ARQUEOLOGÍA

Descubren un fresco erótico que se salvó durante la destrucción de Pompeya

La pintura, que muestra de forma explícita una relación sexual entre una mujer y un cisne, es una representación única del mito griego de 'Leda y el cisne'. Adornaba la vivienda de una familia pudiente en la época de la erupción del volcán Vesubio.

21 de noviembre de 2018
La pintura muestra de forma explicita una relación sexual entre Leda y Zeus, convertido en un cisne, | Foto: AFP PHOTO / CESARE ABBATE / PRESS OFFICE OF THE POMPEI ARCHAEOLOGICAL PARK

Este miércoles se supo de un nuevo descubrimiento en las ruinas arqueológicas de Pompeya, al sur de Italia. Un grupo de arqueólogos que trabajan allí, descubrieron un espectacular fresco erótico que se inspira en el mito griego de la seducción de ‘Leda y el Cisne‘, y que sobrevivió a la erupción del volcán Vesubio, en el 79 d.c. 

El mito, sobre un encuentro sexual entre Leda y Zeus (el dios que tomó la forma de cisne para seducirla), solía ser utilizado con frecuencia como decoración en los años del imperio Romano. Pero este fresco, en particular, muestra a la mujer de forma muy explícita.

"Se trata de un hallazgo único y excepcional", explicó el director del parque arqueológico, Massimo Osanna, tras dar el anuncio a la prensa. El fresco decoraba una habitación de la residencia o ‘domus‘ de una familia pudiente romana.

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"El retrato de Leda es muy particular y diferente a los hallados hasta ahora", explicó Osanna, arqueólogo de formación y artífice del renacimiento del inmenso parque arqueológico. Según las imágenes de un video puesto a disposición del parque para la prensa, se ve Leda sentada media desnuda con un ropaje transparente recibiendo a su huésped con mirada sensual.

En la misma vivienda donde fue descubierto el fresco fue hallada una pintura de Príapo, una divinidad mitológica con un gran falo. No se excluye que el fresco termine en un museo para que pueda ser protegido y así "exponerlo al público", explicaron los arqueólogos.

Pompeya, la ciudad romana que quedó enterrada entre las cenizas después de la erupción del volcán Vesubio en el año 79 d.c., todavía es una caja de sorpresas. Sus ruinas no solo son el segundo lugar más visitado de Italia después del Coliseo Romano -reciben casi 3 millones de turistas al año-, sino que los arqueólogos siguen explorándolas y cada tanto descubren residencias con frescos, esculturas, ánforas, monedas e inscripciones.

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La ciudad, que fue una de las urbes más importantes para el Imperio Romano en lo que hoy es el sur de Italia, quedo enterrada tal cual y hoy, quien visita las ruinas puede entender cómo era la vida cotidiana, las costumbres, las decoraciones, las pasiones y la sexualidad de los antiguos romanos, como si vieran una fotografía tomada justo después de la trágica erupción. Por eso, figuran desde 1997 en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

* Con información de AFP

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