TEMPORADA
La ópera se toma Bogotá
Este mes se presentan dos grandes óperas en la ciudad: ‘Otello’ y ‘Orfeo y Eurídice’. Aunque varias instituciones le apuestan a este género y cada vez tiene más adeptos, su crecimiento aún no es suficiente.
Giuseppe Verdi, el compositor más influyente de la ópera italiana, sorprendió al público en 1887 con la adaptación de Otello, una de las piezas teatrales más importantes del dramaturgo William Shakespeare. Llevaba 16 años retirado luego de hacer Aída y había decidido no dedicarse más a la ópera, pero la importancia del proyecto lo convenció de volver a intentarlo.
Valió la pena. Verdi, en su mejor momento creativo, transformó la historia del escritor inglés en una ópera de cuatro actos, con una orquesta que no solo acompaña al canto, sino que está al servicio de la historia e interviene en la acción: toda una innovación para la época.
Justamente, la historia de Otello, el general al servicio de la República de Venecia y gobernador de Chipre que asfixia a su amada Desdémona luego de una intriga de su alferéz Jago, celoso por el hecho de que no lo nombrara capitán de la Armada, se convirtió en una obra que trascendió las barreras del tiempo y que aún hoy sigue vigente.
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Tanto es así que la obra se presentará a finales de este mes en el histórico Teatro Colón de Bogotá. La propuesta de traerla a Colombia fue de Francisco Vergara, exdirector de la Ópera de Colombia, apoyado por el Ministerio de Cultura, la Orquesta Nacional Sinfónica de Colombia y el Teatro Colón.
El montaje contará con cerca de 200 personas entre protagonistas, bailarines, asistentes, productores, miembros de la Orquesta Sinfónica Nacional y el Coro de la Ópera de Colombia. Además, el encargado de organizar y sincronizar el trabajo es el director alemán Willy Decker, famoso por dirigir varias obras de Verdi en el Metropolitan Opera House de Nueva York, uno de los grandes espacios del género, y quien ya montó esta misma obra en Barcelona.
El trabajo es tan arduo que el escenario se construye desde hace más de un mes y el montaje, que comenzó el 1 de junio, cuenta con la colaboración de 100 personas. Además, aunque no existe una cifra exacta de cuánto fue la inversión total, según expertos consultados por SEMANA, una obra de este nivel puede costar alrededor de 600 millones de pesos.
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La opera de Verdi estará en el país desde el 21 de junio hasta el 1 de julio y se presentará casi en simultáneo con otra creación histórica: Orfeo y Eurídice, que estará en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, entre el 13 y el 14 de este mes.
Orfeo y Eurídice, escrita por el alemán Christoph Willibald von Gluck, estará a cargo del argentino Alejandro Chacón, actual director artístico de la Ópera de Colombia. Además, participarán la Orquesta Filarmónica de Cali, el Coro de la Ópera de Colombia y el Colegio del Cuerpo de Cartagena.
Su historia no es menos apasionante. Gluck publicó la obra en 1762, cuando se mudó a Francia gracias a María Antonieta, la esposa del rey Luis XVI. Allí tuvo que traducir la composición original, escrita en alemán. La historia se centra en Orfeo, un joven de la mitología que seducía con sus cantos acompañados de la lira. De hecho, el canto para el papel de Orfeo era tan exigente para un hombre que el compositor francés Héctor Berlioz, quien conocía todo el trabajo de Gluck, cambió la versión para un alto femenino. Desde ese momento, casi se volvió ley. Y en Colombia no será la excepción: lo interpretará la mezzosoprano italiana Paola Gardina.
La presencia de dos obras de gran envergadura, casi al mismo tiempo, es una muestra del buen momento por el que atraviesa la ópera en Colombia. De acuerdo con Chacón, cada vez más gente asiste a los espectáculos y el público se ha diversificado: “Antes eran personas mayores entre estratos medios y altos pero ahora veo que hay más personas jóvenes y de todas las condiciones sociales”.
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René Coronado -subdirector de la Ópera de Colombia, institución que desde hace 30 años impulsa este género en el país-, cuenta que el número de asistentes sube, aunque no al ritmo deseado: “No alcanza a ser un crecimiento de dos dígitos, pero sí hay un fenómeno interesante: la oferta aumentó sobre todo en Bogotá y el público tiene una cartelera variada durante el año”.
Y mucho tiene que ver con estrategias que teatros e instituciones han ideado para cautivar al público. El Teatro Mayor, por ejemplo, ofrece una promoción de 2x1 para las personas menores de 25 años y el rango de precios de las entradas, para ver una obra como Otelo, está entre 40.000 y 230.000 pesos.
Orfeo y Eurídice, de hecho, hace parte de la apuesta que desde hace siete años desarrolla el Teatro Mayor por las producciones líricas. Cada año realiza entre dos o tres espectáculos de ópera, algunas veces asociándose con los escenarios más importantes del mundo.
Además, la ópera no solo ha estado presente en los teatros, sino también en el cine. En 2009, Cine Colombia provocó un gran revuelo en el país presentando en sus salas óperas que están hechas para proyectarse en la pantalla grande. Desde entonces, se exhiben entre 12 y 14 obras al año y tienen entre sus planes hacer lo mismo con zarzuelas. En cada temporada (que va de octubre a mayo) los teatros tienen una asistencia promedio de 25.000 personas.
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Pero a pesar de los esfuerzos y de que actividades culturales como el Festival Ópera al Parque y la temporada de ópera que organiza cada año la Ópera de Colombia han acercado a más personas al género, varios expertos creen que aún hace falta más. “La ópera en Colombia no levanta cabeza desde hace 20 años –opina Emilio Sanmiguel, crítico musical de SEMANA–. Prefieren gastar plata en montajes internacionales que apostarle al talento nacional”. Algunos, además, creen que aún hace falta más apoyo de instituciones privadas y acercar el tema a las regiones, pues todo está muy concentrado en Bogotá.
Sin embargo, que los bogotanos puedan disfrutar casi al mismo tiempo de dos obras de gran envergadura muestra que algo se está haciendo bien. Producir óperas es difícil y costoso, pero no se puede perder el impulso de acercar cada vez más gente a estos espectáculos.