Cultura
¿Qué se le pide a la Virgen del Carmen?
Esta es una de las advocaciones más famosas de la Santísima Virgen.
La Virgen del Carmen es la denominación que recibe Santa María del Monte Carmelo, una de las advocaciones más famosas y reconocidas por los creyentes en la religión católica. Su figura es bastante relevante en los seguidores de la Iglesia, pues es venerada por sus milagros y sus gestos con algunas personas que buscan consuelo y refugio en ella.
Su día, según las creencias, es el 16 de julio y posee una de las mayores fiestas en los creyentes. Su reconocimiento llegó a Latinoamérica y llenó de fervor a millones de seguidores, quienes le agradecen sus gestos de amor, su compañía y sus bendiciones.
La Virgen del Carmen destaca por su atuendo en tonos cafés y claros, llevando al Divino Niño Jesús en sus brazos, mientras luce una corona y un manto blanco. En Colombia, la Virgen es la patrona de la Policía Nacional, los bomberos, el Ejército Nacional y los conductores.
¿Qué se le pide a la Virgen del Carmen?
De acuerdo con el portal La República, a esta advocación de la Santísima Virgen se le pide por la protección, la salud, el bienestar físico y la misericordia para salir adelante. De igual manera, se le entrega la salvación y el resguardo para no caer en pecados.
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Adicional a esto, se le ora para que llene a los creyentes de gracia de Dios y se proteja a las personas del fuego del infierno. Esta figura es signo de amor y cuidado, por lo que muchos buscan en ella esto.
Oración a la Virgen del Carmen
Tengo mil dificultades, ayúdame. De los enemigos del alma, sálvame. En mis desaciertos, ilumíname. En mis dudas y penas, confórtame. En mis enfermedades, fortaléceme. Cuando me desprecien, anímame. En las tentaciones, defiéndeme. En horas difíciles, consuélame. Con tu corazón maternal, ámame. Con tu inmenso poder, protégeme. Y en tus brazos al expirar, recíbeme. Virgen del Carmen, ruega por nosotros. Amén.
¡Oh! Virgen del Carmen, que por tu santo escapulario te ruego me alcances lo que te pido. Sé tú mi defensa en todas las tribulaciones, peligros y tentaciones, te lo suplico humildemente con la salve. Amén.
¡Oh, Dios! Que adornaste a la orden de la beatísima siempre virgen y madre tuya María, con el singular título del Carmelo: concede propicio que, escudados con los auxilios de aquella cuya conmemoración celebramos, seamos dignos de llegar a los gozos eternos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Así sea.
¡Oh, Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos corresponder dignamente a los favores y gracias que nos has hecho al darnos tu santo escapulario. Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que sea digno de ti y de tus mercedes, ofrecemos nuestro corazón, con todo su amor y toda nuestra vida que queremos emplear en el amor y servicio de tu hijo, señor nuestro, y en propagar tu dulce devoción, procurando que todos nuestros hermanos en la fe, con los cuales la divina Providencia nos hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu gran don, vistiendo el santo escapulario y que todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción. Amén.