Historia
Tras las pistas de Cristóbal Colón
El pasado 19 de mayo, la Universidad de Granada informó que retomaría las investigaciones del proyecto ‘Colón ADN, su verdadero origen’, iniciado en 2003, para intentar resolver quizá el misterio más grande que envuelve a la figura del almirante.
El revolucionario estudio científico llevaba 16 años estancado. En 2005, el doctor José Antonio Lorente, catedrático de medicina forense de la Universidad de Granada y director de ‘Colón ADN, su verdadero origen’, dio la orden de no volver a intentar extraer el ADN de los fragmentos de hueso de Cristóbal Colón que tenían en el laboratorio. Los pequeñísimos restos óseos, cedidos por la Catedral de Sevilla, eran demasiado preciados como para seguir pulverizándolos si no se estaban consiguiendo los resultados anhelados.
Lo mejor era esperar a que la tecnología se desarrollara, a tal punto que pudieran extraer con mucha mayor precisión ADN puro de un pequeñísimo fragmento de hueso de más de 500 años de antigüedad, y no muy bien conservados.
En una rueda de prensa organizada el 19 de mayo de 2021, Lorente anunció que el momento por fin había llegado, y que cinco laboratorios de distintas partes del mundo –Granada, Florencia, Texas, Roma y México– intentarían dar respuesta al misterio del origen de Colón.
Que esto último fuese un misterio lo sabían pocos. Para la gran mayoría de las personas, el descubridor de América nació en Génova, Italia, en 1451, como dice la historia oficial. Pero esa teoría ha despertado dudas entre varios historiadores, porque no todas las piezas del rompecabezas encajan. Por ejemplo, resulta extraño que no haya un solo escrito de Colón en italiano, ni siquiera las cartas que enviaba a su hermano Diego. Y el nivel educativo que demuestran sus textos no cuadra con la narrativa de que procedía de una humilde familia de tejedores genoveses; como tampoco lo hace el hecho de que en 1479 se casara con Filipa Moniz, hija de un noble portugués, pues en esa época el matrimonio entre personas de diferentes clases sociales era casi impensable.
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En 2002, el historiador español Marcial Castro se acercó a José Antonio Lorente y le preguntó si el ADN de un personaje de la antigüedad podría dar información objetiva suficientemente contundente como para apoyar o descartar una teoría sobre su origen. Lorente respondió que sí, y así arrancó una revolucionaria investigación científica que emocionó a los expertos en Colón porque por fin iban a saber con certeza si era de Génova, de Barcelona, de Galicia, de Navarra, de Mallorca o de Portugal.
Teorías sobre el origen del marinero hay muchas. Entre los que defienden su nacionalidad portuguesa están Fernando Branco, profesor de la Universidad de Lisboa, quien cree que era portugués y que en 1485 huyó a Castilla; los hermanos José y Antonio Mattos e Silva tienen la teoría de que era hijo bastardo de la princesa portuguesa Leonor de Aviz. Igualmente, Carlos Evaristo afirma que era hijo del duque de Beja y Viseu y de Isabel Gonçalves, una mujer de ascendencia judía. Esta última hipótesis ha hecho pensar a los expertos que quizá fue el miedo a los horrores de la Inquisición lo que lo habría llevado a esconder su origen.
La investigadora española Guadalupe Chocano cree que Colón quería ocultar su pasado. En el documental El enigma de Cristóbal Colón; Prueba de ADN (2018) explica que solo se conoce un texto en el que el almirante menciona su lugar de nacimiento –“de Génova salí y en ella nací”–, pero que se trata de la copia de un original perdido hace tiempo, y cuya autenticidad se duda. De resto, ni siquiera a su hijo y primer biógrafo, Hernando Colón, le habló de los comienzos de su vida.
Otros historiadores coinciden con la hipótesis de que Colón escondía su pasado, pero no creen que lo hacía para ocultar su ascendencia judía. Francesc Albardaner, del Centro de Estudios Colombinos de Barcelona, está convencido de que el descubridor de América era miembro de la familia Colom, de la capital catalana, un potente clan de patricios, banqueros y comerciantes cuyos barcos navegaban por el Mediterráneo. Como parte de esa familia, el almirante hubiese pertenecido a una saga de grandes navegantes. Entonces, ¿por qué habría de ocultar su ascendencia? Una carta escrita al final de su vida lo explicaría: durante la guerra civil catalana (1462-1472) capitaneó uno de los barcos que enfrentó al rey Fernando, monarca que posteriormente financió su viaje al Nuevo Mundo.
Sobre la nacionalidad española de Colón, también hay varias hipótesis. El País, de España, habló con el médico José Mari Ercilla, quien afirma que nació en Navarra, en la localidad de Ainza, y que portaba el antígeno HLA-B27, característico de los agotes, una minoría discriminada que vivía en Francia y España. “Este nombre no ha existido en otra parte del mundo más que en América tras el descubrimiento de Colón. Un topónimo que solo alguien nacido allí podría conocer, pues los Colom, según censos reales navarros, habitaban este pueblo de tan solo cinco casas”.
Gabriel Verd Martorell, presidente de la Asociación Cultural Cristóbal Colón, no está de acuerdo con la hipótesis vasca. Para él, Colón nació en Mallorca y por eso una y otra vez escribió la palabra almirant con ortografía balear. Era hijo del príncipe de Viana, hermano de Fernando el Católico, y de la mallorquina Margalida Colom.
Y así siguen las teorías, cada una jalando para su terruño. Contando una última, Eduardo Esteban Meruéndano, presidente de la Asociación de Cristóbal Colón Galego, le apuesta a la ascendencia gallega del almirante. La llamada hipótesis gallegista se remonta a comienzos del siglo XX y sostiene que Colón era pariente de la familia Fernández Sotomayor.
Para el equipo de Lorente –y de los otros laboratorios que llevarán a cabo las pruebas de manera independiente para corroborar los resultados–, confirmar o descartar la teoría gallegista es relativamente fácil. Exhumarán el cuerpo de Juan Fernández de Sotomayor, obispo de Tuy fallecido en 1423, extraerán una prueba de ADN de sus restos óseos y compararán su genética con la del descubridor de América para ver si hay parentesco. Lo mismo harán con fragmentos de hueso de la princesa portuguesa Leonor de Avís y de la duquesa de Arjona, Aldonza de Mendoza, descendiente de la familia portuguesa Atayde, entre otros.
Ese mismo procedimiento se hizo en 2003 con los restos óseos de Diego y Hernando Colón, el hermano y el hijo del descubridor, para cerciorarse de que los fragmentos de hueso cedidos por la Catedral de Sevilla fueran los de Cristóbal Colón. Como con respecto a los de Hernando no había duda alguna de a quién pertenecían, ese fue el punto de partida.
Según explicó Lorente en rueda de prensa, el costo total de la nueva etapa de la investigación científica será de unos 30.000 euros. Y añadió que si a los historiadores les entusiasmaba la idea de seguir descubriendo detalles de un personaje histórico de la talla de Cristóbal Colón, a él lo motivaba el gigantesco reto científico: “Dentro de los límites permitidos por la ciencia, vamos a explotar al máximo la tecnología, a intentar obtener la mayor cantidad de información posible de restos óseos en malas condiciones, y a partir de ahí definir un protocolo que pueda extrapolarse a otros casos”.
Si bien la emoción y la esperanza en el proyecto son grandes, Lorente advirtió que es posible que nuevamente queden en tablas. También dijo que los resultados de sus estudios pueden descartar o confirmar directamente teorías como la de Navarra, pues científicamente se puede determinar si portaba el antígeno característico de los agotes. Pero en otros casos, será tarea de los historiadores interpretar los resultados.
Si todo marcha bien, se calcula que el 12 de octubre de 2021 se le informe al mundo las conclusiones de ‘Colón ADN, su verdadero origen’ mediante un documental creado por Story Productions en alianza con Televisión Española.