Crónicas de rock

Paul McCartney hechizó con su magia a Bogotá en un supremo reencuentro y una grandiosa despedida

Un Estadio El Campín lleno y afinado acompañó al ex Beatle en otra noche para el recuerdo. La brillante sencillez humana del británico, la gracia de su banda, la impresionante producción y un recorrido de 60 años de canciones que cambiaron la historia impulsaron la experiencia.

Alejandro Pérez Echeverry * Esteban Vega La-Rotta
2 de noviembre de 2024
Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Sublimes fueron Paul McCartney, su banda, su producción y su público, en el Estadio El Campín de Bogotá, la noche del 1 de noviembre de 2024. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Dijo “Hasta la próxima”, pero sabemos que no habrá próxima. Esto fue lo que fue, un rotundo y majestuoso reencuentro en el caso de muchos (4.579 días después de su primera visita a Bogotá), un primer encuentro inolvidable en el caso de otros, como yo, y una despedida en el caso de todos los afortunados allí presentes.

Pero no fue triste, todo lo contrario. Nadie sale con quejas de un concierto tan hermoso y emocional, tan positivo y profundo en el viaje de vida y remembranza que propone. Sí, uno se puede quejar de algo, de la salida demasiado apretada (demasiado), pero lo que perdura es el conciertazo increíble que sucedió (uno que, como se esperaba, da inmejorable inicio a un inédito noviembre rockero en Bogotá).

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Lleno de gracia, humor y agradecimiento por el recibimiento de la gente, McCartney se prueba una figura mayúscula. Y se entiende por qué une a públicos de distintas generaciones hace sesenta años. | Foto: Esteban Vega La-Rotta
Desde lo masivo de su entrega, Abe Laboriel Jr. es quizá la segunda figura detrás de McCartney en este magno evento musical.

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Desde lo masivo y absoluto de su entrega, el baterista y 'showman' Abe Laboriel Jr. es quizá la segunda figura detrás de McCartney en este magno evento musical. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Es imponente lo que ofrece Paul McCartney, desde la sencillez y humor de su carácter y los muchos matices de música que deja en dos horas y media de concierto. Hubo rock’n’roll, soul, folk, hubo sonidos de los sesentas, setentas, ochentas y noventas, con las fronteras entre épocas difuminadas y cohesionadas a la vez por su sonido y sus progresiones tan particulares.

Y tocando “In Spite of All the Danger”, la primera canción que grabaron los jóvenes de Liverpool, cuando todavía se hacían llamar The Quarry Men, llevó la máquina del tiempo a los orígenes de tanto en la música... Y lanzando temas como “New”, una de sus muchísimas composiciones originales, compartió a lo que suena la alegría. Personalmente, disfruté mucho de “Let Me Roll It” y sus inconfundibles guitarras bizarras y giros.

Detrás de McCartney, navegando esa experiencia emocional con él, hay una banda robusta comandada por Wix Wickens en los teclados, con guitarras increíbles de Rusty Anderson y Brian Ray, y ese baterista showman que es Abe Laboriel Jr. (que hasta danza contemporánea regaló en un punto). Además sumó un conjunto de metales y coros que añadieron tonos necesarios y emocionantes. En la tarima se fusiona una amalgama musical vibrante, a la altura del repertorio que escoge su titiritero hechicero.

Aquí, la banda completa: Wix Wickens, Rusty Anderson, Paul McCartney
Abe Laboriel Jr. y Brian Ray.

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
La banda completa, con el hechicero en el medio: Wix Wickens, Rusty Anderson, Paul McCartney; Abe Laboriel Jr. y Brian Ray. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Y uno, como público, navega la noche de la mano de Paul, con su bajo Höfner, con su piano, con su(s) guitarra(s), con su voz, como le viene en gana, sacando piezas de un repertorio inagotable que él ha ido armando y que a nadie deja triste o inconforme. Ni siquiera a sus seguidores más exigentes. Al respecto, dijeron algunos, con la absoluta verdad, que solo Sir Paul McCartney se da el lujo de no tocar “Yesterday”, quizá la más versionada de sus canciones, y sigue siendo adorado sin pestañeo o duda alguna.

Sobre la onda que prevaleció en la noche, además de miles de comentarios fantásticos provenientes de las cuatro generaciones que reunió este concierto (sobre las lágrimas felices que esta música produce a tantos), me quedó tatuado un momento inesperado de capitalismo sensible. Mientras McCartney empezaba a tocar la hermosa “Blackbird”, la chica que vendía bebidas supo decir “Agüita para este momento, ¡Woo!”. Le salió del corazón y le sonó precioso, tal y como le sonó a Paul esa sublime canción. Esa chica trabajó (como todo el crew en el concierto y logística) en hacer feliz a la gente, tanto como Macca. Hubo mucha dulzura, anoche, sin empalagos. A ese tipo de vibra nos sumamos más de 32 mil personas según el reporte oficial.

Y esa canción y muchas otras fueron más de lo que uno podía imaginar, porque las almas en ese estadio la cantaron precioso. Y es que, recalcamos, la gente complementó a McCartney, ¡y de qué manera! Elevó la experiencia. Bogotá se ganó su aplauso esta noche, por su voz común intergeneracional (”Blaaaackbird, Flyyyy” / “You’re asking me will my love grow... I don’t knowwwww, IIIII don’t know!”). Se lo ganó por su entrega, su afinada respuesta y también por la sorpresa que le preparó al artista dividiendo coordinadamente las tribunas en los colores de la bandera colombiana (en un esfuerzo que el ícono vivo supo agradecer).

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
McCartney rindió homenajes a John Lennon (con quien también, por la magia del siglo XXI, cantó a dueto) y a George Harrison, a quien agradeció por la hermosa 'Something'. | Foto: Esteban Vega La-Rotta
Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
El esfuerzo de producción es notable, con una hermosa paleta de luces, con picos galácticos y sorpresas impactantes. La sorpresa y asombro se quedó en el público presente, que sintió en el cuerpo los estallidos coordinar con la música. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Para esta nota hablé con el mayor fanático y conocedor de The Beatles y de McCartney que conozco, Leonardo Niño, periodista que trabajó en esta casa editorial y que tampoco concibe una vida sin música (mucho menos sin música Beatle) y que estuvo en ese abril de 2012. Con él contrastamos que dos tercios de las canciones del concierto de 2012 sonaron en este. Le pregunté. ¿Importó? ¿Lo hizo mejor? ¿Peor? Esas categorías se borran. Lo que sea que escoja compartir Paul será lo correcto. Niño me dio una lista de unas veinte canciones de The Beatles que hubiera querido escuchar y otras diez de su carrera en solitario que también tenía en la mira y, sin embargo, no le cambiaría nada al concierto (a ninguno de los dos que en esta ciudad dio su ídolo).

En este punto, se hace necesario hablar de la producción. Una que con mucha fluidez, entre muchos detalles (como una hermosa paleta de colores de iluminación y unos videos hermosos), de pronto nos presentó a un Paul casi que flotando en el espacio sideral, para devolverlo entonces a la tierra. Y luego, en “Live and Let Die”, hizo recordar la Obertura 1812 de Chaikovski con una impactante seguidilla de cañonazos bailables y un clímax inédito. No recuerdo haber presenciado antes una alternancia entre música y pirotecnia tan sostenida, a tal nivel, para tal efecto. Fue impactante y dejó más de una boca abierta (yo aún no lo proceso del todo).

Justo 60 años después de vivir el pico de Beatlemanía, en 1964, cuando The Beatles lanzaron su primera película A Hard Day’s Night, McCartney abrió con esa canción. Nada fue librado a la suerte anoche. En su tierno español, le dijo a Bogotá, “Ustedes son lo máximo” mientras todo un estadio pensaba lo mismo de él y de su combo.

Y es que hay algo sobre vivir sonidos de toda una vida en tiempo real. Ponen la piel de gallina, la armónica en “Love Me Do”, ESA guitarra de “A Hard Day’s Night” (*inserte aquí sus momentos). Esta experiencia activa cajones de la memoria casi primitivos, y esa es la medida incontestable de su profundidad. Escuchando estas canciones usted es niño, adolescente, temprano adulto, adulto y adulto mayor. Usted volvió a nacer y a vivir su vida, y no se dio cuenta.

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Glorioso, Paul McCartney no se tiñe las canas a los 82 años porque con actitud demuestra su verdadera edad. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Mientras cantaba y sentía en cada una de mis articulaciones la parte final de “Hey Jude”, como había soñado cantarla toda mi vida (algo que ratifiqué felizmente mientras sucedía), el impacto de la genialidad artística y musical de esta figura mayúscula fue sobrecogedor. A veces tenemos la suerte de que haya un mañana, a veces no, pero si lo hay, ojalá que sea con música genial que está por encima de horas y días, que se mide en vidas.

Mientras tanto, agradeciendo a Paul McCartney, a Leonardo Niño por contagiarme de beatlemanía desde que lo conozco y a quienes hicieron esta magna noche posible, recordamos que “Li lililili fe goes on”, y que hay que vivir y dejar morir para estallar.

1. A Hard Day’s Night

2. Junior’s Farm

3. Letting Go

4. Drive My Car

5. Got to Get You Into My Life

6. Come On to Me

7. Let Me Roll It (con extra sabor, un homenaje a “Foxy Lady” Jimi Hendrix).

8. Getting Better

9. Let ‘Em In

10. My Valentine

11. Nineteen Hundred and Eighty-Five

12. Maybe I’m Amazed

13. I’ve Just Seen a Face

14. In Spite of All the Danger

15. Love Me Do

16. Dance Tonight

17. Blackbird

18. Here Today

19. Now and Then

20. New

21. Lady Madonna

22. Jet

23. Being for the Benefit of Mr. Kite!

24. Something

25. Ob-La-Di, Ob-La-Da

26. Band on the Run

27. Get Back

28. Let It Be

29. Live and Let Die

30. Hey Jude

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Paul McCartney se puso metalero durante 'Helter Skelter' y se lo agradecemos. Todo sucedió en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

Encore

31. I’ve Got a Feeling

32. Birthday

33. Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (Reprise)

34. Helter Skelter

35. Golden Slumbers

36. Carry That Weight

37. The End

Notas

*¿Fue la última vez en el país de McCartney? Solo un milagro cambiaría esa historia, y ¿quién se atreve a descartar un milagro?

*El paso del tiempo se ve en su aspecto, porque 82 años son bastantes años. Tener un ícono que no se esconda del paso del tiempo es privilegio, porque, además, con energía y música dice qué edad tiene realmente. En resumen, sería fantástico llegar a los 82 así. Felicitaciones a quien lo consiga.

*No es concierto de Paul sin homenajes emocionantes a sus colegas Beatles, con material de archivo fotográfico precioso en Full HD. Le agradeció a George Harrison por “Something” y a John Lennon le dedicó “Here Today”.

*El EVENTO tuvo lugar en el marco del Got Back Tour, que empezó a finales de 2022 y ahora lo ve ahora ir a Costa Rica a hacer muy feliz a esa gente. De lo más especial de la gira es “I’ve Got A Feeling”, que presenta a Paul en dueto con John Lennon, acompañados de imágenes del documental de Peter Jackson.

*Paul dio muestras de seguir un buen libreto en español. Le habló a las mamacitas y a los papacitos, le habló a los rolos, y cerró la clase majestuosamente soltando un “¡Qué chimba!” hacia el final de su presentación. La CH lo terminó de graduar con honores.

*Mientras interpreta la canción “My Valentine”, que escribió para su mujer Nancy Shevell (presente en la gira), en la pantalla aparecen Johnny Depp y Natalie Portman. Esos videos lo acompañan, en esa canción, en giras, desde 2012, cuando Depp aún era rey del mundo. El que sigan así de vigentes en su set parece ser muestra de que Paul es fiel a sus amigos independientemente de sus torbellinos.

Paul McCartney en el Estadio El Campín de Bogotá, el 1 de noviembre de 2024. Fotos: Esteban Vega La-Rotta.
Y entonces, Paul McCartney dijo "¡Qué chimba!", y se graduó con honores en rolo... | Foto: Esteban Vega La-Rotta

*Ver a un colega con una chaqueta de Shock nos recordó la paradoja de vivir una escena musical en expansión con medios de comunicación que desaparecen de un día para otro. Aunque poco importe lo que desde aquí se pueda decir, fuerza para los directa (ellos) e indirectamente (todos) afectados por esa decisión y todo el apoyo a sus próximos proyectos.

*¿Qué estabas pensando en 2017, Medellín?