Vida Moderna
Tres oraciones para encontrar la tranquilidad
Estas pueden ser de gran ayuda en momentos de desasosiego.
Si se pudiese definir la vida, se podría decir que es una constante entre subidas y bajadas, pues las vueltas, las decisiones, los sucesos y las sorpresas pueden ocurrir en cualquier momento y a cualquier persona.
Por eso se dice que se deben aprovechar los buenos momentos y atesorar los recuerdos de estos, pues en cualquier momento se puede terminar.
Cuando llega la intranquilidad, por el motivo que sea, una forma de afrontarlo es recurrir a la fe, a Dios.
La tranquilidad se define, según expone el portal Edukame, “un estado de calma y serenidad donde no hay miedo, angustia o dolor. Es un estado de despreocupación en el que nos permitimos actuar sin presión, donde sentimos un equilibrio entre nuestro mundo interior y las circunstancias externas”.
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Aunque la solución dependerá del problema y de las herramientas que se tengan para afrontarlo, lo cierto es que buscar a Dios es una forma de poder sobrellevar las situaciones y encontrar un lugar seguro para poder seguir adelante y encontrar esa guía que se está buscando.
El portal Aleteia expone algunas oraciones que se pueden decir para encontrar esa luz en un momento oscuro.
Oraciones para encontrar la tranquilidad
“Oh Señor, te invocamos en este tiempo de sufrimiento, danos la fuerza y la voluntad de llevar nuestras pesadas cargas
Hasta que podamos volver a sentir el calor y el amor de tu compasión divina.
Míranos y ten misericordia de nosotros que luchamos para comprender las dificultades de la vida.
Mantennos siempre contigo, hasta que podamos caminar nuevamente con corazones de luz y espíritu renovado”.
Otra oración que puede decir en un momento de intranquilidad es:
Dios Todopoderoso, te damos gracias por nuestras vidas, por tu gran misericordia y la gracia que recibimos.
Te damos gracias por tu fidelidad, aunque nosotros no te hayamos sido fieles.
Señor Jesús, te pedimos que nos des toda la paz posible a nuestra mente, cuerpo, alma y espíritu.
Queremos que cures y quites todo lo que está causando estrés, dolor y tristeza en nuestras vidas.
Por favor, guía nuestro camino a través de la vida y que nuestros enemigos estén en paz con los demás.
Venga tu reinado de paz a nuestra familia, a nuestro lugar de trabajo y a todo lo que esté en nuestras manos.
En nombre de Jesús,
Amén”.
Para estos momentos de intranquilidad, de frustración e incluso de dolor por no saber qué pasa y que viene, aparece el Salmo 121.
“Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda?
Él no dejará que resbale tu pie:¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni dormita él guardián de Israel.
El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha: de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche.
El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida. Él te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre”.