Nadie dijo que la vida era sencilla y no es para menos, pues se nazca en donde se nazca y se tengan o no comodidades, las vueltas de la vida son inciertas y cada persona vive las buenas, las malas y va acumulando aprendizajes de caídas de las que ha sabido levantarse.

En este largo camino hay momentos en los que se van acumulando odios, rencores, miedos y estas van haciendo una pesada carga que puede acabar con la felicidad sin darse cuenta. No soltar las cosas crea un peso que impide ser feliz.

Cuando se dé cuenta de esas cargas que lleva sobre su espalda, buscar a Dios siempre será una forma de encontrar el camino a la luz y la felicidad. Volver a reencontrarse con Él y con uno mismo para poder soltar todo ese peso.

Algunos católicos practican varias oraciones. | Foto: gettyimages
Algunos religiosos tienen el hábito de orar todas las mañanas. | Foto: mtnSnail

Los salmos son, según el portal Aleteia, composiciones que alaban a la divinidad, pero que también son súplicas y lamentos. Además, el mencionado portal explica que estos no son tanto para pedir, sino para notar la grandeza y la bondad de Dios con nosotros.

Respecto a su origen, estos son los cantos del templo de Jerusalén e inspirados en el Espíritu Santo.

Estos están divididos en “himnos: los cánticos de Sión y los salmos del reino de Dios; súplicas o salmos de sufrimientos o salmos de lamentaciones; acción de gracias; algunos escrituristas sacan ciertos salmos para conformar otros géneros como son: salmos mesiánicos, salmos didácticos y salmos de sabiduría”.

Orar es el acto de hablar con Dios u otros seres en los que las personas suelen creer. | Foto: Getty Images

Salmo para soltar las cargas que no permiten la felicidad

Entre la variedad de salmos que existen, hay uno que puede ser ideal para cuando las personas llevan un peso tan grande que los hace perderse de hasta ellos mismos. Se trata del Salmo 55:22-23 y este invita a buscarlo a Él cuando el peso sea agobiante.

Salmo 55:22-23

“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Mas tú, oh Dios, harás descender aquellos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de sus días; Pero yo en ti confiaré”.

Portales especializados explican que la concusión de este salmo es que Dios no quiere que las personas llevan la pesada carga de su vida a la espalda sino que la pongan sobre Él y confiar ciegamente en su voluntad.