DEPORTES

Carlos Serrano, el imparable de la natación paralímpica

Una de las cartas más fuertes de Colombia para los próximos juegos Paralímpicos de Tokio es Carlos Daniel Serrano Zárate, un nadador bumangués que hace cinco años sorprendió al país ganando tres medallas en Río 2016, entre estas una de oro. Tras cumplir su cita olímpica, Serrano volverá a Colombia, para hacer parte del equipo de Relevos del Allianz IRONMAN 70.3 Cartagena, una competencia en la que espera seguir inspirando a cientos de personas.

24 de agosto de 2021
Carlos Daniel Serrano, nadador paralímpico.
Carlos Daniel Serrano, nadador paralímpico. | Foto: Allianz Colombia

Carlos acaba de cumplir 23 años, ocho de los cuales los ha pasado, prácticamente, bajo el agua. Él es el único colombiano que puede decir que, mientras terminaba las tareas del colegio y los requisitos para hacerse bachiller, también entrenaba para ganar una medalla olímpica en la disciplina de la para natación.

Y es que este bumangués llegó a sus primeros juegos paralímpicos con tan solo 18 años, en 2016. Apareció en las piscinas de Río de Janeiro sin mucho alboroto, como un joven deportista más que, aunque tenía buenos resultados, iba simplemente a probar suerte.

Sin embargo, para su fortuna y la de toda Colombia, superó las expectativas con creces. Lo que parecía un sueño se hizo realidad. Carlos no se llevó una, sino tres medallas olímpicas: una de oro, una de plata y una de bronce.

La presea dorada la consiguió en los 100 metros braza del estilo pecho, disciplina en que, además de vencer al australiano Blake Cochrane y al chino Hong Yang, impuso récord paralímpico y récord mundial, con un tiempo de 1′12′'50. La plata la obtuvo en los 100 metros libres y el bronce en los 50 metros libres.

Asegura que ganar la medalla de oro ha sido lo mejor que le ha pasado, en su carrera y en su vida. Carlos recuerda que ese día “todo el estadio gritaba y miraba. Estaba mi mamá apoyándome y yo estaba muy feliz. Cuando fui por la medalla le di gracias a dios, a mi familia y a las personas que siempre me han apoyado”.

Su hazaña lo catapultó en medios de comunicación y redes sociales. A pesar de que muy pocos lo tenían en el radar de posibles medallistas en Río, terminó robándose los titulares y las tendencias. Pero más allá de eso, sus triunfos generaron un impacto inesperado y positivo en la mente de muchos colombianos, sobre todo jóvenes y niños a los que motivó con su historia.

Carlos tiene una condición llamada hipocondroplasia que lo hace ser de talla baja o enano, como muchas veces le habrán dicho en la calle. Sin embargo, este nadador no tiene nada de pequeño, pues su talento, compromiso y actitud ante la vida lo hacen todo un gigante.

Así lo demuestra día a día, con cada brazada o golpe de pecho sobre el agua. Ver una de las exhibiciones deportivas de Carlos es casi hipnótico. Tras un potente salto desde la banqueta de salida, se sumerge en la piscina por unos pocos segundos, para luego salir y, como si se tratara de una máquina, realizar movimientos rápidos y coordinados que sus rivales no pueden igualar.

Carlos Daniel Serrano, nadador paralímpico.
Carlos Daniel Serrano. | Foto: Allianz Colombia

Carlos Serrano ha enfrentado todas sus competencias de esa manera, ganándose las cosas con fuerza y a pulso. De esta manera ha logrado avanzar, rápidamente, por juegos Paranacionales, Parapanamericanos y, por supuesto, Paralímpicos y Mundiales. Esta trayectoria lo convierte hoy en una referente de la natación adaptada en Colombia y en el mundo, algo de lo que se siente orgulloso, pues reconoce que al ser de Santander, está contribuyendo a aumentar el prestigio de esta tierra como potencia del deporte.

De Santander también son sus amigos y nadadores Moisés Fuentes García y Nelson Crispín, las otras dos estrellas de la paranatación. Sobre fuentes asegura que es el padre de la disciplina en este país y no duda en reconocerlo como su referente. “Yo lo admiro mucho, porque con más de 40 años sigue luchando por su medalla de oro. Al verlo todos los días esforzándose y luchando por su sueños me inspiro. Siempre he dicho que quiero ser como él”, dice.

Carlos se define como un ‘combinadita’; es decir, que se desempeña con buenos resultados en todos los estilos de la natación: libre, pecho, mariposa y espalda. Aunque reconoce que este último es su talón de Aquiles, trabaja fuertemente para mejorar.

Gracias a estas condiciones, además de las medallas olímpicas, ha ganado en los Juegos Parapanamericanos de Toronto, los Juegos Paranacionales de Bolívar, el Mundial de Londres, los Juegos Parapanamericanos de Lima y la serie mundial en Italia, está última llevada a cabo este año.

Cada vez que gana, Carlos se sacude, se quita las gafas para ver mejor el resultado y, posteriormente, dibuja una sonrisa en su cara. Esa sonrisa lo acompaña en los entrenamientos, en las entrevistas, ya sea en su barrio o cuando está a miles de kilómetros de Bucaramanga, representando al país.

Así es Carlos Serrano: sencillo, aguerrido, competitivo y, sobre todo, un ser humano sensible, pues reconoce que está donde está gracias al apoyo de muchos.

Detrás del campeón

Carlos aprendió a nadar a los 14 años, cuando sus padres lo inscribieron en un curso vacacional de 10 sesiones. Al término de esta experiencia, el entrenador Luis Carlos Calderón lo llamó y le preguntó por su condición. Cuando Carlos comentó que tenía talla baja, Calderón le dijo que tenía potencial para la paranatación.

Los primeros meses fueron difíciles y muchas veces pensó en no continuar, pero gracias al apoyo de Sandra Milena y Jairo, sus padres, no se dio por vencido. A pesar de las dificultades económicas y las barreras mentales, su familia lo apoyó, hasta que Carlos participó en su primera competencia, momento en el cual supo que estaba hecho para eso. “Siempre han estado ahí”, dice sobre su familia y amigos.

Debutó en un torneo en la ciudad de Medellín, que le dio el paso a los Juegos Parajuveniles de Argentina 2013, dónde tuvo un desempeño destacado, tanto así que obtuvo el cupo para Toronto 2015, a los Juegos Parapanamericanos. “Esas primeras victorias me dejaron recuerdos muy bonitos. Por esos días tuve mis primeros viajes y la primera vez que monté en avión. Desde ahí vivo muy motivado, porque sé que quiero seguir saliendo y compitiendo con la elite”, asegura.

Aunque desde esos años no ha parado de competir y entrenar, Carlos también ha ofrecido su talento para enviar un mensaje y apoyar iniciativas sociales. Incluso, es un fenómeno en redes sociales, donde comparte sus rutinas, su vida e inspira a muchos de sus seguidores.

En 2016 participó en el Allianz IRONMAN 70.3 Cartagena, la competencia de triatlón más importante del país y donde hizo parte de la categoría de Relevos por invitación de la aseguradora, quien desde el año 2013 es patrocinador oficial del Comité Paralímpico Colombiano. La aseguradora ha enviado un poderoso mensaje al incluir en su equipo a atletas como Carlos, quienes demuestran en esta difícil competencia -de dos kilómetros de natación, 90 de bicicleta y 21,1 de atletismo- que no existe barrera alguna.

“Nuestro objetivo es ayudar a los competidores a que paso a paso desafíen sus límites y alcancen nuevas metas, tanto en lo deportivo como en lo personal”, aseguró David Colmenares, CEO de Allianz Colombia. Por su parte, Carlos agrega que se trata de una experiencia motivadora, pues “no todo se basa en competir y es lindo compartir tanta gente”.

Carlos sabe que, en el momento actual de su carrera, más que mejorar su parte física debe trabajar en su fortaleza mental, pues con tanto talento la única barrera es él. En los próximos días estará compitiendo en los Paralímpicos de Tokio, donde espera revalidar los resultados de Río, mejorar sus marcas y llevarse dos oros, uno en la categoría de 200 metros combinados y el otro en su especialidad, 100 metros pechos. Además, en diciembre repetirá su participación en el Allianz IRONMAN 70.3 Cartagena.

Asimismo, Carlos confiesa que cuando termine su etapa como deportista quiere estudiar para convertirse en dirigente deportivo y contribuir a la situación del deporte paralímpico colombiano.

El pasado 17 de julio Carlos cumplió sus 23 años y, como si fuera un presagio de buena fortuna, viajó a Tokio para enfrentar sus retos. Antes de partir, Carlos dejó en claro su objetivo, pero sobre todo su filosofía de vida y de deportista: “En los entrenamientos se ganan las medallas y en las competencias solo se recogen”