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A un paso de la gloria: la Selección Colombia está a 90 minutos de ganar de nuevo la Copa América. Hay que vencer a la Argentina, de Messi. Muchachos, “estamos con ustedes”
Con James inspirado, un equipo de lujo, invictos y la estrategia ganadora del profesor Néstor Lorenzo, nuestra selección Colombia lucha por conquistar de nuevo la Copa América. Argentina, con Messi a la cabeza, es el rival a vencer. Muchachos, ¡estamos con ustedes!
“Equipo que gana no se cambia”, dicen los cánones del fútbol con los que Néstor Lorenzo, técnico de Colombia, parece no estar muy de acuerdo. Aunque en su era no ha conocido la derrota, solo ha repetido formación en dos oportunidades. Puso la misma nómina en el juego amistoso contra Alemania y con Venezuela por las eliminatorias, mientras en la Copa América se vieron los mismos hombres contra Costa Rica y Uruguay.
Su equipo podría definirse como adaptable a cualquier rival y, como se dice, “al son que le toquen, Colombia baila”. Sin embargo, tiene una idea consolidada de juego que consiste en no amilanarse ante ningún contrincante y ser un onceno dinámico. El invicto es de 28 partidos, 25 bajo su dirección, con 19 victorias y 7 empates.
“La evolución se nota en el equipo. A veces quedan sensaciones de que faltó esto en defensa o esto en ataque, y todo eso se va construyendo partido a partido. Pero nunca nada es igual, el rival no es el mismo. Creo que hemos crecido, pero todavía lo seguimos haciendo, y mientras el equipo haga las cosas mejor, se valida el proceso”, dijo Lorenzo en conferencia de prensa.
Para alcanzar el rendimiento del 84 por ciento, el argentino creó una columna vertebral y, a partir de ahí, una memoria futbolística. Su primer partido al frente de este equipo fue ante Guatemala en un amistoso que ganó con anotaciones de James Rodríguez, Luis Sinisterra, Rafael Santos Borré y Yaser Asprilla.
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Dichos jugadores están en el certamen más antiguo de selecciones en el continente, y basado en las habilidades del 10, la seguridad de Camilo Vargas, la polifuncionalidad de Daniel Muñoz, la solidez de Jhon Jáner Lucumí, el orden de Jefferson Lerma, la velocidad de Luis Díaz, el dinamismo de Jhon Arias y el sacrificio de Rafael Santos Borré, que perdió la titularidad ante Costa Rica, el timonel ha planeado sus estrategias.
En esta Colombia se resolvió el problema que sentenció su eliminación a la Copa Mundial de Catar: siete partidos sin anotar ni un solo tanto. Son 50 dianas marcadas en el proceso del argentino y solo 16 en contra. Lo mejor de este ítem es que no hay un solo goleador. Las anotaciones están repartidas en jugadores que ocupan diferentes líneas en la cancha: defensas, volantes, extremos y delanteros vulneran las vallas rivales.
“Creo que es un grupo que quiere ser protagonista, que quiere ganar algo, está con hambre y en formación constantemente. El crecimiento se da cuando se superan las situaciones difíciles. Vamos para adelante, vamos bien”, destacó el timonel en su última atención a medios de prensa.
A la Conmebol Copa América, Colombia llegó como hace mucho no lo hacía a este certamen: con el rótulo de favorito. Ese apelativo se lo ganó tras ser el tercero de la eliminatoria, detrás de Argentina, que lo supera por dos puntos, y Uruguay, por uno.
Incluso tiene mayor credibilidad en el gremio del fútbol que la misma Brasil, a la que venció por primera vez en la eliminatoria a una copa del mundo. La confianza se la ha ganado, porque también derrotó con argumentos y buen juego a las campeonas mundiales Alemania y España.
Sin embargo, ganar partidos de preparación y tener un lugar asegurado a la fecha para el Mundial 2026 en las eliminatorias, que ampliaron a seis cupos y entrega uno más para el séptimo en repechaje, no da ningún título. Con esa mentalidad llegó Colombia a Estados Unidos. Ya basta de ser campeones de amistosos, y por eso desde el debut se empezó a trazar en el mapa el destino definitivo: disputar la final.
Pero no basta con un grupo consolidado. Colombia no solo sabe disfrutar del triunfo, también batalla contra las dificultades desde el pitazo inicial. Contra Paraguay, Colombia conoció la adversidad a los 25 minutos de partido al perder al central más consolidado del equipo y el único con perfil zurdo. Jhon Lucumí fue retirado del terreno de juego por una molestia muscular para darle paso a un Yerry Mina que no es el mismo de Rusia 2018.
Contra el pronóstico de cualquier pesimista o incrédulo, y pasados apenas diez minutos de ese preocupante suceso, Daniel Muñoz abrió la senda de la victoria, que completó Jefferson Lerma con el método más fuerte de los guaraníes, el juego aéreo, gracias a un centro de James. El rival solo marcó un gol.
Llegó Costa Rica, un rival que le complicó la vida a Brasil con su sistema ultradefensivo. Lorenzo tuvo dos modificaciones obligadas para ese entonces. La del defensa del Bologna, que solucionó con Carlos Cuesta, y la de Rafael Santos Borré, que sufrió un golpe en el primer encuentro, que le dio paso a Jhon Córdoba. El encuentro terminó 3 a 0. Los hinchas cafeteros celebraron los goles de Luis Díaz de penal, de Dávinson Sánchez y del delantero del Krasnodar. Esa fue la clasificación anticipada a cuartos de final.
Pero en la fase de grupos faltaba Brasil, que llegaba urgida por sumar. No fue un partido fácil. Colombia empezó perdiendo muy temprano a causa de un golazo de tiro libre de Raphinha. Aunque se vio por momentos superado por el equipo de Dorival, con la berraquera del colombiano levantaron su mejor nivel y nuevamente el lateral derecho del equipo, Daniel Muñoz, marcó gol. Incluso la suerte se vistió de amarillo, azul y rojo en ese partido. Una falta del zaguero del Crystal Palace contra Vinicius no fue sancionada como penal, y con un punto más en el bolsillo, 7 en el grupo D y el liderato de la zona, el onceno de Lorenzo garantizó encontrarse con Panamá en semifinales.
Al cuarto duelo no llegó Jefferson Lerma por sanción. Colombia no contaba con su bastión en el medio campo. Una vez más, Lorenzo demostró que armó un grupo en el que el nivel de los titulares no dista mucho del de los suplentes. Matheus Uribe fue el reemplazante y estuvo a la altura que hace mucho se le exigía. El equipo no perdió intensidad, orden y ganó 5 a 0. Córdoba, James, Luis Díaz, Richard Ríos y hasta Miguel Ángel Borja, que entró en el segundo tiempo, marcaron para los colombianos.
Quedaba un peldaño más para llegar a la final. Era el escalón más difícil: Uruguay, el equipo de Marcelo Bielsa, que llegaba con un solo gol recibido y 15 estrellas de campeón en Copa América en su escudo. Como si no fuera suficiente reto medirse a uno de los más opcionados al título, Daniel Muñoz vio la doble tarjeta amarilla al final del primer tiempo y Colombia tuvo que jugar más de 45 minutos con diez hombres.
Nuevamente, se puso a prueba la capacidad de resiliencia. Camilo Vargas respondió con solvencia, y los suplentes, como Santiago Arias, Matheus Uribe, Kevin Castaño, Yerry Mina y Luis Sinisterra, se pusieron el overol y trabajaron por evitar la remontada del rival. No fue el mejor juego de Colombia, pero sí el que requirió mayor esfuerzo físico y mental, dos virtudes que están impregnadas en el ADN cafetero.
Un solitario gol de Lerma regresó a Colombia a la final de la Copa América tras 23 años de ausencia. Será la tercera disputa por el título, con la brillantez de James Rodríguez, que se convirtió en el primer jugador en dar seis asistencias en una misma edición de este torneo y superó los cinco pases de gol de Lionel Messi en 2021.
El equipo cortó una racha de tres eliminaciones en fase semifinal, que se dieron en 2004, 2016 y 2021, y sumó 12 tantos como el registro máximo en este certamen.
Por eso, para plantear el partido contra Argentina en el Hard Rock Stadium, en Miami, basta recordar lo hecho hasta aquí. Un equipo con un líder como Néstor Lorenzo, que aprendió de su maestro José Néstor Pékerman, recuperó al 10, les dio oportunidad a nuevos jugadores que resultaron revelación, como Jhon Arias y Richard Ríos, convenció a los futbolistas de una idea ganadora y poco descifrable, fortaleció la mentalidad invitándolos a pensar en que se puede ser campeón y unió a un país que había dejado de creer en su selección.
¿Qué juego se debe plantear ante Argentina?
Expertos y técnicos colombianos opinaron en SEMANA sobre lo que debe hacer el equipo colombiano para vencer a la actual campeona de la Copa América y del mundo, Argentina, y llevar a las vitrinas colombianas el segundo trofeo. Para el encuentro del domingo 14 de julio, a las siete de la noche, el árbitro será el brasileño Raphael Claus, y Colombia no tendrá a Daniel Muñoz, uno de los mejores jugadores del torneo y que se desempeña en varias posiciones en un mismo partido, tiene gran capacidad atlética, veloz en la salida, con una visión de juego admirable y la capacidad de llegar por sorpresa al área para anotar.
Justamente, ese vacío, aunque ya lo ha sabido llenar Santiago Arias, preocupa desde el planteamiento, con una Albiceleste que encontró fortaleza en el juego por los costados. Según el campeón de la vida Luis Fernando Montoya, la mejor lección que dejó la ausencia de Muñoz es el control de las emociones y la inteligencia que se debe aplicar con las pulsaciones a tope.
“Hay que ser muy prudentes, porque Argentina los va a provocar. Tener jerarquía, tranquilidad, control emocional y no caer en el juego de ellos, que seguro alargarán a los penales. Colombia tiene en el 70 por ciento el talento y el 30 restante en lo mental. Somos más que Argentina en este momento”, destacó el campeón de la Copa Libertadores con el Once Caldas de Manizales.
Más allá de la variante obligada en defensa, según Fabián Vargas, volante campeón de la Copa América en 2001 con el equipo de Francisco Maturana, la actual generación no tiene que cambiar nada para este partido, pues ya tiene una idea de juego marcada y muy bien interpretada por los jugadores.
“Tienen que seguir siendo una Colombia agresiva cuando no tiene la pelota y, cuando la tiene, dinamismo y presión tras la pérdida. A Argentina le molesta cuando no tiene espacio para jugar y cuando el rival es aguerrido. Se puede sacar ventaja en el medio campo. Ellos dan espacios al salir en la parte posterior y estar atentos a las transiciones de defensa al ataque”, le dijo a SEMANA.
El técnico del Junior de Barranquilla y exentrenador encargado de Colombia, Arturo Reyes, coincide en que lo bueno se debe mantener. “Colombia y el profe Lorenzo no van a cambiar nada de lo que han venido haciendo. Siempre han sido un equipo muy sólido, de varios momentos en el juego: si hay que aplicar transiciones, lo hacen bien; si les toca replegarse, lo hacen bien; si tienen que presionar, no hay problema. Se ajustan a la medida”, destacó el timonel.
El campeón de la Liga Betplay con Atlético Bucaramanga, Rafael Dudamel, tampoco ve variables necesarias en los colombianos para superar al equipo de Lionel Scaloni. Sin embargo, advierte sobre las armas fuertes que tiene Argentina y que seguramente utilizará en el último tango de la Copa.
“Lo que ha traído Colombia hasta aquí desde lo táctico y estratégico ha sido excelente, con una muy buena productividad en defensa y ataque. Se ganaron el respeto de los rivales, consolidaron un equipo, y eso es mérito de Néstor Lorenzo, que ha aprovechado también las individualidades. Hay que saber que Argentina tiene pergaminos y sabe jugar finales. Ellos esperan su momento y por eso la clave está en los detalles. No hay margen de error y los niveles de atención deben ser perfectos”, argumentó el venezolano.
Luis Fernando Suárez, exentrenador de Costa Rica y actual técnico del Deportivo Pereira, apelará a hacer algo muy parecido ante Brasil. “Los brasileños siempre intentaron imponerse y Colombia no los dejó, jugó de igual a igual. Defensivamente, me gustó lo que hizo, y adelante buscó atacar sin miedo y esa es la mejor opción. No hay que entregarle la cancha y el balón a Argentina, porque ellos sí aprovechan lo que, por ejemplo, Uruguay desperdició. Hay que tener cuidado con Ángel Di María, que desequilibra por los costados. Y hay que ganar el medio campo, porque para mí ahí se ganan y se pierden los partidos”, cerró el antioqueño.
Sin importar cuál sea el planteamiento, este equipo ya no es visto como antes. Atrás quedó la generación que priorizaba el participar en cada competencia, porque esta selección Colombia está lista para vencer y 50 millones de colombianos empujarán del mismo lado que los 11 gladiadores que estarán en la cancha.