Literatura
Shakespeare revisado desde el antirracismo, la polémica que genera DisruptTexts
Muchos consideran que la iniciativa creada por profesores para profesores en Estados Unidos pretende “cancelar” a grandes de la literatura. La verdad es otra.
Sin duda son tiempos curiosos para la cultura, pues se ve en estos tiempos subyugada a una coyuntura peculiar. La Era de la cancelación ha generado olas sociales en las que artistas, figuras del entretenimiento o figuras públicas deben ser más cuidadosas y responsables de sus actos, palabras y pensamientos pues, si salen a la luz pública revelando algún marco machista, racista, sexista o discriminador, estos pueden llevar al gran público a reevaluar sus obras y sus legados.
En el caso escritos que se realizaron hace siglos o películas que se hicieron hace décadas (caso Lo que el viento se llevó, Bambi, y otras obras clásicas como la de Shakespeare), resulta todo un tema de debate el cómo enseñarlas hoy a la luz de los avances en igualdad de género y de inclusión que se han alcanzado en los siglos XX y XXI.
En el caso del streaming, Disney + decidió acompañar cintas de contextos que explican por qué se narra como se narra, por qué hay estereotipos racistas y de cuáles se trata. En el caso de HBO Max, lanzó advertencias sobre el contexto (segregador y machista) en el que se narra y cuenta Lo que el viento se llevó.
Estos días en Estados Unidos, una iniciativa ha generado una polémica que ilumina los límites de querer meterlo todo en la bolsa de la cultura de la cancelación.
Se trata de #DisruptTexts, que se describe como “un esfuerzo comunitario de profesores para profesores para cambiar el canon tradicional de enseñanza para crear un currículum de las artes del lenguaje más inclusivo, representativo y equitativo. el que los estudiantes merecen”.
La idea, según prosiguen en su página oficial, es la de ayudar a los profesores a desarrollar sus prácticas pedagógicas dedicadas al antirracismo o anti exclusión.
Pero esa misión no a todos satisface. De hecho, para muchos no se trata más que una manera de “cancelar a Shakespeare”.
Así lo ve James Varney, quien en el The Washington Times asegura que “los profesores quieren cancelar a Shakespeare en nombre de acabar con la Supremacía blanca”. El columnista continúa afirmando que “esta nueva camada de profesores políticamente correctos no ve a Shakespeare como un ícono literario, más como una herramienta de opresión imperial, un autor que debe examinar, diseccionar, o prohibir del currículum.
La iniciativa salta a esa acusación, afirmando que “jamás aprobarán la censura y no están de acuerdo con l prohibición de los libros”.
Así pues, queda la pregunta en el aire, ¿hay que temerle acaso a enseñar y leer a Shakespeare con un mayor contexto?