¿Por qué la Biblia dice “maldito el hombre que confía en el hombre”?

Muchos son los versículos de las Sagradas Escrituras que instan al creyente a confiar en Dios, como Proverbios 3:5-6, que dice: “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas”.

Asimismo, uno de los fragmentos bíblicos más conocidos es Jeremías 17:7-8, donde se puede leer:

“Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas siempre están verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”.

No obstante, la Biblia en diferentes versículos menciona el amor entre hermanos o entre iglesia, como Proverbios 17:17: “En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace para tiempo de angustia”; 1 Juan 4:20 también dice: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto”.

Ciertamente, en el libro del profeta Jeremías exhorta a no confiar en otro ser humano, ¿por qué?

Por esta razón, la Biblia dice “maldito el hombre que confía en el hombre”?

En el libro del profeta Jeremías 17:5 se puede leer el siguiente versículo: “Así dice el Señor: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del Señor se aparta su corazón”, ¿qué significado tiene?

De acuerdo con Enduring Word, la Biblia dice: “Maldito el hombre que confía en el hombre” porque el ser humano puede confiar más en otro ser humano que en el mismo Dios, y esto hace que su corazón se aparte de sus caminos, creyendo que otro mortal lo puede ayudar como si fuera Dios, teniendo en cuenta que el hombre es falible”.

Es entonces que cabe recordar que, en palabras de la Real Academia Española (RAE), la confianza se traduce en la “esperanza firme que se tiene en alguien o algo”, misma que debe ser depositada en Dios, y no en otro hombre, como lo expresa Romanos 15:13:

“Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo”, comenta.

En este sentido, en Isaías 40:31 la Biblia explica que los que confían “en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán”, considerando que “Tú eres mi escondite y mi escudo; en tu palabra he puesto mi esperanza”, indica Salmo 119:114.