ATLETISMO

Caterine Ibargüen, una guerrera contra viento y marea

La atleta colombiana se colgó este sábado en Doha una meritoria medalla de bronce en el triple salto de un Mundial al que llegó mermada físicamente. Una fascitis plantar le obligó a ausentarse de los Juegos Panamericanos de Lima, en agosto, y tuvo que pasar por el quirófano.

6 de octubre de 2019
Caterine Ibargüen debió enfrentar una cirugía antes de ir al Mundial de Doha. | Foto: AFP

"Es el poder de Colombia, la garra, el coraje", dijo sobre ella la venezolana Yulimar Rojas en una entrevista con la AFP al hablar de Caterine Ibargüen, la estrella colombiana que este sábado se colgó de Doha una meritoria medalla de bronce en el triple salto de un Mundial al que llegaba mermada físicamente. Una fascitis plantar le obligó a ser declarada baja durante los Juegos Panamericanos de Lima, en agosto, y tuvo que pasar por quirófano.

En su cuenta de Instagram publicó dos imágenes suyas de ese momento, luciendo la bata del hospital y un gorro azul en el día de la intervención. Y sin perder su enorme sonrisa pese a estar en un momento complicado en su carrera, teniendo que ser operada a menos de dos meses del gran objetivo del año, el Mundial de Doha. "Se tenía que hacer. Y se hizo", escribió entonces.

Desde entonces su historia ha sido la de una recuperación contrarreloj para poder estar en este Mundial, pese a que muchos veían complicado que pudiera lograrlo. No ganó el oro ante una impresionante Yulimar Rojas (15,37 metros), inalcanzable, pero su 14,73 metros le permitió conseguir una medalla de bronce que tiene un valor muy simbólico por las semanas tan duras que ha tenido que superar.

No es la primera vez que Ibargüen tiene que demostrar su coraje y su determinación para sacar adelante un Mundial. En 2013, ‘Caterine la Grande‘ logró su primer título mundial en Moscú, para la que era la gran favorita.

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Después de la victoria, miembros de su equipo revelaron que la noche anterior había tenido un problema estomacal importante, que le había dejado sin fuerzas y le había restado horas de descanso, con un importante malestar, lo que había disparado las preocupaciones justo unas horas antes de afrontar el gran día. "Es una guerrera", le alaba Yulimar Rojas, la mujer que le sucedió como gran reina del salto triple.

- Puerto Rico y Duany -Nacida en Antioquía hace 32 años, ‘Caterine la Grande‘ creció en Apartadó, en una familia humilde y en un hogar con padres separados en la distancia, lo que le hizo madurar quizás antes de tiempo.

Primero lo intentó en el voleibol y luego llegó ya el turno del atletismo y del traslado a Puerto Rico para cursar sus estudios de Enfermería, siguiendo los pasos de su gran amiga Eliecith Palacios, también atleta. En las prácticas en el hospital, la amabilidad de Caterine se hizo conocida por todos. Los que no sabían su nombre le llamaban cariñosamente "La Negrita".

En el atletismo, Puerto Rico y el entrenador cubano Ubaldo Duany son claves. El gran mentor de Ibargüen es el hombre que mejor supo leer las condiciones excepcionales de esa joven colombiana espigada y atlética.

Se pensó incluso en las pruebas combinadas, como una atleta de heptatlón, pero los 800 metros se le resistían. Hizo 200 metros, salto largo, salto alto, lanzamiento de bala, lanzamiento de jabalina... Madrugones a las 6 de la mañana para ejercitarse, en ocasiones antes de una larga jornada en la universidad.

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A sus primeros Juegos Olímpicos, en Atenas en 2004, fue como atleta de salto alto, igual que a los Mundiales al aire libre de Helsinki-2005 y Berlín-2009. En ninguno de ellos pudo superar la ronda clasificatoria. Tuvo que esperar al paso al triple salto para conseguir en 2011, ya con 27 años, acceder a su primera gran final y ganar incluso la medalla de bronce en el Mundial de Daegu (Corea del Sur).

Ahí empezó una lluvia de medallas: plata (Londres-2012) y oro (Rio-2016) en Juegos Olímpicos, dos oros mundiales (Moscú-2013, Pekín-2015) y ahora otro bronce en Doha, ocho años después del de Daegu.

En 2018 se coronó además en la Liga de Diamante por partida doble, en salto largo y triple salto, lo que hizo que le nombraran mejor atleta femenina del año en la gala anual de la Federación Internacional (IAAF). Este sábado, con sus aretes de la suerte, tras relajarse escuchando música como de costumbre y con su coraje de siempre, Ibargüen ganó un pulso a su propio cuerpo.