Recomendados de la semana: películas de familias mutantes

*Tras nueve años, estas son las últimas recomendaciones que escribo para la revista. Le agradezco a los editores con los que dialogué y a las directivas que me dieron total libertad en estas páginas. También, claro, a los lectores.

El padre - excelente

Director: Florian Zeller * Año: 2020 * País: Inglaterra * Duración: 97 min. * Disponible en: salas de cine desde junio 13

La categoría de mejor actor en los pasados premios Oscar contradijo la mayoría de pronósticos y recayó en Anthony Hopkins por su papel en esta película, rico en detalles y emociones que en su rostro y mirada varían con una sutileza impresionante. Basada en una obra de teatro del mismo Zeller, sigue la relación entre un hombre que sufre de Alzheimer y su hija que ha asumido su cuidado, pero, más que un drama realista, la película busca sumergirnos en la desorientación que viene con la enfermedad degenerativa, en la que pasado y presente se confunden hasta hacerse irreconocibles. Aprovechando elementos que a primera vista podrían resultar triviales, como su orgullo de vivir en un apartamento muy amplio, una segunda hija que no llama hace tiempo y un reloj de pulsera querido, la película va armando un rompecabezas que muta hasta hacer colapsar la división entre los sucesos exteriores y el mundo interno de su protagonista.

I was at home, but… - buena

Directora: Angela Schanelec * País: Alemania * Año: 2019 * Duración: 105 min. * Disponible en: Mubi.com

En un texto breve que escribió para la revista Film Comment en 2020, la cineasta alemana explicaba que la narrativa en sus películas no le interesaba tanto. Y esto, que comienza con un perro cazando un conejo, confirma sus palabras porque los hilos independientes que conforman este drama no parecen interesados en confluir. Hay una madre agotada en Berlín que pierde la paciencia fácilmente, su hijo enfermo de un pie que quizás sea expulsado del colegio, una hija menor que no habla mucho, una escenificación escolar de Hamlet y los animales con los que abre y cierra. La aproximación es fría y meticulosa, con planos largos y hermosamente compuestos en los que a veces no pasa mayor cosa y otras veces revientan con estallidos emocionales violentos y pasajeros. Es un cine enigmático que se niega a llevar de la mano al espectador y que desconcierta en su alternancia de frialdad generalizada con esos estallidos de pasión.

Vaqueros de Filadelfia - buena

Director: Ricky Staub * País: Estados Unidos * Año: 2020 * Duración: 111 min. * Disponible en: Netflix

En contraste, esta película no ofrece nada de distancia: las emociones son claras, la música conduce a los espectadores, los conflictos son evidentes y se abren y cierran sin dejar dudas. El protagonista es un muchacho afroamericano que se ha metido problemas en Detroit, donde vive con su madre, así que se muda temporalmente a Filadeldia con su padre, una figura importante en un grupo de equitadores recreativos. El retrato de esta subcultura extraña, con su contraste de lo urbano y lo rural, su añoranza de otras época y sus conexiones históricas con vaqueros afro que han sido borrados de la historia es lo más resonante de la película —muchos de los personajes secundarios hacen parte de esta subcultura—. Es un mundo tan peculiar y rico que permite superar lo esquemático de la historia de padre e hijo, con los despliegues de control de uno y de fastidio del otro.

Wildlife - muy buena

Director: Paul Dano * País: Estados Unidos * Año: 2018 * Duración: 105 min. * Disponible en: Amazon Prime

Este es el retrato de una familia en transición. Padre, madre e hijo adolescente acaban de mudarse a un pueblo en Montana en 1960 y los tres hacen un esfuerzo por ser la familia estadounidense estereotípica: el niño jugando fútbol americano en la escuela, el padre amistoso pero pendiente de las posibilidades de lucro, la madre dedicada al hogar. Pero cuando el padre es despedido de un club de golf y contratado como bombero para apagar fuegos forestales en los alrededores, su ausencia hace que todas las aspiraciones de normalidad se desmoronen. Es un drama sencillo, impulsado por actuaciones matizadas y expresivas, que logra sintonizarse con cómo sus tres personajes principales intentan navegar las expectativas externas y las dificultades económicas que les caen encima, en un paisaje de planicies monótonas que contrastan con unas montañas lejanas que lucen tan inalcanzables como las aspiraciones de estandarización.