Cómics y sociedad
¿Por qué Marjane Satrapi recibe el Premio Princesa de Asturias de Comunicación (y no el de Artes)?
Elena Pérez Elena repasa el recorrido de Satrapi y los amplios méritos que la llevan a ser reconocida como “una voz esencial de los derechos humanos y de la libertad”.
“Una voz esencial de los derechos humanos y de la libertad”. Con estas palabras el jurado del Premio Princesa de Asturias definió a la galardonada en la categoría de Comunicación y Humanidades de 2024, la artista multidisciplinar francoiraní Marjane Satrapi (Rasht, 1969).
Satrapi es conocida internacionalmente por su cómic Persépolis en el que relata su infancia y adolescencia en Irán, enmarcadas en la revolución de 1979 que puso punto y final a la dictadura monárquica del sah Mohammad Reza Pahlaví y marcó el inicio de una teocracia: la República Islámica de Irán.
Además de articularse como una memoria gráfica de las vivencias de la autora durante las primeras décadas del nuevo régimen, Persépolis se entiende como un ensayo y examen identitario en torno a la dualidad tradición/modernidad y vida pública/privada experimentada tanto dentro del país como en el exilio como migrante.
Si bien sigue siendo principalmente reconocida por su ópera prima, Marjane Satrapi ha publicado otros cómics, como Bordados, intimista y teatral, y Pollo con ciruelas, una ficción trágica que tiene como protagonista una historia de amor. También ha escrito libros infantiles ilustrados como Ajdar o Los monstruos tienen miedo de la luna.
Por último, su incursión más reciente en el medio (que abandonó hace veinte años) ha sido como coordinadora del ensayo gráfico Mujer vida libertad, en el que colaboran autores iraníes y también de otros países. El libro es un homenaje a la rebelión feminista –todavía latente– que nació con la muerte de Mahsa Jina Amini en octubre de 2022 tras haber sido detenida por la policía de la moral por no vestir el velo según los preceptos del régimen.
Satrapi multidisciplinar
Hoy, la artista se encuentra centrada en su faceta como cineasta, tal y como corrobora el anuncio de su última película Paradis Paris.
Entre su filmografía se encuentran las adaptaciones de los cómics de Persépolis, codirigida junto a Vincent Paronnaud en 2007, y Pollo con ciruelas. Otras de sus películas han sido La Bande des Jotas, rodada en España, The Voices, de producción y reparto estadounidense, y Madame Curie.
Satrapi también ha cultivado la pintura, exponiendo en galerías como la parisina Jérôme de Noirmont –con sus Peintures– o en la Galerie Françoise Livinec –con Femme ou Rien–. Y para los próximos Juegos Olímpicos de París, el Mobilier National de Francia le encargó diseñar el tapiz representativo, cuyo tríptico presentó el pasado 12 de marzo.
🖼️ JO de #Paris2024 : Marjane Satrapi signe une tapisserie géante
— Libération (@libe) March 13, 2024
👉 Le triptyque, qui mesure trois mètres de haut et neuf de large, sera exposé à partir du 21 juin à l’hôtel de la Marine place de la Concorde.
Lire : https://t.co/iG5A3989TE pic.twitter.com/EIwJj9umbO
¿Por qué el premio en Comunicación y Humanidades?
La candidatura de Marjane Satrapi fue propuesta por María Sheila Cremaschi, directora del festival Hay de Literaturas y Artes, premiado en 2020.
Múltiples medios españoles se han hecho eco de la noticia del galardón a la autora de cómics, pero muy pocos han analizado por qué se encuentra en la categoría de Comunicación. Después de todo, Satrapi ha ganado importantes premios a lo largo de su carrera en sus distintas facetas artísticas (con Persépolis en el festival de Angoulême; en el Festival de Cannes con su adaptación cinematográfica o, en 2017, el décimo Premio Anual Bita de Artes Persas concedido por el Stanford Iranian Studies Program).
Asimismo, recientemente ha sido elegida por la Academia de las Bellas Artes de Francia para ocupar la presidencia de la sección de cine y audiovisual.
Artista ante todo, la producción de Satrapi se ha significado en diferentes términos y temáticas en las últimas décadas. Busca expresarse a través de todas las formas que la hagan desafiarse a sí misma, experimentar y alejarla de los críticos que se empeñan en etiquetarla únicamente como autora iraní y, a su obra, como eminentemente persa.
Una voz que resuena
Sin embargo, la autora es una de las voces que más resuenan en el exilio iraní en contra del régimen teocrático –que, ella reclama, debe ser reconocido como un “estado terrorista”– y en defensa de la disidencia de los iraníes que viven dentro de las fronteras, especialmente de las mujeres y de los jóvenes.
Así lo hizo constar en su cuenta de Instagram y en el comunicado que publicó al recibir el galardón:
“Obviamente, es un gran honor y un inmenso placer recibir este premio, aunque, sin falsa modestia, no sé realmente si lo que he hecho por la humanidad es tan notable. Pero dado que ustedes, honorables miembros del jurado, me han elegido, aprovecho esta oportunidad para celebrar la feroz lucha de mi pueblo por los derechos humanos y la libertad. Hoy se honra a todos los jóvenes que perdieron la vida y a los que continúan el combate por la libertad en Irán. Dedico este premio a Toomaj Salehi, artista de rap, condenado a muerte hace unos días por cantar a la libertad. Por un mundo mejor para todos, gracias”.
Toomaj Salehi, el rapero iraní al que hace referencia, fue encarcelado numerosas veces tras participar en las manifestaciones del movimiento Mujer Vida Libertad y, como Satrapi destaca, ha sido condenado a muerte. Su canción “Soorakh Moosh” (Ratonera) es una denuncia evidente y contundente del régimen.
Satrapi se desmarca de partidos políticos y es reacia a considerarse activista, pero sus actos y declaraciones son fuertemente políticos. En noviembre de 2022 dirigió un clip musical de la canción “Baraye”, con música de Benjami Biolay y producido por Le Collectif 50/50, en el que se la puede ver cantando junto a todos los participantes uno de los himnos de la rebelión.
En marzo de 2023, en las celebraciones de Nowruz, el año nuevo persa, recreó un baile por el que cinco chicas iraníes habían sido detenidas en Teherán tras haberlo publicado en TikTok sin llevar ninguna el velo. Satrapi realizó la performance frente a la embajada iraní en París, arropada por otras jóvenes.
Y en diciembre de 2023, acudió a Oslo para participar en el Nobel Peace Prize Forum junto a otras figuras iraníes exiliadas de gran renombre. En octubre, la activista iraní Narges Mohammadi había recibido el Premio Nobel de la Paz desde la prisión en Irán, donde continúa a día de hoy.
Un gran premio
Por todo ello, Marjane Satrapi es una clara merecedora del Premio de Comunicación, especialmente por cimentar puentes sólidos a favor de un diálogo y escucha entre Irán y Occidente, empezando por su trabajo en Persépolis, considerada hoy una de las memorias gráficas más canónicas junto con Maus, de Art Spiegelman.
La Satrapi de 2024 está quemando todas las vías necesarias para dar visibilidad a la sociedad iraní, erigiéndose, cuando dispone de un altavoz, en –como bien declaró el jurado de los Premios Princesa– “una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y de la libertad”.
Más allá de la escultura de Joan Miró, el diploma, la insignia y los cincuenta mil euros que recibirá como ganadora, la artista sigue apostando por la comunicación, la divulgación y la denuncia en distintos foros, con el fin de que el alcance y el efecto también atraviesen las fronteras iraníes.
*Doctoranda FPU en el programa Estudios Artísticos, Literarios y de la Cultura de la UAM y profesora en el Grado de Lenguas Modernas, Cultura y Comunicación (UAM), Universidad Autónoma de Madrid
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