Literatura
‘Enrabiados’, la nueva producción del escritor Jorge Volpi en la que muestra cómo la rabia se puede propagar en redes sociales
Volpi habló con SEMANA sobre las formas en las que se puede presentar la ira, incluyendo a las redes sociales en el contexto de la pandemia de covid-19, momento en el que muchos aprovecharon la zozobra para esparcir discursos de odio.
Una de las preguntas que se formulan en medio de la evolución que ha tenido el mundo a medida que avanzan las tecnologías, y teniendo en cuenta los cambios que se generan en el entretenimiento y las formas de aprendizaje de la sociedad es: ¿cómo o qué tanto puede llegar a influir las redes sociales en el comportamiento real –no virtual– de las personas?
Pues bien, es innegable que este tipo de plataformas, las cuales permean casi que cada aspecto en las relaciones e interacciones sociales y comerciales, no lleguen a impactar la literatura, que es una forma de entretenimiento y, en casos específicos, de aprendizaje universal desde que se tiene registro de la humanidad.
Fue justamente este tipo de impacto en la realidad virtual lo que detonó en la mente de Jorge Volpi, reconocido y laureado escritor mexicano, en conjunto con la rabia generalizada que impregnaban las redes sociales en plena pandemia de covid-19, que gestó y alumbró ‘Enrabiados’, una recopilación de relatos satíricos que convergen para evidenciar las diferentes formas de expresar la ira.
“La realidad siempre da motivos para la creación literaria”, recordó Volpi en entrevista para SEMANA, recalcando que la zozobra que se vivía en las cuarentenas por la pandemia de covid-19 permeó una de sus más recientes creaciones, indicando a su vez que, al estar envuelto en las plataformas digitales, también notó que pululaba un sentimiento de ira que continuamente era expresado en las redes sociales.
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“Estaba en la pandemia y me la pasaba mucho más en redes sociales. Me pareció detectar que el ánimo que tenía el mundo, en todas partes, era el de la rabia, la ira, la cólera”, contó el autor de Enrabiados, indicando uno de los móviles que le llevó a desempolvar algunos cuentos viejos para reescribirlos y comenzar otros relatos para conformar este libro.
“Quise hacer un libro que tuviera dos hilos conductores: uno, el tema central, la rabia, distintas formas de la rabia, de ira entre parejas, entre amigos, familia, en el ámbito laboral, el ámbito artístico, el ámbito literario y en las redes sociales. Por el otro, quería que todos los cuentos fueran satíricos de alguna manera”, recalcó el autor y premio Alfaguara 2018 por su obra Una novela criminal.
Así entonces, Volpi aseveró que fue especialmente Twitter el que medió en diferentes formas en sus cuentos, puesto que, para el autor, es el lugar donde se ha “depositado toda nuestra conversación pública”, y que justamente por su permisividad hacia el anonimato, se pueden dictar discursos sin importar mucho sus consecuencias.
“Esa rabia, esa ira, quizá viene articulada por el propio diseño de la plataforma, de la red social, que produce que sean reacciones muy tempestivas, breves, en donde no se privilegia la profundidad de los matices, sino lo más directo, abrupto, lo más escandaloso, lo más ingenioso o lo más violento”, puntualizó Volpi.
Y agregó: “en donde, además, se puede muy fácilmente ser anónimo a la hora de expresar opiniones que pueden ser muy radicales... Creo que todo eso privilegia la ira, todo esto era mi estudio literario y por eso hay un cuento que aparece escrito como si fuera una línea de Twitter”.
Y es que la pandemia de covid-19 fue un momento de caos, en el que la incertidumbre iba alimentada en muchos casos por las fake news, las teorías conspirativas, las críticas hacia los gobiernos, los señalamientos por la enfermedad, así como un sinnúmero de motivos que emanaban odio convergían en las redes sociales.
“Cada arquitectura provoca cosas distintas. Twitter provoca un poco estas descargas de opiniones, de opiniones muy dementes que pueden llegar a la rabia”, comentó Volpi, afirmando el destino que, para él, sería lo más acertado hacia el futuro de esta plataforma: “lo mejor es que desaparezca y sea sustituido por otra cosa”.
Esto sin caer en la crítica única hacia esta red, puesto que el mexicano aprovechó para indicar el contexto de las otras plataformas sociales, misma que beneficiaria un tipo de discurso diferente dependiendo de su esencia, haciendo hincapié en el fin mismo de la participación en estos espacios: sentirse querido.
“Otras redes sociales fueron hechas para otras cosas, para el exhibicionismo, para el voyerismo, para estar todo el tiempo fisgoneando, mirando la vida de los demás, para hacer ficciones de nosotros mismos y, a fin de cuentas, para ser queridos, para tener la ilusión de que somos queridos”, sentenció Volpi.
Y por más caótico o catastrófico que los señalamientos puedan evocar, Enrabiados enseña, a su vez, otras formas de proyectar la ira, diferentes maneras de presentarse esta emoción básica que incluso ha llevado a la transformación de la sociedad y ha forjado cambios e hitos en la historia misma de la humanidad.
“A veces la rabia también puede ser, no solo legítima, sino creativa. Siempre ha habido rabia natural hacia la injusticia, la violencia, hacia la desigualdad, esa rabia creativa puede servir para cambiar la sociedad. Pero también está la posibilidad de que haya muchas rabias inducidas, de políticos, por ejemplo, que inventan motivos de rabia, inventan enemigos, inventan ficciones con las cuales azuzan la rabia de sus seguidores”, recalcó Volpi.
Para Volpi, “el miedo y la rabia como dos motores de la movilización política”, son aquellos que en contraparte han apoyado las revoluciones a través de la historia, por lo que la ira en sí misma puede llegar a completar actos benevolentes. “Somos un sistema caótico que, algunas veces una causa muy pequeña puede provocar un efecto muy grande”, explicó.
“Movimientos sociales y revoluciones fueron motivadas por la rabia. Algunas de ellas han propiciado sociedades mejores, otras sociedades peores, varían en los resultados de la rabia”, afirmó Volpi, instando a la naturaleza de la emoción, puesto que sus resultados no se pueden predecir.
Antes de terminar la entrevista, el mexicano recalcó a SEMANA que, en medio de los cambios propiciados por las redes sociales en cuanto a la literatura, se podía observar desde su ojo experto que las nuevas generaciones están aprendiendo a leer de formas diferentes, y que la convergencia entre el papel y la tecnología todavía sigue presente, aunque sobre el futuro ”no sabemos muy bien cómo va a seguir evolucionando”.
“No se lee menos, se lee distinto, se lee muy fragmentario, se lee muy breve, se leen cosas instantáneas, se lee en el teléfono, pero también a esta generación le gustan los libros en papel; entonces, yo creo que hay una combinación que todavía no entendemos muy bien”, concluyó.