Cultura
¿Qué Salmo leer cuando hay problemas en el matrimonio?
Es importante tener como base sólida la comunicación para entender a la pareja.
Para muchos creyentes de la Biblia, los Salmos son una parte fundamental en la parte espiritual y por ello suelen aplicarlos en la vida cotidiana para pedir intervención por cosas puntuales como la salud, el dinero, el amor, el trabajo, etc.
Dios ha dado sus palabras a través del libro sagrado y allí es donde los fieles se resguardan para enfrentar algunas situaciones u obstáculos que se van atravesando a lo largo de la vida. Uno de los casos que más se presentan son las diferencias entre los esposos.
Cabe recordar que el matrimonio es uno de los sacramentos estipulados en la Biblia que declara que a la pareja se le debe respetar, amar y sobre todo apoyar en las buenas y malas, “hasta que la muerte los separe”.
Si usted está teniendo problemas con su pareja es importante que se tome un tiempo para orar y junto a él o ella entregar las dificultades a Dios por medio de estas palabras:
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“Si camino entre peligros, me conservas la vida, extiendes tu mano contra el furor de mi enemigo, y tu derecha me salva”: Salmo 138:7.
Pero este no es el único Salmo que se puede encontrar en la Biblia para pedir por la restauración del hogar o la fortaleza para superar las crisis.
Estos son algunos de los que pueden rezar juntos:
- “Pero el amor del Señor permanece para siempre, y su justicia llega hasta los hijos y los nietos. De los que lo temen y observan su alianza, de los que recuerdan sus preceptos y los cumplen”: Salmo 103: 17-18.
- “El Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán. La Verdad brotará de la tierra y la Justicia mirará desde el cielo”: Salmo 85:10-11.
- “Que el Señor sea tu único deleite, y él colmará los deseos de tu corazón”: Salmo 37:4.
- “Y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre”: Salmo 23:3.
- “Envió su palabra y los sanó, salvó sus vidas del sepulcro”: Salmo 107:20.
- “La integridad y la rectitud me protegen, porque yo espero en ti, Señor”: Salmo 25:21.
- “Tu palabra es una lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino. Hice un juramento –y lo sostengo– de cumplir tus justas decisiones”: Salmo 119:105-106.
- “El Señor es mi fuerza y mi escudo, mi corazón confía en él. Mi corazón se alegra porque recibí su ayuda: por eso le daré gracias con mi canto”: Salmo 28:7.
- “Una sola cosa he pedido al Señor, y esto es lo que quiero: vivir en la Casa del Señor todos los días de mi vida, para gozar de la dulzura del Señor y contemplar su Templo”: Salmo 27:4.
- La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme!”: Salmo 121:2-3.
Si bien un matrimonio es la unión de dos personas que anhelan pasar el resto de sus vidas juntos, ciertamente, en algunos momentos la posibilidad de un divorcio no está del todo descartada, ¿por qué?
Muchas son las diferencias no manejadas que pueden hacer fracasar una relación, puesto que son dos personas con personalidades distintas, que pasado un tiempo pueden ver afectada su relación por variables laborales, económicas e incluso familiares, entre otras.
Por ejemplo, Mejor con Salud manifiesta a través de un experto que antes de asegurar que una relación se da por terminada resultando en divorcio —porque en medio podrían estar los hijos si los hay y las cosas materiales— se debe intentar buscar ayuda profesional de consejeros matrimoniales.
Asimismo, sugiere hacer un autoanálisis para identificar los errores que fracturaron al otro, y por supuesto, dialogar, una herramienta comunicativa básica en cualquier relación.