Cine

La trágica historia de la “Sirenita” que inspiró la película de Disney

A pesar de que la narración original comparte varias similitudes con lo que muestra la película de Disney, el final no es el típico “vivieron felices para siempre”. ¿Cómo termina la historia?

26 de septiembre de 2022
Sirena / Sirenita
Nace de la historia de un ser mitológico del océano. Foto: Getty Images. | Foto: Getty Images

Durante los últimos días, la producción que narra la historia de una sirena que anhela tener pies y explorar el mundo terrestre ha estado en la mira, luego de que Disney lanzará el tráiler del life action de La Sirenita y se empezaran a leer comentarios por el color de piel de la protagonista.

Como suele pasar en redes sociales, hay manifestaciones de todo tipo. Sin embargo, hay quienes no miden sus palabras y defensores de los derechos humanos dicen que algunos puntos de vista son racistas.

La Sirenita en 2023 | Tráiler Oficial | Doblado

En vista de la relevancia que está tomando la película, que en un principio fue un cuento infantil que pasó a las pantallas de Disney en 1989, los cibernautas han estado averiguando en torno al origen de la historia de la princesa del océano, con cabello rojo y cola de pescado, indicando que la narrativa es diferente a la que se ha mostrado por décadas.

De acuerdo con datos recopilados por el portal Milenio, el escritor danés Hans Christian Andersen fue el que ideó la primera historia de una de las producciones más aclamadas por los fanáticos de Disney.

Para 1837, el también poeta trasformó las criaturas míticas en una versión romántica, puesto que se tenía el imaginario de que eran seres espantosos, los cuales seducían a los trabajadores del océano con los sonidos cánticos que emanaban, para después comérselos.

Sumado a esto, el cuento no termina con la típica frase de “vivieron felices para siempre”, sino que el final resulta un poco cruel debido al destino que Andersen escribió para en la Sirenita.

En la narrativa original, se da a conocer que la Sirenita es una joven que impacta por su belleza. Hija del rey del océano, a este personaje lo que le interesaba era conocer y pertenecer al mundo terrestre, fuera del mar.

Al ser mayor de edad, a la princesa le dieron como regalo de cumpleaños la oportunidad ir a la superficie y es entonces cuando vio por primera vez al príncipe de sus sueños, quien también celebraba un año más de vida, pero a bordo de un barco.

El clima hizo estragos y el medio se trasporte marítimo colapsó, por lo que la sirena encantada salvó al joven hombre.

Al enamorarse inmediatamente de él, la princesa tomó la decisión de cambiar su voz por unos pies humanos, mediante un acuerdo con la bruja del mar -que en Disney es llamada Úrsula- y hasta esta parte del cuento la historia parece no tener cambios trascendentales.

Entre los cambios mínimos que consigna la historia original, se da a conocer que la bruja no es la que interfiere con las ideas de Ariel en el ecosistema terrestre; debido a que el corazón del príncipe ya le pertenecía a otra doncella que conoció, antes de ser rescatado.

El trágico final de la historia

Ya teniendo la forma humana, la Sirenita se convirtió en una amiga cercana del príncipe. Sin embargo, en esta parte de la historia no se consigna que él se enamoró de la princesa del océano, sino que tiempo después el hombre encontró a la doncella que amaba, que no es Ariel, y juntos van al altar.

Decepcionada y con el corazón roto, también sin cumplir con el trato que tuvo con la bruja de las profundidades del agua, el personaje mitológico tuvo otro final, diferente al de Disney.

Milenio comparte que para tratar de salvar a la sirena de su fatal destino, las hermanas de la princesa llegan a un acuerdo con la bruja: “si Ariel asesina al príncipe, ella seguirá con vida y regresará al océano”.

No obstante, como sí lo mostró el conglomerado de entretenimiento, la Sirenita tiene un noble corazón y, por lo tanto, no cometió el acto de muerte. Así que al regresar a su verdadero hogar, “desaparece convirtiéndose en espuma del mar”.

Noticias relacionadas