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Brayan Fernández
Brayan Fernández | Foto: Brayan Fernández

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Brayan Fernández de mensajero a futbolista: “vendí jugos, camisetas y repartí facturas mientras mis compañeros triunfaban en el fútbol”

El delantero de Bucaramanga enfrentó una dura sanción por un supuesto dopaje que lo dejó dos años por fuera del fútbol. Para ganarse la vida, trabajó en mensajería.

23 de abril de 2021

En la vida, las pausas son necesarias, pero algunas llegan de manera forzada y –si se quiere– injustas. Así sucedió en la carrera del futbolista Brayan Fernández, quien a sus 22 años, y después de pasar por el Deportivo Independiente Medellín, el Bogotá F.C. y el Santo André de Brasil, llegó a Leones F.C., donde se convirtió en un goleador con 18 anotaciones.

Sin embargo, cuando estaba cerca el ascenso de categoría para los leones y ya tenía un precontrato para ir al fútbol de Bulgaria, un correo electrónico le cambió su vida por completo: “Es como si los sueños se derrumbaran. Iba a jugar la Europa League, pero después de una prueba de ‘doping’ en diciembre me dijeron que no podía viajar. Llegó el calvario para defenderme y demostrar mi inocencia”, dijo el delantero a SEMANA.

Leones le dio la espalda y no le cumplió lo prometido de apoyarlo con abogados. Se sentía señalado como un criminal y encarcelado, por no poder jugar al fútbol. Sin embargo, la determinación, la constancia y el amor de su pareja Margarita Guerra, lo llevaron a jugársela toda por la verdad. Después de la prueba, viajó a Bogotá al laboratorio de Coldeportes por una segunda muestra. Allí, según asegura, le pidieron decir mentiras: “Cuando hice la prueba B la directora de laboratorio me pide que diga que tomé extracto de geranio, el frasco de la prueba estaba roto. Cuando dije eso en el equipo no me creyeron, era como si me quisieran condenar y todo ya estuviera premeditado”, recuerda el actual atacante de Atlético Bucaramanga.

Demostrar que no había ingerido nada indebido le tomó dos años, tiempo en el que no podía quedarse sin llevar el sustento diario a su hogar. Por eso, su novia y hoy esposa lo ayudó a emplearse en Domina, una empresa de domicilios: “Tita es un ángel que Dios me mandó. Me compró una moto para ser mensajero, me diseñó una hoja de vida para que me aceptaran en la empresa y pudiera ganarme un mínimo. Vendí jugos, camisas, mientras se me venían las lágrimas viendo a los compañeros de Leones jugando. Sé que el trabajo no es deshonra, pero yo me preparé para ser futbolista y mientras ellos jugaban, a mí me señalaron de meterme drogas”, aseguró con tristeza Brayan

Su lucha no fue en vano. Tras demostrar su inocencia, regresó al fútbol con Cortuluá, luego pasó a Santa Fe, Patriotas de Boyacá, Águilas Doradas y hoy juega en Atlético Bucaramanga, con quien considera un maestro, el profe Luis Fernando Suárez: “Lo que sufrí es como morirse en vida, no poder entrenar. Cualquier otra persona tira la toalla, pero yo cambié el chip, me asesoré, estuve en la agremiación (Acolfutpro) y me asesoré”, cuenta satisfecho.

Brayan Fernández siempre ha sabido que debe transitar por el camino de la valentía. Por eso jamás perdió el rumbo y entre risas reconoce que el papel de mensajero lo ayudó a ubicarse tanto en la vida y en las calles, que se volvió un experto en direcciones. Además, cree que aún conserva las virtudes de aquel joven repartidor en su profesión y pasión de futbolista: “En mi carrera a veces nos quejamos, no tenemos empatía, nos volvemos engreídos con la fama y el dinero. Me quedó la humildad del mensajero, entendí que todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Ayer estuve montado en una moto llevando facturas a las veredas, sufrí menosprecios, me caía del vehículo. Hoy entro al terreno de juego y solo puedo dar gracias a Dios”.

Su sueño de jugar en el exterior no lo frustró la falsa octopamina en su cuerpo. Se imagina en Dallas, equipo de la MLS, con Andrés Ricaurte, filtrándole balones. Solo queda una pregunta: ¿por qué no demandó al laboratorio que le sugirió faltar a la verdad? Según él, el proceso legal entorpecía y retrasaba aún más su regreso al balompié: “La resolución podría tardar entre 1 y 3 años; después de lo sufrido no quise perder más tiempo y poco a poco he cumplido esa revancha. Ahora Coldeportes está sancionado por irregularidades. No me alegro, pero la justicia de Dios existe. Que no le pase a nadie más como pasó conmigo. Me duele lo que pasa con Daniel Londoño o Santiago Echeverría porque se les ha obstaculizado la carrera. Ojalá todo salga bien para ellos”, finaliza Brayan Fernández.