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“No soy una estrella de rock, soy un músico”: Taylor Hawkins
La sencillez y calidez del músico permanecerán en la memoria de todos sus seguidores.
Taylor Hawkins, baterista de Foo Fighters, dejó este mundo a los 50 años de edad en condiciones que aún se desconocen. La noticia cayó profundamente mal en todos los seguidores de la banda y cercanos al baterista. Se destacaba por ser uno de los músicos más carismáticos, alegres y talentosos de la industria musical.
Nació el 17 de febrero de 1972 en Dallas, Texas, pero vivió su infancia en las playas de Laguna Beach, California. Hawkins inició en la música desde temprana edad, influenciado por el estilo de Stewart Copelan, y mostró desde pequeño pasión por la batería. Era acérrimo seguidor de The Police, y de Roger Taylor, de Queen. También seguía a otras bandas como Jane’s Adiction, Led Zeppelin, Guns N’ Roses y Pink Floyd.
En 1995 se unió a la banda de Alanis Morissette y estuvo en ella hasta 1997 cuando se unió a Foo Fighters. David Ghrol, vocalista y líder de la agrupación, lo conocía de antes y no dudó en insertarlo rápidamente a las filas de la enorme agrupación. Con el tiempo, la calidez y carisma de Hawkins lo convirtieron en un ícono de la música y de la misma banda.
“Estaba un poco nervioso al principio, pero lo superé”, dijo Hawkins en entrevista con OC Weekly. “En cualquier caso en el que hagas una audición para algo, vas a estar nervioso. Pero nadie puede tocar mejor que Dave Grohl. Simplemente, tiene esa visión en su cabeza”.
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Taylor no tardó en consolidarse como uno de los mejores bateristas del mundo; de hecho, Rythm Magazine lo nombró el mejor baterista de rock en 2005.
Los Foo son conocidos por sus implacables giras, atravesaban el mundo varias veces cuando no estaban en el estudio. Así mismo, Hawkins fue un guerrero de la carretera, pues pasó casi toda su vida adulta actuando en arenas, estadios y festivales.
A Hawkins también se le conocía por sus proyectos musicales alternos, pues en ocasiones dejó ver su frustración como compositor. Fruto de esto, en 2006 publicó un LP que él mismo tituló: Taylor Hawkins and the Coattail Riders. Una década después publicó un LP de seis canciones con otra banda que lideraba llamada, Chevy Metal.
Se le conocía como un incansable, pues en varias ocasiones colaboró con otras bandas y músicos conocidos como Slash, guitarrista de los Guns N’ Roses; Eric Avery, exbajista de Jane’s Addiction, y el álbum solitario del guitarrista de Queen Brian May, entre otros.
Hawkins también era un obsesivo de Queen. De hecho, ayudó a incluir a la banda en el Salón de la Fama del Rock. Parte del gusto se ha visto reflejado en los Foo Fighters, pues recientemente incluyeron una versión de Somebody to Love en su repertorio y su paso por Los Ángeles el mes pasado, cuando Hawkins interpretó la voz principal con palpable reverencia por Freddie Mercury.
Es de recordar que el baterista y Grohl mantenían una amistad inquebrantable, por lo que era muy común que en medio del show los artistas intercambiaran posiciones y sorprendieran a los asistentes con novedosas actuaciones.
Hawkins es recordado por muchos como un artista implacable y cercano a sus seguidores, siempre estuvo dispuesto a posar tantas veces tuviera que hacerlo con sus fanáticos y firmar incontables discos, camisetas, papeles, servilletas o lo que fuera. Esbozaba una enorme sonrisa que quedará grabada en muchos para siempre.
Su sencillez, pasión por la música y carisma lo harán inolvidable para millones de fanáticos.
“Me han preguntado en entrevistas: ‘¿Qué se siente al ser una estrella de rock? Y yo digo: ‘No soy una estrella del rock, soy un músico’” dijo Hawkins, según Variety.
— Foo Fighters (@foofighters) March 26, 2022
“La familia Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura pérdida de nuestro querido Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirán con todos nosotros para siempre”, dijo la agrupación.