VER PARA CREER
Un estudio sobre las dificultades que plantea el escepticismo
"La historia del escepticismo desde Erasmo hasta Spinoza". Richard H. Popkin. Fondo de Cultura Económica, 1983, 398 páginas.
La actividad filosófica, que iluminara el devenir intelectual desde la antiguedad clásica hasta los albores del siglo XX, hoy virtualmente ha desaparecido. Con Husserl, Heidegger y Sartre culmina la pasión por el conocimiento filosófico que determinó la historia del pensamiento occidental.
Aunque en Sartre podemos en contrar representada la crisis espiritual del mundo contemporáneo en ese tránsito patético del metafísico que abandono las grandes cuestiones del pensamiento para entregarse a estériles polémicas cada vez más nimias, fue Husserl quien advirtió el desarrollo de esta crisis al percibir el carácter unilateral del desarrollo técnico y científico del mundo. Hoy la filosofía sobrevive en el círculo de las facultades, pero como un atributo formal de la educación académica y quizá por ello no ha alcanzado, ni siquiera en una mínima porción, a elevarse a la altura de su papel trascendente.
Cuando aparecen nuevos libros de filosofía uno tiende a pensar que se está recuperando el maravilloso poder estimulante que propicia el debate filosófico. De hecho ciertos libros confirman una apreciación así. "La historia del escepticismo desde Erasmo hasta Spinoza" de Richard H. Popkin demuestra que el debate no está clausurado.
Aunque el objeto principal de Popkin tiene como fin determinar el problema del conocimiento dentro de una filosofía de la religión, su exposición es mucho más histórica que propiamente filosófica. Lejos de abstraer, Popkin va revisando los principales periodos de los conflictos religiosos que han tenido por base una disputa acerca del criterio de verdad que surge en toda controversia teológica. En la disputa entre Erasmo y Lutero, que da un contenido dogmático a la crisis intelectual de la Reforma, muestra Popkin cómo surge el redescubrimiento del pensamiento escéptico de Sexto Empírico, de Cicerón y de los pirrónicos, lo cual produce un giro: la crisis pasa de la teología a la filosofía. El resurgimiento del escepticismo griego en el siglo XVI con Pico de la Mirandola y luego la presencia del humanismo escéptico de Montaigne configura un primer periodo del que Popkin va a buscar su prolongación en la huella escéptica del nominalismo del Francisco Sánchez, en la sinceridad de los llamados Libertin erudits-Nodé, Patin, La Mothe, Le Vayer-para desembocar en el pensamiento de quien da origen a la modernidad, escéptico a pesar suyo, René Descartes y luego terminar con el pensamiento de Spinoza. Pocas filosofías como el escepticismo se prestan a una controversia que produzca tanto escepticismo.
Popkin ilustra más que su proceso filosófico las dificultades que el escepticismo plantea en las fuentes mismas de la fe. -
Enrique Pulecio Mariño -