CINE
“Toda película conlleva un acto de valentía”: Félix Viscarret estrena la genial ‘No mires a los Ojos’ y habla con SEMANA
Llega a Colombia su hipnótica adaptación de la novela de Juan José Millás, que se suma a sus adaptaciones anteriores de Leonardo Padura y Fernando Aramburu. Sobre su producción, su tono y el legado ‘Carpe Diem’ del maestro Carlos Saura, el español habló con SEMANA en su paso por Bogotá.
El próximo 22 de junio llega a las salas del país la cinta española No mires a los ojos, una cautivadora adaptación de la novela homónima de Juan José Millas, que integra elementos de thriller y algo de suspenso en un marco muy curioso. En ella se sigue a Damián, un carpintero que luego de tener problemas en el trabajo huye de todo y de todos, pero su manera de huir lo inserta en una casa de familia en la que este hombre entablará una extraña relación con sus integrantes.
Sobre la película, en la que lo real, lo imaginario y los procesos mentales tienen cabida, que capta el surrealismo cotidiano de Millás pero se hace propia desde la experiencia visual y sensorial que propone, SEMANA habló con el director pamplonés, modelo 1975.
SEMANA: Adapta a Juan José Millás, y ya había adaptado a Fernando Aramburu. Al adaptar a escritores muy apreciados, ¿cómo no quemarse?
Félix Viscarret: Toda película conlleva un acto de valentía, un acto temerario. Si te paras a pensar, en el caso de Aramburu, le he adaptado dos veces. La primera, en mi primer largometraje Bajo las estrellas (2007), y más recientemente en la serie Patria. Y fue muy bonito ver cómo Fernando seguía siendo el mismo, pero su reconocimiento internacional se multiplicó de forma exponencial. Patria ha sido un best seller a nivel global, muy merecido, porque, en el caso de él, ha continuado trabajando muy constante con su código estético y moral, como contador de historias, como narrador. Pero, si yo me pongo a pensar en las consecuencias de adaptarlo, la presión hubiera sido brutal, paralizante, porque el miedo en el ser humano puede ser paralizante. Los espectadores que vean No mires a los ojos en Colombia entenderán que observar lo que nos da miedo, con cierta distancia, puede ser un proceso divertido.
Ser fiel a una novela no quiere decir ser fiel a cada una de las palabras que están escritas, pero sí a ese universo, sí a ese tono, sí a lo que le ha hecho ese autor especial o inconfundible
Millás también tiene mucho prestigio y reconocimiento en España y a nivel mundial, y también he adaptado a Leonardo Padura, otro gran autor. Son ya tres autores con los que he tenido el enorme honor de sentirme vinculado de una forma u otra. ¿Cómo lo abordo? Tratando de guiarte por ese tono que la historia te está pidiendo, como lector o espectador. Ser fiel a una novela no quiere decir ser fiel a cada una de las palabras que están escritas, pero sí a ese universo, sí a ese tono, sí a lo que le ha hecho ese autor especial o inconfundible. Humildemente, el director de cine trata de que esta película sea reconocible, sea diferente, tenga algo que ofrecer que el espectador agradezca. Creo que quien vea No mires a los ojos verá un universo diferente a otras propuestas. Los llevará a un lugar más inesperado.
SEMANA: En encuadres y movimientos de cámaras, refleja ese tono, y desde una escena particular en el armario ofrece una experiencia de cine inolvidable. Háblenos de ese trabajo.
F.V.: Ojalá que el espectador colombiano se contagie de esa misma fascinación por esos detalles. Efectivamente, cuando diriges una historia, tratas de que las imágenes sean específicas de esa película. Que quien la vea la reconozca. Y esta es una diferente, un poco, por todo, con un lenguaje único. El uso de la cámara tenía que ser, por un tiempo, como un narrador omnisciente por la casa. Podíamos ser un poco observadores, como el protagonista, observadores de esa familia, mirones, voyeurs.
Por otro lado, éramos muy rigurosos en elegir el punto de vista, y en que nosotros no presenciáramos nada antes que el protagonista. Por eso, a veces tardas en ver los rostros de algunos actores y actrices.
A todos los que nos gusta el cine nos gusta mirar. No podemos criticar al protagonista, porque espía a esa familia, porque nosotros vamos a una sala de cine, a oscuras, y nos ponemos a espiar otras historias
Si, por ejemplo, los observa desde debajo de una cama, pues ahí ponemos la cámara y con él se observa desde ahí. Y, cuando ya ve sus rostros, cuando los ve durmiendo o de reojo, él ya completa su imagen mental e imagina lo que está escuchando este hombre o esta mujer. El punto de vista exigía nuestro respeto. Y creemos que el espectador también tiene algo de voyeur. A todos los que nos gusta el cine nos gusta mirar. No podemos criticar al protagonista, porque espía a esa familia, porque nosotros vamos a una sala de cine, a oscuras, y nos ponemos a espiar otras historias. Todos los seres humanos tenemos un poco de voyeurs, de mirones, pero, sobre todo, los que nos gusta el cine. Y jugábamos con eso, con esa parte de deseo, con esa especie de erotismo implícito que tiene en observar otras vidas. Quizá, psicológicamente, como esta es la única vida que tenemos, ligada a nuestro organismo, y como estamos condenados a esta existencia, de algún modo tenemos ese deseo de ver otras.
SEMANA: A Paco León se le vio aquí en ‘La peste’ y entrega un tremendo rol protagónico...
F.V.: Paco es una estrella en España, una persona con mucho reconocimiento no solo como actor, también como director. Es una persona muy inteligente, muy rápida, muy divertida. Le gustan mucho los retos y, de algún modo, a los dos nos apetecía entrar en este personaje, muy distinto a los que interpreta habitualmente. Aquí, efectivamente, hay una parte de humor, hay una parte de este personaje extraño y asocial que nos va a despertar una sonrisa, a veces carcajada, pero también tiene una parte oculta, más oscura, una parte más impredecible. No sabemos por dónde va a salir, no sabemos cómo va a resultar. A Paco le fascinaba la idea de un personaje con el cual a veces empatizas, y en otra te tapas la cara y piensas: “De qué va a ser capaz este tipo”. Era divertida esa dualidad.
Aquí, efectivamente, hay una parte de humor, hay una parte de este personaje de Damián, extraño y asocial, que nos va a despertar una sonrisa, a veces carcajada, pero también tiene una parte oculta, más oscura, una parte más impredecible
SEMANA: En ese juego indefinido entra también Lucía (Leonor Watling), quien suma su dosis de incongruencia...
F.V.: Ella también es un personaje con procesos mentales complejos. Todos podemos tener lagunas de memoria, sobre dónde dejé las llaves, el celular, pero ella empieza a encontrarle una explicación esotérica, casi paranormal, a esas incongruencias entre lo que recuerda y lo que está presenciando. Ella es alguien que viene de un momento emocional muy convulso, más fragmentado, y se va a establecer en este par de personajes (perdidos, digamos) una conexión muy especial.
SEMANA: Háblenos del juego que propone en torno a los entrevistadores y la entrevista, en el que suma a una figura como Iñaki Gabilondo.
F.V.: Es divertido que, por un lado, la película tiene varios niveles de lecturas. Arrancamos en lo que se entiende que es el presente, cuando este personaje ya se ha hecho famoso. Y, en este programa de televisión, habla de esa aventura insólita que lo hizo famoso. Y la película se desarrolla en esos dos tiempos: el presente y esa aventura insólita que, asumes, es el pasado. Poco a poco empezamos a plantearnos qué es real y qué es imaginado, qué está en la cabeza del protagonista.
Si tuviera que contar mi vida a uno de esos dos, ¿a quién elegiría? ¿A la fama y el rating o a la seriedad y al profesionalismo?
Y, efectivamente, como bien establece el protagonista, hay una tele hoy en día, la telerrealidad, que es más sensacionalista, más amarillista, y habría otro nivel de periodismo más de investigación, periodismo más serio, que se está perdiendo, que es el que en España encabeza Iñaki Gabilondo. Entonces, es muy divertido preguntarnos nosotros, si tuviera que contar mi vida a uno de esos dos, ¿a quién elegiría? ¿A la fama y el rating o a la seriedad y al profesionalismo? ¿Cuánto es verdad? ¿Cuánto lo imagina? El espectador tendrá que descubrirlo.
SEMANA: Falleció Carlos Saura. Usted pasó tiempo con él, filmó un documental. ¿Qué decir de su persona y su legado?
F.V.: El tiempo que pasé con él fue un privilegio, un momento muy mágico. Pudimos reflexionar juntos, no solo sobre el legado artístico, sino también sobre el legado personal que hacemos, la conexión con las siguientes generaciones. Y hablábamos sobre la paternidad a diferentes niveles, por así decirlo, no solo la paternidad creativa, sino también la paternidad que se establece con los hijos.
Y era muy divertido ver que Carlos Saura, con tanta historia por detrás, encaraba cada día como si fuera el primero. Se enfocaba en su trabajo diario
Él tiene siete hijos, yo también soy padre, y, entonces, nos permitía eso, a dos directores, hablar sobre cómo encarábamos el paso del tiempo. Y era muy divertido ver que Carlos Saura, con tanta historia por detrás, encaraba cada día como si fuera el primero. Se enfocaba en su trabajo diario. Y fueron una serie de enseñanzas las que nos brindó el maestro, y fueron muy gratas para todos.
SEMANA: Y le tocó, como banda de rock, hacer la gira de un disco casi encima del lanzamiento del otro...
F.V.: Uno va atesorando los proyectos un buen tiempo, y luego, a veces, por temas como la pandemia o las agendas de los actores, todo cambia. Era John Lennon quien decía que “la vida es lo que te sucede mientras haces planes”. Esto es así. De nada sirve que nos hagamos demasiados planes, es mejor vivir el día a día y ver, como nos enseñó Carlos Saura: disfrutar el momento.
De nada sirve que nos hagamos demasiados planes, es mejor vivir el día a día y ver, como nos enseñó Carlos Saura: disfrutar el momento