Hay obras de Pedro Ruíz y muchos más trabajos por ver en la capital. | Foto: casas riegner

Arte

Recomendados de la semana: un pequeño recorrido por cuatro galerías

Hay obras de arte abstracto, pinturas que resaltan la belleza de la naturaleza local, collages de tela con figuras de plantas y animales tejidos, paisajes nacionales con aire japonés y otros inspirados en el arte de Matisse y Gauguin.

10 de julio de 2021

‘Entre naturalezas’ / MMaisoN Galería

La exposición presenta alrededor de 60 coloridos óleos, pasteles y témperas en los que la conocida artista Margarita Lozano retrata los paisajes de la sabana de Cajicá y de la tropical Nocaima. Las obras de la colombiana tienen una cierta influencia francesa, en particular, de Pierre Bonnard, Henri Matisse y Paul Gauguin. La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Eduardo Serrano, quien explica que es en los paisajes donde más se ve la libertad cromática con la que pinta Lozano. “Las montañas del fondo se visten de rosa y de lila, o los árboles de rojo, y en general las plantas adoptan colores imposibles científicamente, pero posibles en la imaginación de la artista y del observador”. Lozano estudió arte en París y en Roma, y al regresar a Colombia continuó desarrollándose como artista bajo la guía de Juan Antonio Roda, Eduardo Ramírez Villamizar y Fernando Botero. Tiene 82 años, lleva más de 60 pintando y dice que continuará hasta el día que muera, porque pintar es su vida.

‘Procesos, un recorrido por las series de Pedro Ruiz’ / Beatriz Esguerra Art

Hasta el 14 de agosto, la galería exhibe esculturas y cuadros del artista colombiano, conocido principalmente por la poética manera de abordar temas como el desplazamiento, la minería ilegal y la fumigación de cultivos ilícitos; también, por los vivos colores con los que retrata y exalta la belleza de la naturaleza colombiana. Sus canoas cargadas de flores, de bosques, de palmeras, de árboles frutales, y remadas por hombres y mujeres colombianos, hablan de lo esencial que es para los seres humanos estar conectados con la naturaleza. El arte de Ruiz no es ajeno a la realidad sociopolítica que vive el país desde hace décadas, pero el tono de sus obras no es de denuncia ni de reclamo. Exaltando la belleza de los paisajes nacionales, la sabiduría de las culturas ancestrales y la fortaleza de los colombianos, el artista da un mensaje de esperanza y propone destacar aquello a lo que vale la pena hacerle eco.

Cuatro espacios de arte, cuatro recorridos por el arte plástico y la obra de artistas colombianos de amplia trayectoria.
Cuatro espacios de arte, cuatro recorridos por el arte plástico y la obra de artistas colombianos de amplia trayectoria.

‘Intérprete de la naturaleza’, ‘Casi siempre se puede hacer algo’ y ‘Bodegones’ / Galería El Museo

El recorrido comienza con ‘Bodegones’, de Dora Franco. La serie de naturalezas muertas que resaltan las texturas y los colores de frutas y verduras es la expresión pictórica de un proyecto de investigación del chef Juan Carlos Franco sobre recetas de comidas ancestrales. De ahí el espectador pasa a ‘Intérprete de la naturaleza’, una exposición que presenta piezas de Gonzalo Ariza, considerado uno de los más importantes artistas nacionales que enfocaron su obra en la naturaleza del país. Se formó en Japón y se observa la influencia de la tradición pictórica del país asiático en sus paisajes colombianos. En el segundo piso, ‘Casi siempre se puede hacer algo’, de Vicky Neumann, refleja los caóticos efectos del cambio climático. En los trazos fuertes de las pinturas y en la yuxtaposición de los collages se ven el desorden y el impulso del mensaje positivo que destaca el título.

‘De saltos y tropiezos’ / Casas Riegner

La exposición pone a dialogar los trabajos más recientes de Bernardo Ortiz y de Luis Roldán. Es el resultado de un interesante intercambio intelectual que comenzaron los artistas hace más de un año. La conversación gira en torno a temas como el confinamiento, la creación artística fuera del taller y la imposibilidad de llevar una vida completamente libre. La curaduría de la exposición teje las pinturas y las esculturas de Roldán con los dibujos sobre tela y papel de Ortiz. Y no lo hace siguiendo un orden específico, sino –como dice el título de la exhibición– mediante saltos y tropiezos que invitan al espectador a plantearse su propia narrativa, a sumarse al diálogo de los dos artistas. Según explica el texto curatorial, el trabajo de Roldán resalta la importancia de las manualidades y de la disciplina, y el encuentro entre los objetos encontrados y la pintura abstracta. Ortiz, por su parte, hace énfasis en la palabra y en los soportes frágiles en obras de formato pequeño que requieren de enorme minuciosidad.