TRAS LAS REJAS

La detención de un periodista francés por parte del gobierno de Afganistán desata polémica en torno a un interrogante: ¿el derecho a informar debe respetar fronteras?

26 de noviembre de 1984

Cuando un periodista penetra ilegalmente en un país cuyo régimen ha cerrado las puertas a la prensa, sabe que corre serios riesgos.
¿Esos peligros son inherentes a esa profesión cuya primera vocación es testimoniar,o el periodista debe plegarse a la voluntad de los gobiernos deseosos de actuar con toda impunidad y entrar legalmente para ver únicamente lo que esos Estados desean mostrar? ¿El derecho a informar tiene que respetar las fronteras? Tales son los interrogantes planteados en Francia a raíz del arresto en Afganistán de un periodista de la segunda cadena de televisión. Jacques Abuchar fue capturado el 17 de septiembre en una emboscada tendida por las fuerzas soviético-afganas cerca de la frontera pakistanesa. La semana pasada fue condenado a 18 años de cárcel por autoridades en Kabul, y París comenzó a presionar por su liberación. Nacido en París en 1931, ampliamente conocido por sus reportajes sobre la guerra en Líbano, el hambre en Etiopía y la vida cotidiana en Polonia, ese periodista había penetrado en Afganistán en compañía de veinte guerrilleros que luchan contra las tropas soviéticas.
¿Por qué no pudo huir-durante la emboscada como lo hicieron un fotógrafo y los otros técnicos que lo acompañaban? Abuchar no lo dijo en la presentación ante los periodistas del Este --los otros no fueron aceptados--que tuvo lugar el 11 de octubre en Kabul. En ella, el periodista reconoció haber entrado ilegalmente a ese país y explicó el fin de su misión: "tratar de hacer un informe sobre la oposición armada al gobierno afgano, sobre la organización de esos grupos, sus motivaciones y su hostilidad persistente al gobierno afgano y sobre las perspectivas que pretenden ofrecer a ese país". El enviado especial del Canal Dos rechazó las acusaciones de espionaje e insistió sobre un hecho: "Nosotros nunca pedimos que se nos organice algo desde el punto de vista militar". La agencia soviética TAS, no leyó las declaraciones de Abucha en el mismo sentido. "Abuchar fué encargado de penetrar en Afganistán, escribe esa agencia, a fin de establecer contactos con los bandidos y proceder a una colecta de informaciones cuyo carácter es incompatible con el oficio de periodista. Abuchar tenía por misión hacer no de la información sino de la desinformación desvergonzada sobre la República Democrática de Afganistán". TASS acusa, igualmente al jefe de gobierno galo, Laurent Fabius, de "asociarse" desplegaron una amplia campaña en favor de su liberación. Laurent Fabius intervino en ese sentido desde la tribuna de la Asamblea Nacional mientras el canciller Cheysson exponía el caso a su colega soviético Andrei Gromyko, en la ONU, Nueva York.
Según los observadores en Paris, la diplomacia francesa cometió el error de interpelar a los responsables moscovitas antes de convocar al encargado de los asuntos afganos en Paris, que es el hijo del primer ministro afgano.
Esto explicaría la actitud de las autoa una campaña antisoviética y antiafgana.
Desde el anuncio del arresto del periodista, las autoridades francesas ridades de Kabul y los ataques, lanzados a través de la agencia oficial de prensa Bakhtar, contra Laurent Fabius y Claude Cheysson acusados de "haber recurrido a justificaciones ridículas e irresponsables para defender los crímenes de un agente que ha reconocido haberse librado a actividades de espionaje".
El periódico Kabul New Times lamenta, por su lado, que el caso del médico francés Augoyard, arrestado en enero de 1983, condenado a ocho años de cárcel y liberado seis meses más tarde tras haber confesado públicamente sus crímenes, no haya servido de ejemplo. La firmeza del gobierno afgano molestaría a los soviéticos en este momento, dijo un dirigente del Canal Dos, pues en París se preparan algunos actos para conmemorar el 60 aniversario del establecimiento de relaciones entre los dos países. Pero el despliegue dado al caso Abuchar en Europa y los debates suscitados en torno a la libertad de informar, los ha llevado a asumir la responsabilidad del hecho y sus futuras consecuencias."Los prevengo, puntualizó el embajador soviético en Pakistán, Vitaly Smirnov, dirigiéndose a dos periodistas franceses, y a través de ustedes a todos los colegas periodistas. No traten de entrar en Afganistán con los pretendidos mudjahidins. En adelante esos bandidosy los pretendidos periodistas que los acompañen serán abatidos". Pero al parecer, las presiones internacionales pudieron más que estas declaraciones, ya que al final de la semana se ordenó la liberación de Abuchar. -