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Juan Diego Alvira no pudo evitarlo y se dejó seducir por la rumba en Qatar: impactante lo que encontró en medio del alto riesgo, el alcohol y muchos mitos
El periodista colombiano se animó a mostrar con su cámara lo que pasa después de las puertas de una discoteca en Doha. ¿Dejan consumir alcohol?
Cuando Juan Diego Alvira se da cuenta de la cantidad de restricciones que hay en Qatar frente a la manera de vestir de las mujeres, el consumo de licor, el ruido y otras maneras de comportarse, le surgió una duda inevitable: ¿cómo es una fiesta en Doha? No se pierda en este nuevo video una de las últimas experiencias del comunicador en Qatar, en medio de la fiesta del fútbol.
Cuando empezó el Mundial en Qatar, uno de los asuntos más comentados en el mundo entero fue la prohibición del consumo de licor en los estadios y en sus inmediaciones. Sin embargo, la realidad es que en las discotecas o en los bares le venden licor a cualquiera y la fiesta no es muy diferente a la que se puede vivir en Colombia. “De puertas para afuera es la Ley del juicio y la compostura. En restaurantes y hoteles, sin importar la hora, puedes desahogarte un poco, o bastante”, narró Alvira.
No es necesario que las mujeres lleven algún atuendo extraño. Los turistas que viajaron a Qatar para disfrutar el Mundial pueden ir vestidas como quieran. Ahora, lo que no se ve en estos establecimientos es una mujer catarí. Las lugareñas quizá tienen unas condiciones diferentes a las de una visitante. De hecho, el presentador comentó que no se encontró a ninguna en ese tipo de establecimientos.
Juan Diego Alvira entró a una de las discotecas y la escena fue la siguiente: poca luz, música a un alto volumen tocando las canciones más populares, las que más suenan en el mundo, es decir, no se imaginen que por ser Qatar, solo ponen música árabe. La decoración sí es muy típica de esa zona del mundo. En el lugar se encontraban hinchas de todos los lugares del mundo y había un ambiente festivo. Nadie pone problema por cantar, por bailar por disfrutar. “La música que suena claramente no es reguetón árabe”, dijo el periodista.
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Y es que claro, el sustento para toda esa filosofía de control y de restricciones es la religión. Juan Diego Alvira también visitó una mezquita que fue inaugurada apenas en 2011. Un lugar muy lujoso que mezcla lo antiguo con lo moderno. El periodista se quitó los zapatos y sintió la suavidad de la enorme alfombra del hall principal. Allí aprovechó para agacharse y adoptar la postura típica de las oraciones del islam, que se llama “la postración”.
Como dato curioso, el guía no permitió que lo grabaran con la cámara ni tampoco entregan explicaciones sobre asuntos que resultan polémicos, como, por ejemplo, por qué las mujeres en ese país deben tener tapado el rostro. Ante ese tipo de inquietudes, los guías optan por dar un correo electrónico para que los visitantes puedan posteriormente recibir una respuesta oficial vía e-mail.
En las últimas horas en Qatar, Juan Diego Alvira aprovechó para visitar las últimas maravillas. Una de ellas: La Perla. Es una isla artificial por la bahía de Doha, que tiene tres niveles y todo tipo de comodidades. Para los turistas es uno de los lugares más hermosos para tomar fotografías hacia la bahía de la ciudad.
No se puede dejar de hablar del metro de Doha, que es muy sofisticado y lleva tan solo dos años funcionando. Allí también hay unas normas estrictas de comportamiento, aunque hay que decir que cuando un país es escenario de un Mundial termina flexibilizando sus propias normas, pues es difícil ejercer controles en medio del ambiente festivo y dicharachero que conlleva la máxima fiesta del fútbol en el mundo.