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Daniel Sarmiento, hijo de Pedro Sarmiento, contó en SEMANA cómo está la salud de su padre: “Es un proceso muy difícil”
El hijo del experimentado director técnico habló de los días complejos que afronta su familia.
El reconocido entrenador de fútbol antioqueño Pedro Sarmiento dio a conocer hace un par de meses que padecía de una delicada enfermedad, que llevó a que incluso varias figuras del fútbol colombiano donaran sangre para ayudar en su tratamiento.
Desde entonces, la familia Sarmiento vive días fáciles. Así lo dio a conocer uno de sus hijos, Daniel, quien reveló en SEMANA detalles de la dura condición de su padre y del procedimiento médico al que tuvo que someterse recientemente.
SEMANA: ¿Cómo están viviendo este proceso tan difícil?
Daniel Sarmiento (D.S.): Es un proceso muy difícil. Es una enfermedad que se considera supremamente compleja: leucemia mieloide aguda, que es un cáncer de la médula ósea muy agresivo. Él lo desarrolló después de haber sido tratado por muchos años de una enfermedad de la sangre que se llama policitemia y evolucionó en este cáncer y él se empezó a sentir no muy bien a principio de año. Unos exámenes le salieron alterados y se encontró que estaba padeciendo esta enfermedad. Desde entonces empezó esta lucha.
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SEMANA: ¿Cómo está emocionalmente Pedro Sarmiento?
D.S.: Les sorprendería: él es el enfermo y uno se da cuenta de que es el más fuerte de todos. Nosotros somos los que nos vemos afectados en la parte anímica, sentimental, pero ese señor es increíble, la actitud y el temple, y la forma en que está afrontando su condición, es inspirador. Es muy conmovedor verlo, es berraco en la vida.
SEMANA: ¿Qué necesitan ustedes para su papá?
D.S.: La donación de sangre es importante. Y ahora lo que va a servir mucho también es la donación de plaquetas. Esta enfermedad que tiene mi padre hace que su médula ósea no produzca lo que se necesita. La sangre en la médula ósea se produce en los glóbulos rojos y por eso las donaciones de sangre, pero también produce las defensas, los glóbulos blancos y las plaquetas que se encargan de la curación, del cicatrizado, de que no sangre. Esas dos cosas son muy importantes; la donación de sangre y la de plaquetas.
SEMANA: ¿El proceso al que se sometió su padre es un trasplante de médula?
D.S.: Son unos procedimientos de la medicina sorprendentes. Para el trasplante de médula él necesitaba encontrar un donante de médula ósea, que son las células hematopoyéticas, las que producen sangre en los huesos grandes. Un donante con una compatibilidad supremamente alta, con probabilidades difíciles. Fuimos bendecidos con que esa compatibilidad se encontró en su hermano, Juan Carlos Sarmiento, otro deportista, ciclista, la persona que está con él. Entonces, le extrajeron y cultivaron esas células madre, que con vía transfusión sanguínea se las van a poner a mi papá para que empiece a poblar una médula ósea en un proceso de barrido o de limpieza en quimioterapia muy intensa, de manera que esas células compatibles vayan a ocupar ese espacio y reemplacen la médula enferma. Él hizo un primer ciclo de quimioterapia del cual salió muy bien, el cuerpo reaccionó muy bien y lo preparó para este segundo round y ese es el proceso en el que estamos.
SEMANA: ¿Ustedes como familia han podido verlo?
D.S.: Es muy parecido a la primera parte del tratamiento. Durante mes y medio que él estaba en tratamiento lo veía a la distancia con tapabocas. No lo puedo tocar, no lo puedo abrazar. Ha sido complicado. Gracias a Dios, el círculo más cercano, mis hermanas y mi mamá, sí han podido estar cerca de él, pero tienen que estar en un confinamiento similar.
SEMANA: ¿Qué dice su padre sobre el cariño del gremio deportivo?
D.S.: Definitivamente, ayudan en estos procesos. La ciencia va por un lado, pero hay otra parte que no es palpable o no la podemos medir y es la amistad, el sentimiento, el cariño y eso no le ha faltado a mi papá, aún cuando ha estado un poquito aislado, le ha costado coger el teléfono porque está concentrado en su tema. Las manifestaciones de cariño, de solidaridad de sus amigos, de quienes han compartido en el fútbol y en la cancha son constantes, enormes. Estoy convencido de que es parte de lo que anímicamente lo tiene fortalecido.
SEMANA: ¿Qué tan importante ha sido la oración?
D.S.: Estoy convencido de que ha sido vital. Somos una familia creyente, de fe, tanto el círculo más cercano de él, su esposa, sus hijos, sus hermanos. Todos somos personas de fe y yo creo que este tipo de cosas sin ella no se sacan adelante.
SEMANA: ¿Qué tanto les ha cambiado la vida?
D.S.: Unos 180 grados. No sabría decirlo en qué tanto para todos. Personalmente, me ha cambiado la vida de manera radical, lo pone a uno en perspectiva, se da cuenta uno de la fragilidad de nuestras vidas y a la vez también es enriquecedor. Estas cosas son duras, pero también traen mensajes muy valiosos y en mes y medio lo que me ha cambiado a mí y que veo que ha cambiado en nuestros familiares es supremamente maravilloso. Hay un mensaje ahí que llega y uno empieza a valorar las cosas que realmente merecen un valor y a ver la vida de otra manera.
SEMANA: ¿Cuánto lleva su padre hospitalizado?
D.S.: Mi papá está cerca a cumplir dos meses. Se hizo exámenes de control para ver cómo estaba por su pasada enfermedad de policitemia y los resultados fueron supremamente alarmantes; desde ese momento, el médico le indicó hospitalización.
SEMANA: ¿Cómo se detectó la enfermedad?
D.S.: A él le gusta sentirse bien físicamente y en su rutina de deportista salía a caminar y se sintió muy agotado, cosa que le sorprendió porque es muy apasionado por el deporte y le gusta mantenerse bien físicamente. Sintió un agotamiento que no era normal. Aún con la edad, se exige físicamente y se sintió muy cansado, no pudo avanzar y ahí fue cuando tomó la decisión de hacerse exámenes y se dio cuenta de su condición.