Cultura
Oración para que una persona indeseada se vaya de su casa
Los creyentes consideran al santo que se le debe orar como el protector de los mendigos o del mal.
San Alejo de Roma, quien fue hijo único de unos padres que esperaban que se casara para que continuara con su linaje familiar, es considerado por los creyentes católicos como el “protector de los mendigos o del mal”, según el periódico mexicano Excelsior.
A su vez, los feligreses elevan sus oraciones y súplicas a este santo, ya que a él se le atribuyen las posibilidades de alejar a las personas que son malas influencias para otros, evitando problemas y complicaciones que puedan surgir a partir de sus decisiones o acciones.
Según los creyentes, San Alejo no solo es “identificado como el santo de los mendigos o de las personas de la calle”, sino además como el santo “que ayuda a alejar a las personas que son una influencia negativa”.
La fuente citada recomendó una oración de San Alejo de Roma para elevar ante la necesidad de alejar esas personas negativas, con el fin de ahuyentar las tentaciones e influencias que no suman ni aportan nada edificante a la vida de otros, y así buscar mantenerse fiel y firme.
Tendencias
Oración para alejar a una persona indeseada
¡Oh, glorioso San Alejo Santo bienaventurado! Siervo fiel, piadoso y bueno que estás en la gloria gozando de Dios, alcánzame el favor de alejarme de todo mal.
San Alejo Bendito, tú que tienes el poder de alejar todo lo malo que rodea a los siervos del Señor, haz que sea invisible para mis enemigos; tú que encontraste favor ante María, aléjame de Satanás, aléjame del enemigo, del mentiroso, del traidor y del dañino, del que siembra cizaña a mi alrededor, del que con maldades, magias, conjuros o hechicerías me quiere atar, embrujar y mi vida perjudicar; líbrame de las malas lenguas, de los chismes, difamaciones e intrigas, de todo aquel que quiere verme rendido y hundido.
Aléjame de la envidia, del mal de ojo y la injusticia, aléjame de los celos y el rencor, de la infidelidad, la traición, el rechazo y la soledad, escóndeme donde no me puedan encontrarlos que quieren causar mi perdición.
¡Oh Glorioso san Alejo!, llamado “el Hombre de Dios” acércame a Jesús y a María, para que con sus Divinas Bondades me cubran con todos sus bienes, y me concedan la gracia que con humildad solicito: San Alejo bendito: por la Santísima Virgen María, por su amado Hijo Jesucristo y por la gracia del Espíritu Santo, ten piedad de mí y no desoigas mi pedido. Amén.