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Colombia desató el caos: Brasil sufre serias consecuencias tras histórica caída en Barranquilla
El pentacampeón del mundo no levanta cabeza y el panorama no parece alentador.
Los más de 20 años sin conquistar el Mundial dejaron de ser la mayor preocupación de Brasil: cada vez más terrenal, la verdeamarela cerró el 2023 con su peor inicio en las eliminatorias sudamericanas y, de paso, perdió su invicto como local nada menos que ante su máximo rival histórico, la Argentina de Leo Messi.
La noche del martes se gestó una escena impensable en las gradas del Maracaná, donde hubo incidentes entre hinchas argentinos y la policía brasileña antes del partido: los hinchas locales cantaron el “olé” en los minutos finales de la derrota 1-0 contra la albiceleste.
El acto puso en evidencia el mal momento de la otrora temible canarinha, que hiló cuatro partidos seguidos sin ganar, incluidas tres derrotas consecutivas por primera vez en la eliminatoria, y marcha en una insólita sexta casilla, con siete puntos.
La pesadilla se empezó a gestar desde el pasado jueves en Barranquilla, cuando la noche pletórica de Luis Díaz desnudó todos los problemas de Brasil. En menos de 5 minutos, el delantero del Liverpool marcó dos goles y firmó la remontada que puso a temblar los cimientos de la selección más importante de todos los tiempos.
En las seis fechas disputadas, Brasil apenas venció a los coleros Bolivia (5-1) y Perú (1-0) y empató con Venezuela (1-1), además de perder con Uruguay (2-0), Colombia (2-1) y la líder Argentina. Para rematar, concedió más goles (7) que en todo el camino hacia el Mundial de Qatar 2022 (5).
La albiceleste de Messi derrumbó además una imbatibilidad histórica: los pentacampeones del mundo nunca habían perdido un juego clasificatorio en casa. Desde 1954, cuando debutaron en el premundial sudamericano, y hasta antes del duelo, habían cosechado 51 victorias y 13 empates en 64 cotejos.
“Fueron partidos muy válidos en términos de proceso para el futuro, incluso perder para poder saber lo que hacer en el momento de la derrota. Pero es muy malo si se analiza en términos de resultados”, reconoció el técnico Fernando Diniz al final del superclásico.
Panorama Oscuro
Diniz, de 49 años, fue insultado por los aficionados en varias ocasiones a lo largo del encuentro en Rio de Janeiro, una animadversión que en parte se explica por sus labores como entrenador de Fluminense, cargo que alterna con la dirección técnica del equipo nacional.
Pero el revés contra los argentinos fortaleció las críticas contra la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y su decisión de nombrarlo durante un año, a la espera de que Carlo Ancelotti, del Real Madrid, asuma el cargo a mediados de 2024.
El martes pudo haber disputado su último compromiso oficial como seleccionador, pues la eliminatoria se reiniciará en septiembre próximo, cuando el italiano, según la CBF, ya debe estar al mando.
“Ha sido un comienzo (de ciclo) medio turbulento, con la contratación o no del entrenador. No es fácil. No es disculpa, pero muchos jugadores están viniendo por primera vez, hay muchas modificaciones en la selección y poco tiempo de entrenamiento”, dijo el atacante Gabriel Jesús.
Sin las máximas estrellas, Diniz tuvo que apostar a jugadores muy jóvenes como Rodrygo, Gabriel Martinelli y André, todos de 22 años, y a la perla Endrick, de 17.
El atacante del Arsenal de Inglaterra fue el más destacado al anotar el gol en la derrota contra Colombia el jueves en Barranquilla y exigir al portero argentino Emiliano Martínez en Rio.
“Estamos formando prácticamente una nueva generación de jugadores, algunos de ellos ni siquiera se han consolidado en grandes equipos de Europa. Están buscando su espacio y tienen mucho talento. Creo que a futuro vamos a recoger cosas muy buenas”, apuntó el DT.
Pero la canarinha no espera a nadie y menos después del fracaso en Catar, adonde llegó como favorita para conquistar su primer título mundial desde 2002, pero cayó en cuartos de final contra Croacia.
Se da por descontado que clasificará al Mundial de 2026, especialmente porque las diez selecciones de Sudamérica luchan por seis cupos directos y otro más de repechaje, pero su imagen internacional está golpeada y puede mancharse más en marzo, cuando vuelva al ruedo en amistosos contra pesos pesados: Inglaterra y España.
“Cuando les ganábamos a todos se decía que Sudamérica no era una buena referencia. Ya vemos que es diferente”, dijo el portero Alisson. “En la época en que triunfábamos tuvimos los pies en el suelo. Ahora, perdiendo, no vamos a verlo como tierra quemada. Es un proceso”.
*Con información de la AFP.