Política cultural
Se lanzó el Plan Nacional de Cultura 2024-2038 en Colombia: la inclusión, la igualdad y la acción climática, en el centro
La guía definitiva para el desarrollo cultural en los próximos años se destaca por su amplia participación ciudadana y enfoque biocultural. Prioriza la inclusión de la cultura en agendas públicas y privadas, y aborda temas como la igualdad de género y la acción climática.
El ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa, presentó anoche el nuevo Plan Nacional de Cultura en Colombia. Al respecto, aseguró: “Estos capítulos son nuestro compromiso histórico con el reconocimiento y garantía de los derechos culturales de los grupos étnicos, y tienen como objetivo orientar acciones en torno a la salvaguardia y fortalecimiento de sus saberes ancestrales, expresiones y prácticas culturales”, indicó en su discurso.
No se queda solo en palabras del ministro, esto que menciona, pues, en su confección y diseño, se destaca la participación sin precedentes del Consejo Nacional de Cultura y alrededor de cien mil ciudadanos y agentes culturales en su creación. Desde esa perspectiva, se le puede considerar la política cultural con mayor participación en la historia del país.
Con un enfoque principal biocultural, el plan reconoce la inmensa diversidad cultural y biológica de los territorios colombianos. Este puede consultarse desde ya en el sitio web del Ministerio de Cultura. No dude en hacerlo, conocer sus atributos, componentes y campos de trabajo es esencial para comprender las acciones del ministerio a corto y largo plazo.
“Es el nacimiento de un imaginario de la cultura, un faro de luces del futuro que ilumina nuestro presente”, exaltó Marcos González, miembro del Consejo Nacional de Cultura, sobre el Plan Nacional de Cultura 2024-2038.
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El plan busca priorizar las culturas, las artes y los saberes en las agendas públicas, privadas y sectoriales, a nivel nacional y territorial, reconociendo su contribución esencial en la transformación social del país. Además, identifica temas estratégicos como la igualdad de género, la acción climática y la inclusión de economías alternativas.
Una de sus características destacadas es su enfoque territorial, que promueve la descentralización y atiende a las poblaciones históricamente excluidas. Además, el plan incluye capítulos específicos para los pueblos indígenas, el pueblo Rrom y las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras, garantizando su derecho fundamental a la consulta previa, libre e informada.
Sobre su implementación, el ministro exaltó la necesidad de cambios profundos en la Ley de cultura, para conseguir una necesaria expansión, una mayor participación de las comunidades y una fuerte presencia del ministerio en los territorios: “Para llevar a cabo este Plan se harán necesarias dos acciones centrales que les queremos proponer a quienes nos están viendo esta noche”, dijo el funcionario.
“La primera será presentar una reforma a la Ley general de cultura de 1997 que se armonice también con este nuevo país, bajo los principios que les he expuesto hasta aquí. La segunda, un verdadero fortalecimiento institucional que comience a poner en marcha, sin pausa y con decisión, un cambio en las formas de relación institucional desde el poder con las comunidades y los ciudadanos, la recuperación de al menos 300 cargos públicos para el ministerio y la apertura de al menos cuatro oficinas regionales de este ministerio en el país”.
En últimas, una implementación efectiva requiere la colaboración tanto del sector público como del privado y la sociedad civil. Se proyectan rutas de trabajo para coordinar acciones a nivel nacional, territorial e intersectorial, adaptándose constantemente a los nuevos desafíos.
El lanzamiento del plan vino acompañado de una muestra cultural y artística, en la que se exaltaron manifestaciones tradicionales como los Cantos de trabajo del Llano y las danzas urbanas. También hubo espacio para presentar obras de artistas reconocidos.
El Plan Nacional de Cultura 2024-2038 enfoca la cultura como un elemento central para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz, con la participación activa de diversos actores sociales y énfasis en la inclusión y el respeto a la pluralidad étnica y cultural de Colombia. Resta ahora velar que su aplicación sea juiciosa.