Oración para pedir por la salud de un niño enfermo

La oración es un encuentro con Dios que le permite a las personas conectarse de una forma íntima con el Señor para agradecer o hacer algún tipo de peticiones. De hecho, una de las súplicas que muchas personas hacer es por la salud de las personas, en especial, de los niños que están enfermos.

Por ello, el portal web Reza Conmigo da a conocer una poderosa oración que se puede hacer para pedir por la sanidad de un niño que enfrenta alguna enfermedad. También se relacionan poderosos versículos que se puede clamar en medio de esta oración.

Oración por la salud de un niño enfermo

“Señor, tú invitaste a los niños a ir hacia ti para imponer sobre ellos tus manos y bendecirlos. Extiende, Señor, tu mano sobre este niño para aliviar su dolor, para librarlo de su enfermedad. Que nosotros sepamos cuidarlo con toda atención y diligencia. Que tu misericordia le devuelva la salud del cuerpo y del alma a fin de que pueda amarte siempre y con corazón agradecido pueda amar y servir siempre a su prójimo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”

Al finalizar esta oración es importante rezar un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.

Versículos bíblicos para la sanación

Los fieles creyentes señalan que la palabra de Dios enseña a que Dios es el único salvador y sanador de las enfermedades, y por medio de versículos bíblicos se da a conocer bienaventuranzas que aluden a la sanación de una persona:

Isaías 53:5

“Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

Oseas 14:4

“Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos”.

Marcos 10:46-47

“Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó, él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí”

Juan 6:35

“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.

Salmos 30:2

“Jehová Dios mío, A ti clamé, y me sanaste”.