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“The Mitchells vs. The Machines”, más que una ‘simple’ revolución de las máquinas
En un marco de apocalipsis humano y familiar, con choques entre papás millenials e hijos de la generación Z, la película de Mike Rianda explora la dependencia de la sociedad actual con la tecnología y envía un mensaje de aceptación y amor a la identidad.
La nueva película animada de Sony Pictures Animation, dirigida por Mike Rianda, director creativo y escritor de la primera temporada de Gravity Falls (2012), muestra los aspectos positivos y negativos de la tecnología en un contexto (muy) actual mientras explora e indaga la comunicación en las dinámicas familiares. La cinta mezcla técnicas de 3D, 2D y de stop motion, y evoca la estética de El Maravilloso Mundo de Gumball.
The Mitchells vs. The Machines (2021, disponible en Netflix) narra el momento en que los Mitchell, Rick, Linda y su hijo menor, Aaron, deciden emprender un viaje por carretera para dejar a Katie, la hija mayor, en la universidad de California en la que estudiará Cine. Pero este viaje es interrumpido por una inesperada insurrección, la de las máquinas que planean exterminar a la raza humana.
Las producciones animadas que involucran la tecnología actual y generan cierto nivel de incomodidad se cuentan con los dedos. La animación, como tal, transporta al espectador a una dimensión irreal, pero cuando toca temáticas de actualidad vigente y sobre todo, cuando aborda la realidad tecnológica, puede resultar agobiante, tanto como ver a Los Simpsons en celulares de pantalla táctil.
Hay algo de la actualidad tecnológica animada que resulta extrañamente incómodo, pero en The Mitchells vs. The Machines la excesiva actualidad juega a su favor.
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La cinta muestra una brecha generacional entre unos padres millennials y sus hijos de la generación Z. Por un lado, Rick es un tecnófobo que prefiere disfrutar de la naturaleza y le resulta imposible entender el gusto de sus hijos por las pantallas. Su hija Katie, por el otro, es una adolescente que sueña con ser cineasta y disfruta estar frente a una pantalla creando cortos para subirlos en la web. Y precisamente por eso chocan tanto.
Los memes, los filtros para las fotos, los vídeos con ediciones ridículas (pero fáciles de consumir y capaces de enviciar como los de Tik Tok), la preocupación por la aceptación y la ambición de likes en las redes sociales y la necesidad de documentar todo, son algunos aspectos actuales que la cinta mezcla muy bien con la comedia. Esto la hace digerible de ver.
Aunque el tema principal de la película es el apocalipsis, también aborda temas más profundos como el inminente temor a la pérdida del vínculo familiar, la incomprensión durante la adolescencia, el estigma que vive quien estudia artes y el miedo al fracaso de los hijos. A la vez, la cinta hace énfasis en las formas de comunicación de las nuevas generaciones y transmite un mensaje de aceptación y tolerancia hacia la sexualidad.
Detalles sutiles de esta producción demuestran que la protagonista pertenece a la comunidad LGBT y, sin importar lo incomprendida que sea Katie por sus ideas creativas, su familia la acepta tal y como es.. A primera vista, no es un tema relevante en la película, y esto ayuda a visibilizar la normalización de las orientaciones sexuales en las nuevas producciones animadas para niños. Esta inclusión de personajes LGBT ya se ha visto en series de Cartoon Network como Steven Universe y Hora de Aventura.
-¿Lo de Jade y tu es oficial?, le pregunta Linda a su hija Kate. -¿Vendrá a la casa en vacaciones?
Ver este tipo de inclusión en películas animadas es un paso importante: las audiencias más jóvenes probablemente serán más abiertos a estos temas.
La pandemia tecnológica
Mark Bowman es un joven desarrollador y dueño de Pal Labs, una empresa tecnológica capaz de crear máquinas que hacen hablar a los perros. La empresa lanza un nuevo invento, el Pal Max, un robot con una tecnología tan avanzada que reemplazará por completo a los celulares. Es por esto que la antigua Pal, alojada en un celular, desencadena la revolución de las máquinas.
Esta revolución consiste en deshacerse de la raza humana. El plan es enviar a los humanos en naves al espacio exterior para que las máquinas tomen el control del mundo, sin preocuparse por convertirse en latas obsoletas. No obstante, aunque el panorama es aterrador para los humanos, estos parecen estar tranquilos pues en el viaje a su exterminio al menos tendrán Wifi. Esta escena sirve una poderosa metáfora actual a estos tiempos de pandemia, un momento históricamente fuerte que nadie esperaba vivir pero en el que al menos hay internet.
En el fondo, esta película logra demostrar que las debilidades pueden convertirse en fortalezas y viceversa. Rick, alguien que no se fía de la tecnología, logra desactivar complejos mecanismos tecnológicos con un destornillador. Los robots, por su parte, se ven como dioses indestructibles y poderosos, pero no son capaces de diferenciar entre un pug, un cerdo y una lonja de pan.