Cultura
Textos bíblicos que hablan sobre el equilibrio del amor propio
En la Biblia aparecen numerosos relatos que hablan de la baja autoestima, la alta autoestima y el equilibrio.
Los primeros jueces de las personas, son sin lugar a dudas ellos mismos. Cada quien, se conoce y se señala de formas que solo uno mismo podría hacer. Es aquí donde aparece el amor propio y la autoestima.
Aunque son dos términos parecidos, tienen diferencias marcadas. De acuerdo con el portal web Formación emocional, “Amor propio es un concepto más amplio que la autoestima. El amor propio incluye la forma en que te ves a ti mismo y la manera en que te sientes respecto de tus capacidades, mientras que la autoestima es un concepto más extenso. La autoestima es cómo te ven también los demás”.
Ahora, en diversos pasajes de la Biblia también se habla de este tema, pues ni la baja autoestima, ni la alta autoestima son buenas para uno mismo ni para los demás. Por esta razón, en los textos bíblicos se habla de que los extremos pueden traer consecuencias y que de la mano de Dios se puede encontrar el equilibrio.
Textos bíblicos que hablan sobre el equilibrio del amor propio
Santiago 4
1 “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?
2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.
3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?
6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
8 Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros, los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
9 Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
10 Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”.
Malaquías 3
“13 Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?
14 Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?
15 Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.
16 Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.
17 Y serán para mí, especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve”.
Romanos 12
“1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio razonable.
2 Y no os adaptéis a este mundo, si no transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
4 Porque de la manera que en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función,
5 Así nosotros, siendo muchos, somos aún solo cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.
6 De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
8 El que exhorta, en la exhortación; el que reparte, hágalo, con sencillez; el que preside, con diligencia; el que hace misericordia, con alegría.
9 El amor sea sin fingimiento; aborreced lo malo, allegaos a lo bueno;
10 Amaos los unos a los otros con caridad fraternal, prefiriéndoos con honra los unos a los otros;
11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
12 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;
13 Compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.
15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.
16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, atened paz con todos los hombres.
19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos; si no dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; porque haciendo esto, ascuas de fuego, amontonarás sobre su cabeza”.