Reseña musical
Paula van Hissenhoven encuentra su voz en ‘Quién soy (lado A)’, su primer álbum solista
La música, psicóloga, y pianista de Aterciopelados presenta una visión intimista en clave de electro pop sobre su sensibilidad, la vida de gira y las relaciones interpersonales.
Desde hace algún tiempo, Paula van Hissenhoven se ha convertido en una parte importante de la música hecha en Colombia. Primero, la música y psicóloga bogotana empezó a girar con Esteman durante la gira internacional de Caótica belleza y, luego y a partir de 2017, se ha calibrado en medio de pesos pesados como tecladista de Aterciopelados. Ese mismo año, la colombiana empezó a presentar su proyecto solista con “When the Music Starts Playing”, sencillo que le permitió hacerse un nombre en el circuito de artistas independientes nacionales. Influenciada por importantes voces femeninas, van Hissenhoven empezó a moverse con sus sencillos desde 2018, mismos que hacen ahora parte de su primer álbum solista Quién soy (lado A), estrenado hace algunos días.
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Esta opera prima de ocho canciones es una reflexión intimista de los muchos aspectos que hacen parte de la personalidad de la artista, pero podría resumirse en tres ejes centrales que le dan coherencia y redondez: van Hissenhoven como artista, van Hissenhoven consigo misma y van Hissenhoven en relación con los demás. Con una fuerte carga de pop electrónico y bebiendo de las muchas vertientes del indie pop global, van Hissenhoven reflexiona sobre las vicisitudes que supone la vida en la gira (“Jetlag”), sobre sus afectos personales (“Barcelona”, “Volver”) o sobre las dificultades que se presentan en medio del idilio romántico, aterrizando las narrativas de Occidente para que se ajusten ahora al ritmo convulso del mundo contemporáneo (“Paredes invisibles”, “Así es mejor”). El resultado es un documento de pop sofisticado que coquetea con los lenguajes del new wave inglés en “Paredes invisibles” o con el R&B de los 2000 en “Así es mejor”. Incluso, hay densas programaciones de experimentación electrónica en “Vuelta atrás”.
Quién soy (lado A), un álbum que se tomó su tiempo en gestarse, no busca con su sonido el triunfo sobre el algoritmo y no juega con las fórmulas del mercado. Se presenta como un testimonio musical que será relevante durante años. Uno de sus aspectos más emocionantes es escuchar que van Hissenhoven entiende lo que precisa cada corte. Una ingeniería minimalista, Paula sostiene su trabajo en elementos definidos que no abruman por su acumulación y hace una experiencia inmersiva de cada una de sus reflexiones. Esto, aunado a su sensibilidad poética, hacen de Quién soy (lado A) una joya alternativa. El trabajo además goza de una producción impecable, en la cual participó la artista, a cargo de Sergio González y Julián Bernal, con quien van Hissenhoven trabajó brevemente en Esteman. La atención al detalle es minuciosa, casi obsesiva. Por eso el álbum marcha de inicio a fin con un color diferencial y una delicadeza propia, elegante y frágil.
Quién soy (lado A) está hecho de reflexiones íntimas de van Hissenhoven, y crea una ventana de cristales limpios a la sensibilidad de una artista intrigante y elocuente. Su música no está hecha para las discotecas, más bien llega como un sosiego que puede acompañar un domingo de reflexiones y una bebida caliente. En últimas, este trabajo discográfico es un esfuerzo lleno de detalles brillantes en la programación y una mezcla que alumbra sombras en días difíciles con su tímido carisma y tierna calidez.
Estas canciones también recuerdan que, a veces, grandes canciones favoritas se esconden bajo el rótulo de lo independiente. Paula van Hissenhoven es presente y, a la vez, una promesa que proyecta un futuro luminoso para la música en Colombia y su carrera solista.