"SOY HUMORISTA, PARA QUE SE RIAN LAS RETINAS"
OMAR RAYO
"Papel Herido ", la serie de grabados (intaglios) del pintor colombiano Omar Rayo, ha iniciado en Barcelona (España) una exposición itinerante que la llevará después por Moscú, Varsovia, Helsinki y Oslo entre otras ciudades europeas.
La obra, realizada entre 1962 y 1978, está compuesta por algo más de 60 cuadros y su presentación en Barcelona la hace la Fundación Caixa de Pensions, una de las instituciones culturales más importantes de Cataluña y España. Al mismo tiempo que la obra de Rayo, esta Fundación está presentando la obra fotográfica de David Hockney y una gran muestra de la obra de Antoni Gaudi.
La sala de exposiciones que le ha correspondido a la obra de Omar Rayo en Barcelona está ubicada en la calle Montcada del Barrio Cótico donde se encuentran también el Museo Picasso y la prestigiosa Caleria Maeght. "Una compañía muy honrosa", dice Rayo al respecto.
Dos días después de inaugurada la exposición SEMANA se reunió con el maestro Rayo para hablar de su obra y las implicaciones de la misma. La charla se inició con una descripción muy singular por parte suya: "Papel Herido fue ambientada en su primera presentación con un comedor común y corriente para cuatro personas.
Sobre él puse dos grabados mios del tamaño de la mesa que tenían impresos cuatro cubiertos completos; los platos, los tenedores, los cuchillos y las servilletas. Encima les puse un vidrio y cuatro copas de vino, pero dentro de las copas introduje siluetas de papel rojo en forma de gotas de sangre. También dispuse las cuatro sillas respectivas. El conjunto se llamaba: "La cena de los generales"'.
SEMANA: Acaba de hacer una descripción truculenta. ¿La idea y la truculencia las tomó de "El otono del patriarca" de García Márquez o cualquier parecido es pura coincidencia?
OMAR RAYO: Es coincidencial, pero es claro mi enfasis sobre el tema de los tiranos en América Latina.
S.: En todos los cuadros de "Papel Herido " hay gotas de sangre impresas. ¿Cuál es la intencionalidad más inmediata de esas gotas?
O.R.: No son gotas de sangre, son dibujos de gotas pintadas de rojo.
S.: De acuerdo, pero se identifican con gotas de sangre, ¿no?
O.R.: Sí, ése es el efecto indiscutible. Aquí la sangre queda como símbolo de la agresividad del consumo que impera en nuestro tiempo, en nuestra civilización, pero son ante todo parábolas visuales.
S.: ¿Esto que llama "parábolas visuales" no entra en contradicción con los títulos de los cuadros? Son muy "afectados" conceptualmente y esto podría condicionar la visión de los objetos representados y limitar el juego interpretativo que se crea entre la obra y el espectador.
O.R.: Hay que tener en cuenta que esta obra es fundamentalmente agresiva y el espectador se encuentra solo ante esa agresividad. Por esto los títulos no lo limitan, sino que lo acompañan, le sirven de muleta. Hay algunos espectadores que interpretan la obra en forma exclusivamente retinal, pero hay otros que se apoyan en la literatura sobre la obra, ya sean los títulos o la crítica.
Por otra parte, y esto es más importante, lo que yo he pretendido con los títulos es crear un juego irónico entre la obra y el espectador, crear una complicidad con base en el humor. El espectador descubre que yo también soy un humorista, no para la carcajada, sino para que se rian las retinas.
S.: Esta presentación de "Papel Herido" está acompañada de una mini-exposición de fotograffas del Museo Rayo de RoldaniUo. ¿Qué es lo más destacado del Museo Rayo en estos cuatro años de fundado?
O.R.: Lo más importante es que el Museo Rayo ya tiene una proyección internacional. Salió de Roldanillo y se ha proyectado con su fondo en otras ciudades colombianas y ahora está aquí en Barcelona. "Papel Herido" es una exposición del Museo Rayo y por eso tú ves aquí esta muestra fotográfica del Museo. Por otro lado, también está saliendo a la calle con el Arte-Vial y en las Vallas.
S.: A propósito de Arte-Vial, hace poco tiempo algunos estudiantes de la Universidad Nacional de Bogotá, de lafacultad dePellasArtes, realizaron pinturas en uno de los puentes de la ciudad. ¿Qué opina de esto y cuáles son sus ideas sobre el aprovechamiento del espacio urbano por parte de la plástica?
O.R.: Esto es muy importante, pero no puede hacerse a la ligera, sin un estudio que respete los dos campos: el de la plástica y el del espacio. Para esto se necesita una persona que sepa cómo tratar los dos campos, que sepa determinar en cada caso los elementos adecuados. Si este trabajo lo hacen artistas jóvenes, ellos van a pintar allí cualquier cosa olo que a ellos les interesa y no lo que interesa al espacio.
S.: ¿En este momento qué proyectos tiene Ud. de Arte-Vial?
O.R.: Proyectos, ¡muchos! Pero falta energía, tiempo y, sobre todo, dinero. Hace poco, en noviembre del año pasado, inauguramos en Quito con las autoridades de la ciudad un proyecto de Arte-Vial que dirigí yo. Es un trabajo que va desde Quito hasta la línea del Ecuador y que se llama precisamente: Arte Vial Equinoccial. Son siete kilometros entre Quito y el monumento a la línea equinoccial. En este proyecto trabajaron catorce artistas ecuatorianos y seis internacionales y en todas las vallas figura la Fundación Museo Rayo como coordinadora del proyecto.
De esto no dijo nada la prensa colombiana. ¡Ahí le dejo la inquietud para un reportaje!
S .: En la exposición ARCO que organizan cada año en Madrid las galerías más importantes del mundo, se dijo el año pasado que el trabajo más novedoso y más fresco era el presentado por pintores colombianos. La prensa espanola habló de "Boom de la plástica colombiana". ¿Ud cree que esto es cierto o es más propaganda que realidad?
O.R.: Eso es cierto y maravilloso. A mí me conmueve saber que el boom de la plástica en América Latina lo tenemos los colombianos. No sólo los artistas que trabajan en Colombia, sino también los que trabajan en el exterior. Hay, por ejemplo, un grupo de unos 25 artistas colombianos que trabajan en París y que están haciendo cosas muy importantes.
S.: Y la gente de Nueva York. ¿Cómo está el trabajo de los colombianos y latinoamericanos en general que viven allí?
O.R.: Nueva York ya no es la meca. Allí sólo quedamos tres o cuatro pelagatos. Una gran cantidad de galerías ha quebrado; si miras las páginas del New York Times dedicadas a la publicidad de las exposiciones no encuentras más de dos páginas y hace unos años eran 8 olO las que se dedicaban a la publicidad ¡A la publicidad! No hablo ya de la crítica. La gente que fue a Nueva York, pinto res, galeristas, etc., ahora prefiere Europa. Todo esto es una muestra de que la cultura no se puede comprar a golpe de cheques, la fuerza del arte y la cultura es superior a la fuerza de los dólares.
S.: Bien, dejando a un lado las cuestiones estéticas, ¿le importaría hacer un comentario sobre la forma en que ve la situación política de Colombia actualmente?
O.R.: En primer lugar, quiero decirte que yo soy apartidista aunque no apolítico. Hace poco, en una reunión con intelectuales y artistas en un bar de París, tuve mucha conciencia de lo que es Colombia en la actualidad.
Mejor dicho, lo que pasó fue que me sentí orgulloso de que por primera vez se hable con respeto de un Presidente de Colombia. Ahora, no podemos olvidar que somos un país con muy poca historia, somos adolescentes y cada día despertamos con un grano en la cara o con la voz ronca y como todo adolescente, aún no sabe si le van a gustar las mujeres o los hombres. En medio de todo, lo importante es que los problemas se han puesto a la cara de los colombianos.
S.: ¿Cómo así que a la cara? Los problemas han afectado siempre el pellejo de los colombianos.
O.R.: Sí, pero ahora la gente tiene más conciencia de participar y de tener que decidir si vamos a quedar en la "olla" o en la "pudre" y si vamos a curarnos las llagas o qué. -
Enrique Romero Cano Barcelona .-