novenas específicas que abogan por el mismo fin: ‘una pareja’

Señor Jesús, quiero darte gracias por llamarme cada día a tu presencia,

por haberme regalado la vocación al matrimonio

y por darme el ejemplo perfecto de la familia de tus sueños

en la humilde y santa familia de Nazaret.

Consciente de mi pequeñez hoy vengo a ti como todos los días

a declararte mi amor y a darte gracias por el auxilio que le das a mi alma en María.

Quiero ser como ella, tener sus ojos, su mirada, sus palabras y su corazón

para así poder perfeccionarme en el amor hasta llegar a la santidad.

Me hiciste para el amor y en mi corazón tu voluntad ha infundido el deseo de ser santa en la familia,

conocer un hombre que anhele la santidad

y cumplir tu plan de amor en nosotros,

por lo que te pido que Tú mismo seas quien lo forme

con las virtudes necesarias para cuidar tu sagrado plan y juntos ir al cielo.

Aún no sé con certeza quién es él,

pero te ofrezco mis obras y oraciones por la santidad de mi futuro esposo

y por su salud física y emocional.

Amén.

La oración es usada por hombres y mujeres a la espera de 'su persona indicada' | Foto: Kathrin Ziegler