¿Qué dice la Biblia sobre desear otra pareja?

Para los creyentes, las Sagradas Escrituras hacen parte de su diario vivir, puesto que en ellas encuentran consejos llenos de sabiduría que los mantiene íntegros delante de Dios.

En este sentido, la Biblia cuenta que una vez el pueblo cumplió 400 años de esclavitud –luego de que fueran sometidos por Egipto– Dios escuchó sus súplicas y los libró del poder de su opresor. A partir de ahí, luego de cruzar el mar Rojo le dictó a Moisés lo que serían los 10 mandamientos, tal y como se encuentra en Éxodo 20:

“Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre:

1. “No tendrás dioses ajenos delante de mí.
2. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
3. No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios en vano (...)
4. Acuérdate del día de reposo (...)
5. Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
6. No matarás.
7. No cometerás adulterio.
8. No hurtarás.
9. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
10. No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo”, precisa.

Este último mandamiento se relaciona con otros actos que pueden llevar al creyente a pecar y a desear otra pareja.

Esto dice la Biblia sobre desear otra pareja

En el primer libro de la Biblia se puede observar cómo Dios exhorta a sus hijos para que formen una familia. ”Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, precisa Génesis 2:24 de la RVR.

Lo anterior está acompañado de la fidelidad que una pareja se debe tener mutuamente no solo para honrar y respetar al otro, sino porque esto hace parte de la obediencia a Dios.

“Nuestro Dios nos creó para que fuéramos un solo cuerpo y un solo espíritu. Nos creó así para que fuéramos un pueblo consagrado a él. Nuestro Dios odia a quienes son violentos y abandonan a su esposa. Por lo tanto, ¡tengan cuidado y no le sean infieles a su esposa!”, comenta el libro de Malaquías 2:15-16.

Por eso, desear otra pareja estaría fuera de los mandatos divinos, porque se incumpliría lo que el Señor estipuló en un inicio, incluso en el libro de Gálatas ordena a través del apóstol Pablo vivir en el Espíritu y no en la carne:

“Así que les digo: vivan por el Espíritu y no sigan los deseos de la carne; porque esta desea lo que es contrario al Espíritu, y a su vez el Espíritu desea lo que es contrario a ella”, dice Gálatas 5:16.

Finalmente, en el evangelio de Mateo 15: 19-20 se puede encontrar cómo Jesucristo les explica a sus discípulos cómo los malos pensamientos, incluida la fornicación (el acto sexual fuera del matrimonio) no son sanos:

“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”, recoge el texto bíblico.