ARQUITECTURA

Vida después de Salmona

En grandes eventos internacionales como la Bienal de Venecia se reconoce el talento de los diseñadores y planificadores urbanos de Colombia.

20 de septiembre de 2008
Giancarlo Mazzanti. Al fondo, el Parque Biblioteca León de Greiff, en el barrio La Ladera, de Medellín, una de sus obras

La última obra de Rogelio Salmona, el Centro Cultural García Márquez del Fondo de Cultura Económica de México, ganó el Premio Nacional de Arquitectura el año pasado. Ese mismo diseño recibió también el Premio a la Excelencia en Concreto Obras Cemex 2008. Por eso es pertinente preguntarse si existe vida para la arquitectura colombiana ahora que Salmona ya no está.

Si se tienen en cuenta los premios y reconocimientos a los proyectos arquitectónicos colombianos, se podría concluir que tanto la arquitectura como el urbanismo colombianos están pasando por su cuarto de hora. Nunca antes Colombia había figurado con tan honoríficos galardones a las obras y a los arquitectos y planificadores colombianos. En los últimos años, pero específicamente en lo que va corrido de éste, el país ha figurado con honores en los carteles de los concursos más importantes de arquitectura en el nivel no solo continental sino mundial.

El Parque y Biblioteca España del barrio Santo Domingo Savio, en Medellín, obra del Estudio de Arquitectura de Giancarlo Mazzanti, el pasado 29 de abril ganó el Premio a la Mejor Obra de Arquitectura de la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Lisboa, Portugal (Biau). Según el jurado, "esta es una obra de profunda significación cultural que cumple con absoluta lealtad con la finalidad del programa de inclusión social en el cual se desarrolla. Se trata de una arquitectura que contribuye a potenciar las calidades de vida y la integración social en la periferia urbana de Medellín".

Por si fuera poco, otras tres obras fueron finalistas entre más de 207 participantes: la Sala de Exposiciones del Banco de la República en Bogotá, de Enrique Triana Uribe y Juan Carlos Rojas Iragorri; el Orquideorama (en el Jardín Botánico), de Plan B y Jprcr Arquitectos, y el Parque Biblioteca San Javier, de Javier Vera, ambos en Medellín. En esa misma bienal, los arquitectos colombianos Alberto Escovar y Margarita Mariño recibieron el premio al mejor libro de arquitectura en Iberoamérica por su obra Atlas Histórico de Bogotá 1538-1910. Tal fue el éxito que la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) y el Ministerio de Cultura postularon a Colombia como sede de la VII edición de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura para 2010.

Este año, igualmente, varios proyectos nacionales figuraron con honores en la pasada bienal de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos (Fpaa). Seis de los siete trabajos colombianos que presentó la SCA resultaron ganadores en Guayaquil. Luego de evaluar 61 postulaciones provenientes de América, la agremiación otorgó la Medalla de Oro a Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín, por su labor en la ciudad y en especial por toda la red de bibliotecas que incluyen, además del Parque Biblioteca España, el Parque Biblioteca La Ladera, también de Mazzanti y el Parque Explora, del arquitecto Camilo Restrepo; el premio Arquitecto en la función pública para Juan Manuel González, ex gobernador del Meta. Según varios jurados, "se exalta con esta decisión la voluntad política de quienes -desde sus responsabilidades públicas o privadas- toman la opción por la búsqueda de la excelencia en la arquitectura, como factor de desarrollo social y cultural".

Los galardones a la difusión de la arquitectura y urbanismo y a la actividad gremial fueron para la revista Escala y a Alejandro Sokoloff; en investigación y teoría, Carlos Niño recibió una mención especial, al igual que Hernando Carvajalino por su programa 'Barrio Taller' en la categoría hábitat popular. Para Ricardo Navarrete, presidente de la SCA, "este resultado corrobora una vez más la calidad y el compromiso del arquitecto colombiano con su trabajo, así como del prestigio que goza en el nivel internacional".

Pero el nuevo talento colombiano se expresa más allá de las fronteras. En el reciente concurso arquitectónico Londres 2008, un grupo de arquitectos colombianos integrado por Daniel Azuero, Pablo Forero, Julián Restrepo, Manuela Mosquera y Andrés Gutiérrez ganó el segundo puesto con una propuesta de arquitectura en movimiento que consistía en diseñar una galería móvil que viajaría a lo largo del río Támesis, de modo que se adaptara a las exhibiciones de los artistas, conectara con varios espacios de la ciudad, recogiera pasajeros, y se acomodara al movimiento del río y al clima londinense.

Además, un equipo de jóvenes arquitectos colombianos integrado por Camilo García y Diego Barajas, del estudio Husos con sede en Madrid, España, participa en la XI Muestra de Arquitectura de la Bienal de Venecia, una de las más importantes de Europa en el que participan algunos de los más célebres urbanistas y arquitectos del momento. Por el carácter experimental y multidisciplinario de su trayectoria y por el libro Dispersion, A Study of Global Mobility and the Dynamics of a Fictional Urbanism, publicado por Barajas en 2003, fueron escogidos con su obra Edificio Jardín Hospedero y Nectarífero para Mariposas de Cali por el arquitecto, curador, crítico e historiador Aaron Betsky, director de la muestra y Emiliano Gandolfi, encargado de la parte de arquitectura experimental. Para esta versión de la bienal llamada Out There: Architecture Beyond Building (Afuera: arquitectura más allá de los edificios), que comenzó el pasado 14 de septiembre, Husos contó con la colaboración del biólogo español Francisco Amaro y el patrocinio de la Universidad de los Andes.

En la pasada edición de esta bienal, cuyo tema eran las grandes ciudades, Bogotá ganó el León de Oro por La Ciudad, al competir contra otras 15 de cuatro continentes. Richard Burdett, director de la muestra, dijo que "el premio ha sido para la ciudad más inteligente, que mira el futuro de un modo serio, en un país del Tercer Mundo con problemas de pobreza y criminalidad, pero que ha conseguido relanzarse gracias a unos políticos inspirados".

Esta lluvia de premios sirve de preámbulo para la XXI Bienal de Arquitectura Colombiana, que se celebra en Cartagena del primero al 3 de octubre, que le rinde homenaje a Salmona. A un año de la muerte del maestro se percibe un ambiente de euforia y de optimismo frente al futuro de la arquitectura colombiana. 1.500 arquitectos, 271 proyectos y 94 preseleccionados harán parte de esta muestra en la que la SCA premiará los trabajos más significativos de arquitectos colombianos o extranjeros residentes en Colombia en las categorías de ordenamiento urbano y regional, diseño urbano y paisajismo, proyecto arquitectónico, hábitat popular, arquitectura de interiores, restauración del patrimonio, teoría, historia y crítica.

Sin embargo, la mayoría de los colombianos que no dominan las teorías, pero viven la arquitectura y el urbanismo, han visto cómo varios de esos proyectos se han venido deteriorando con el tiempo, han quedado inconclusos o no cumplen a cabalidad sus propósitos porque están en continua reparación. Además se talan árboles sin respeto por el medio ambiente y se derriban casas que deberían ser patrimonio arquitectónico para hacer edificios que no respetan la historia.

Ojalá este boom de la arquitectura y el urbanismo colombiano, tan premiado en el exterior, sirva para reflexionar acerca del estado actual de las ciudades para que los arquitectos, ingenieros, contratistas y dirigentes públicos tomen conciencia de su misión y lo hagan a cabalidad. Porque a veces, ni los Leones de Oro les sirven para hacerse reelegir.