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Colombia perdió los Panamericanos, pero ya había renunciado a organizar Mundial de 1986; así fue la otra vergüenza internacional
Las presiones de la Fifa y la difícil situación de orden público en el país fueron las razones expuestas por Belisario Betancur para no organizar la copa.
La pérdida de la sede de Barranquilla como ciudad anfitriona de los Juegos Panamericanos 2027 ha sido un golpe duro para el deporte nacional y para la imagen de Colombia en el exterior, pues pese a los diferentes gobiernos, el de Gustavo Petro y el de Iván Duque, se lanzan el agua sucia unos a otros, lo cierto es que a nivel internacional el nombre del país ha quedado muy afectado.
Sin embargo, esta no es la primera vergüenza de este tipo que ha protagonizado Colombia, y este suceso ha hecho recordar el día en el que el país le informó al mundo que renunciaba a ser la sede del Mundial de Fútbol de 1986, que finalmente se organizó en México y que tuvo a la selección Argentina de Maradona como campeona del certamen.
Colombia renunció ser sede del Mundial 1986
El año de 1974 fue en el que la Fifa designó a Colombia como sede del Mundial de Fútbol 1986, una noticia que llenó de emoción al país entero, pues era una oportunidad única que, sin lugar a dudas, serviría para impulsar el desarrollo de la nación, la economía, el turismo, el deporte y en sí, la imagen de una nación que buscaba protagonismo a nivel internacional.
El Mundial Colombia 1986, aunque era algo sumamente positivo para el país, no contó con el apoyo necesario de los presidentes Alfonso López Michelsen y Julio César Turbay Ayala, echando a perder el esfuerzo de Alfonso Senior dirigente colombiano que el 9 de julio, de 1974, en una reunión en Zurich, Suiza, con el presidente de la Fifa, el brasileño Joao Havelange, logró el tan importante encargo para el país.
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La situación en Colombia no era la mejor; el narcotráfico y las guerrillas comenzaron a tener un mayor protagonismo en la agenda local y de a poco se fue apagando la ilusión de poder organizar el más importante evento deportivo de la historia, lo cual habría sido de gran relevancia para el país.
De hecho, el propio López Michelsen se atrevió a comprometerse, de forma pública, a cumplir al pie de la letra las exigencias de al Fifa para sacar adelante el Mundial. Pese a esto, los historiadores aseguran que en su gobierno no pasó nada y solo fue hasta que llegó Turbay a la Casa da Nariño que el tema comenzó a moverse.
Lo primero, y único que se hizo, fue la creación de la Corporación Colombia 86, una entidad privada que se encargaría de gestionar los recursos necesarios para sacar adelantes las obras de infraestructura que requería la organización de un evento de esta índole; ante la inoperancia, Havelange exigió mayor diligencia y le pidió al propio gobierno ponerse al frente de las acciones y cumplir con los pliegos de peticiones que empezaría a enviar para notar los avances.
Dentro de las peticiones, la Fifa le pidió a Colombia seis estadios con capacidad mínima de 40.000 espectadores; otros cuatro para 60.000 hinchas, y otros dos donde cupieran más de 80.000 fanáticos del balón; además, también era necesario crear una red de carreteras y ferrocarriles que conectaran las diferentes ciudades que recibirían a las 24 selecciones que disputarían la copa.
Estos requerimientos, para muchos, fueron exagerados y dejaban ver un panorama oscuro para Colombia, pues se creía que el país no sería capaz de sacar adelante este proyecto; sin embargo, no se pensaba en que la decisión final fuera la de renunciar a la sede y de pasar a la historia como la única nación en haber renunciado a la organización de un mundial de fútbol.
A medida que pasa el tiempo, se iban conociendo más exigencias de la Fifa como aeropuertos en las distintas sedes capaces de recibir jets privados, limusinas para los directivos de la Federación y congelamiento de las tarifas hoteleras desde enero de 1986 para ellos. Además, solicitaban un decreto que permitiera la libre circulación de las diferentes monedas internacionales y un tratamiento especial para los impuestos sobre las entradas vendidas para el certamen.
Todo esto y la difícil situación de Colombia por el auge del narcotráfico y del accionar de las guerrillas en el territorio nacional, llevó a que, ni siquiera, se tuviera que esperar a la fecha estipulada por Havelange para definir el futuro del mundial, pues fue el propio presidente Belisario Betancur el que le informó al mundo entero que el país renunciaba a organizar este certamen deportivo.
La noticia fue comunicada el 25 de octubre de 1982: “El Mundial debía servir a Colombia, y no Colombia, a la multinacional del Mundial”, fueron las palabras de Betancur en el discurso que fue transmitido por radio y televisión.
De esta manera, Colombia dio un paso al costado y le abrió paso a otros países que se interesaron por organizar el Mundial; finalmente, México fue elegido por la Fifa y se convirtió en el primer país en organizar, dos veces, una Copa del Mundo.
Como anécdota, en ese mundial Argentina levantó su segundo trofeo, Maradona brilló con su selección, marcó el mejor gol de todos los mundiales y también la polémica ‘mano de Dios’, todo esto, los colombianos lo escucharon por radio y otros privilegiados lo pudieron ver por televisión, gracias a la mala gestión de los gobiernos que vieron pasar una oportunidad única frente a sus ojos.
Ahora, es inevitable no recordar este penoso hecho luego de que Colombia, y en especial Barranquilla, perdieran la sede de los Juegos Panamericanos por responsabilidades que ningún gobierno asume.