Cine
Relaciones peligrosas
La última película de Stephen Frears es una obra maestra de intriga y seducción.
En la novela "Las relaciones peligrosas", clásico de Choderlos de Lacios, uno de los personajes se formula este pensamiento: "Si la persona que mata con cuchillo es ajusticiada de igual manera, a quien destruye mediante el sexo ¿qué castigo debe serle impuesto? ¿Debe ser torturado hasta el espasmo?".
Algo de esa actitud inmoral se respira en la película del mismo nombre, que ganó tres Oscares y fue dirigida por un auténtico rebelde, el británico Stephen Frears, quien hace dos años impresionó a todos incluyendo a la princesa Ana que se negó a mirar la película en "Cannes" con su versión de "Abrete de orejas", sobre los últimos días del dramaturgo, británico también, Joe Orton. Antes el mismo Frears ya tenía otras películas provocadoras y lascivas como "Mi bella lavandería", sobre los refugiados pakistaníes en Londres.
"Relaciones peligrosas", la novela, fue convertida en pieza de teatro por el escritor Christopher Hampton. Frears ha tomado este material ya decantado y despojado de todo artificio, para realizar una obra maestra de la sofistificación, la inmoralidad, el erotismo, y las maneras elegantes.
El escenario se ubica poco antes de la Revolución Francesa, cuando los nobles estaban tan aburridos que lo único que hacían era fornicar, cambiarse las pelucas y los trajes, asistir a conciertos de música de cámara, intercambiar rumores y acabar con la honra de los demás. Ese es el caso de la protagonista la marquesa de Merteuil (interpretada por Glenn Close), envuelta en tantos enredos de sábanas que saldrá víctima de su propio invento. En esta empresa destructora está acompañada por su amante, el bizconde de Valmont (el actor John Malkovich, por fin en un personaje de su estatura), quien llevará a cabo los más crueles juegos de seducción y toda clase de apuestas sólo por comprobar que su poder de corrosión sigue indemne.
Pocas veces el cine se había asomado con tanto cinismo, con tanto humor negro, con tanta provocación a un mundo vicioso, infame, retorcido y descompuesto como éste, donde las pocas personas inocentes que circulan por esos castillos sirven de piezas en una cacería que comienza desde las primeras tomas (idénticas a las últimas), con el rostro de esa mujer, maquillado excesivamente, triste, vacio, contemplando el que le devuelve el espejo, en el cual la mirada ya nada significa y la congelación de momia traduce su estado de ánimo. El vizconde y la marquesa salen de cacería y las víctimas son una jovencita inocente (Uma Thurman) y una esposa virtuosa (Michelle Pfeiffer), pero los jugadores, los fatales apostadores no saben que están enredándose en sus propias cuerdas de titiriteros sucios, hacia la perdición.
"Un tropiezo llamado amor"
La película "Un tropiezo llamado amor" también está basada en una novela, The accidental tourist de Anne Tyler, poco conocida en Colombia. Es protagonizada por William Hurt, Katleen Turner y Geena Davis, quien ganó el Oscar secundario por su personaje.
El director se llama Lawrence Kasdan. El protagonista es un ser extraño. Tiene como oficio escribir guías de turismo que sirvan a los norteamericanos en países exóticos para encontrar la hamburgesa favorita o la ropa familiar en los rincones más escondidos de Londres o Marruecos. Se llama Macon Leary, es maniático del orden y la puntualidad, vive con tres hermanos solteros en la casa familiar y ha sido abandonado por su rubia y hermosa mujer, Sarah (interpretada por la Turner). Ese mundo ordenado y aburrido se viene abajo cuando conoce a una extravagante, sensual y descomplicada entrenadora de perros, llamada Muriel (Geena Davis), quien vive al azar, con lo que se presente cada día, sin programarse, sin complicarse para nada. Estos tres personajes harán una comedia dramática, muy inteligente y con unos diálogos muy divertidos que recuerdan las entretenidas películas de los años treinta, cuando los personajes se decían cosas que sacudían al público.
Lawrence Kasdan es uno de los grandes mitos del Hollywood actual. Toda su obra, como realizador y guionista, parece estar tocada por la perfección, la magia y la sorpresa. Escribió los guiones de "El imperio contra-ataca", "Cazadores del arca perdida" y "El retorno del Jedi", y escribió y dirigió "Silverado", "Reencuentro" y "Cuerpos ardientes", con la que debutó en el cine. Esta nueva película es una obra personal, refleja su sentido del humor, sutil, su ternura hacia los personajes que no pueden entender el laberinto en que se encuentran y también demuestra su capacidad para lograr momentos muy humanos y divertidos.
Kasdan ha conseguido una película que, dentro de diez o veinte años, seguirá siendo recordada por muchos motivos.--