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Películas disponibles en internet que exploran el camino hacia la madurez
En los recomendados de esta semana, un documental y tres películas de ficción que tienen en común seguir a sus protagonistas a medida que van madurando.
Mid90s: Excelente
Director: Jonah Hill País: Estados Unidos Año: 2018
Duración: 86 min Disponible en iTunes/Google Play/Amazon Prime/HBO Go
Esta ópera prima del actor Jonah Hill pasó brevemente por cartelera pero apenas ahora pude verla, y qué placer me ha dado. Es un drama tranquilo, con un conflicto leve que logra transmitir la sensibilidad californiana: todo sol, espacios amplios y relajación. El personaje central es un niño –la sinopsis dice que tiene 13 años, pero parece menor– que casualmente entra en contacto con un grupo de patinadores mayores que coinciden en una tienda especializada. Hay humor, drama, descubrimientos y peligros, todo captado por un ojo cuidadoso que logra enfocar las dinámicas cambiantes de la amistad entre estos chicos de diferentes edades que pasan por la admiración y el cuidado, el recelo y la aceptación, el exceso y la solidaridad. Evitando las aristas más escabrosas de su material, Hill crea acá un retrato empático y complejo de una edad incierta y llena de potencialidades.
Swagger: Muy buena
Director: Olivier Babinet País: Francia Año: 2016
Duración: 84 min Disponible en https://ifcinema.institutfrancais.com/fr/alacarte (gratuito)
Este documental se plantea como un retrato a una comunidad de niños y muchachos, todos inmigrantes o hijos de inmigrantes, en su gran mayoría árabes o africanos, que asisten a una escuela en Aulnay, una zona marginal cerca de París. Se trata de una Francia diferente a la que usualmente se ve, y de lo primero que dicen estos chicos es que nunca han estado con alguien de “origen francés”. Pero el documental, en un buen trabajo, muestra que esta otra Francia no es tan diferente de la otra y que, aunque el contexto es difícil (hay pobreza, tráfico de drogas y asesinatos), sus protagonistas viven y echan globos mentales y se ríen como cualquier adolescente. La complejidad de estos muchachos queda consignada acá, con sus gustos y disgustos, con fugas fantasiosas acompañadas de efectos especiales digitales, como una muestra de documental de denuncia que retrata este mundo marginal sin agotarse en lo lastimero.
Zombi Child: Buena
Director: Bertrand Bonello País: Francia Año: 2019
Duración: 103 min Disponible en iTunes/Google Play
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Uno de los intereses del director Bertrand Bonello ha sido explorar los síntomas de una cierta decadencia francesa, ya sea en burdeles del siglo XIX (L’Apollonide, 2011), en terroristas caprichosos (Nocturama, 2016) o en colectivos misteriosos (De la guerre, 2008). Acá esa pregunta está implícita en el contraste entre Haití y un internado para niñas hijas de receptores de la Legión de Honor francesa. Todo sucede en dos planos temporales: el primero en los ochenta en Haití, en el que un hombre es convertido en zombi y obligado a trabajar; y el otro en el presente, en el que una muchacha de origen haitiano es aceptada en un grupo de francesas en el internado. Aunque formalmente no es tan elegante ni fluida como otras de Bonello, es un intento valioso para pensar la relación entre Francia y sus antiguas colonias, y el contraste entre una visión racional de la vida y una abierta a lo divino y lo mágico.
Eurovisión: la historia de Fire Saga: Buena
Director: David Dobkin País: Estados Unidos Año: 2020
Duración: 123 min Disponible en Netflix
Acá también hay un diálogo entre países diversos, aunque sus niveles de vida no son tan diferentes. Es una comedia de esas en las que el actor y guionista Will Ferrell parte de un evento real levemente absurdo (como lo ha hecho con el patinaje artístico, las carreras de autos y los presentadores televisivos) para quitarle lo leve y dejar que su absurdo se expanda y florezca exuberantemente. En esta película original de Netflix, Ferrell forma parte de un dúo musical islandés que, gracias a un accidente, termina representando a su país en el popular certamen de la canción europea donde la norma es mucha licra, mucho maquillaje y canciones que desdibujan la frontera entre lo épico y lo ridículo. El humor de Ferrell es elemental y parte siempre de este señor tan grandote comportándose muy infantilmente, pero eso también tiene algo tierno y cálido que acá le da forma a las canciones y a la competencia de talentos.