Fútbol
Catalina Usme espera quitarse los guayos y el uniforme para ponerse las botas y el overol por las futbolistas del país: “Quiero ser la directora técnica de la Selección Colombia”
La futbolista se destapa en SEMANA. Habla de los próximos retos con la selección, las ofertas que tiene para el exterior, los premios del Mundial femenino, la liga colombiana, el aporte económico del presidente Petro para el deporte y su preparación para dirigir a Colombia en algún momento.
Marcó el gol más importante de la historia del fútbol femenino colombiano y el llanto la embargó. Fue ante Jamaica que Catalina Usme se convirtió en la goleadora de los mundiales, clasificando por primera vez a cuartos de final del certamen. “Llegó en un momento muy especial para mi carrera, fue la cachetada que muchas veces necesité cuando dudaba de la recompensa del trabajo”.
La emoción se combinó con los recuerdos de las veces que tuvo que trabajar de mesera para poder comer, el tiempo que se la pasó en la cama recuperándose de lesiones de rodilla o las veces que escuchó que no siguiera insistiendo más con un deporte que, hasta hace poco, era subvalorado en Colombia.
“Yo amo el fútbol, amo a cada una de estas niñas y por eso sigo aquí y lo doy todo”, le dijo a SEMANA haciendo el balance de Australia y Nueva Zelanda, certamen del que llegó, según ella misma describe, “con una tusa muy brava”.
Recibió los homenajes con agradecimiento por hacer parte del onceno que se metió entre los ocho mejores del mundo. Siempre tuvo la mejor actitud y las palabras correctas, pero dentro de ella hay una voz que le sigue diciendo: “pudimos dar más”.
Por eso estaba inconsolable cuando la juez estadounidense Ekaterina Koroleva se llevó el pito a la boca y marcó el final del partido contra Inglaterra, de paso el adiós para Colombia en el mundial. “En 2027 seguramente será mi último mundial, al menos esos son mis planes. Pero no sé si la vida me lo dé como jugadora activa o como entrenadora”.
Con esa confesión reveló sus aspiraciones en SEMANA. Catalina tiene 33 años, es la goleadora histórica de la selección, de la Copa Libertadores, de la liga femenina colombiana, campeona de Juegos Panamericanos y tiene dos trofeos con el América de Cali.
Sin embargo, es insaciable. No se va a quedar con las ganas de levantar la copa orbital. De hecho, en la Federación Colombiana de Fútbol le abrieron esa puerta para que sea ella quien lidere desde la raya a la generación que persigue ese sueño.
“Tuve la oportunidad de hablarlo. Quiero hacer mi carrera y terminar mi vida activa, pero a la par prepararme para ser entrenadora. Es un reto que tengo y lo digo desde ya: quiero ser la directora técnica de la Selección Colombia”.
Y de retos sí que sabe en la vida, los asumió desde que empezó a patear un balón en equipos de niños en los que, pese a sobresalir, muchas veces le negaron la competencia por el solo hecho de ser mujer. Su objetivo está tan visualizado que desde ya piensa en su cuerpo técnico. “Mi asistente técnico sería Andrés, mi hermano. Mi preparadora de arqueras sería Sandra Sepúlveda, es decir, llevaría personas de mi entera confianza”.
Catalina es de pocos reclamos y mucho menos de escándalos. La calidad de su fútbol es la mejor forma de hablar. Ella aprendió que, en Colombia, todo hay que ganárselo con resultados y no con protestas. Para ser coherente con su discurso, buscará lo más alto del podio en los Juegos Olímpicos de París 2024.
“Ganar, queremos el oro. Yo les dije que no quiero ir a participar o a ver qué va a pasar. Porque dejamos la vara muy alto, sé que no podemos esperar menos de nosotras. Ganar tiene que ser un hábito”.
Por eso decidió quedarse en la liga colombiana, a pesar de no ser constante. Ella entendió que se necesitaban referentes en el fútbol de Colombia y así se consolidó. “Si somos justos, ni Brasil, que es campeón de América, ni Argentina, ni ningún equipo de América llegó hasta donde nosotras, eso habla del avance de nuestro fútbol y nos motiva a mejorar más”.
Su buen momento no la hace olvidar de las más de 300 colegas que están sin trabajo actualmente en el país por la no realización de la liga en el segundo semestre. Ella aprendió a ver en las dificultades oportunidades y a hablar de lo bueno como manera de atraer cada vez cosas mejores.
“El torneo de Colombia tiene muchas cosas por mejorar, pero también hay que reconocer lo bueno. Aquí nos dieron competencia antes de viajar al mundial; las 11 convocadas por Colombia llegamos con ritmo, gracias a Dios, nos llevaron un mes antes a adaptarnos. Apostaron por nosotras”.
Con la misma personalidad con la que toma un balón para patear desde el punto penal, de media o larga distancia, se paró delante del presidente Gustavo Petro y le recordó que la mejor cara del país la muestran los deportistas y por eso necesitan más apoyo.
“Para tener una liga de todo el año, con 8.000 millones no basta, pero también tiene que ver con las voluntades. Es un proceso que vamos a seguir ganando. Por eso cada objetivo que nos ponemos es pensando en eso, no pelear y pelear”. Catalina se ha quitado los guayos y el uniforme para ponerse las botas y el overol por las futbolistas del país, por eso siente que su obra futbolística está a punto de culminar en suelo cafetero.
“Creo que llegó el momento de que yo me vaya, tengo ofertas sobre la mesa y muy seguramente las tomaré. Partiré, es el momento de hacerlo porque quiero cerrar mi carrera con un título internacional”. Aunque ni estando lejos dejará de trabajar para construir una profesión con la que se pueda vivir en Colombia. “La ambición es que como jugadoras podamos decir ‘tengo un proyecto de vida a través del fútbol’”.
México, Japón, Brasil e Inglaterra se pelean a la jugadora, que lidera a través del trabajo y el ejemplo. “Me iría después de la Copa Libertadores con América de Cali, si así lo requieren”. La incógnita entonces es: ¿quién será la próxima Catalina Usme en el país? “Los líderes se van formando y surgen con el tiempo. No me preocupa, solo les daré siempre el mejor ejemplo. El talento en este país es inmenso”.
No busca su reemplazo, confía en la nueva generación encabezada por Linda Caicedo a quién define “como crack y una jugadora diferente”. Sin embargo, lo que sí busca es que la arropen en todo momento.
“Hay que entender el proceso de ella. Abrazarla, acompañarla, ayudarla, porque es muy buena pero no le podemos cargar la responsabilidad de todo, necesita un equipo que le aporte a su talento. Solita no va a poder”. Tampoco la trasnocha el tema de los premios. La Fifa y la Federación les darán lo que se ganaron con tanto esfuerzo. “Nos van a cumplir, estamos muy tranquilas y no ha sido de discusión”.
No entra en comparaciones con el fútbol masculino, se siente honrada de que la comparen con Falcao. “Muy chévere que me comparen con alguien tan especial que, como yo, le ha entregado la vida a la selección. Nos parecemos en que amamos mucho a nuestro país”, finalizó la eterna líder de la Selección femenina.