Entrevista
“De mí sacó lo mujeriego”, el ‘Tino’ Asprilla revela en SEMANA su faceta como papá
Santiago es su único hijo, su mayor orgullo y la inspiración en todo lo que hace. Asprilla, además, es abuelo.
Ningún título del ‘Tino’ Asprilla conseguido en Colombia con Atlético Nacional, en Brasil con Palmeiras, en Italia con el Parma, ni ningún reconocimiento o copa internacional, nada de lo vivido con la Selección Colombia se compara con el día que tuvo entre sus brazos a Santiago Asprilla.
“Fue tan emocionante cuando nació en Medellín que estaba bien asustado, no fui capaz de entrar a verlo. Lo vi ya en la cuna, me sentía raro, nervioso. Me acuerdo que me fui fuera de la clínica. Fue muchas emociones encontradas. Lo mejor que me pasó fue la bendición de tener al hijo tan maravilloso que me tocó. Vivo agradecido y orgulloso con él”, compartió en SEMANA.
Ese año, 1992, para el primer jugador colombiano en Italia fue aún más inspirador, porque pocos meses antes se convirtió en papá.
Siguiendo los pasos del ídolo de muchos futboleros en Colombia, el pequeño quiso dedicarse al balompié, como su padre, pero no le gustaban las entrevistas.
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“Me decía que él jugaba, pero que me entrevistaran a mí”, confesó en SEMANA TV.
Tímido, pero con carácter. Santiago decidió dedicarse a la medicina de la Universidad Lenoir-Rhyne en Carolina del Norte.
“Yo lo dejé que creciera y tomara la decisión de qué hacer. Le enseñé cómo jugar bien al fútbol, pero su prioridad siempre fue el estudio. Jugar la tomó muy tarde, hasta los 15 o 16 años, y cuando se decidió siento que perdió demasiado tiempo. Es alto y eso para un delantero es complicado, pero le pega muy bien a la pelota”, dijo Asprilla.
Sin embargo, como medicina para el alma, Santiago juega como delantero en el Charlotte Football Club en Carolina del Norte.
Era imposible que perdiera el gusto por un deporte que los ayudó a unirse. Horas interminables hablando de sus equipos favoritos, de la Selección o incluso en la tribuna como un par de hinchas, ese es el disfrute de los Asprilla.
“Siempre fue muy relajado y a pesar de que me separé de su mamá cuando tenía como tres años, compartíamos vacaciones y viajes. Lo llevaba a Italia e Inglaterra. Cuando yo venía a los partidos de la Selección, siempre estaba conmigo. Los compañeros de la Selección Colombia me lo ayudaron a criar. Hablamos todo el día de fútbol. Somos muy amigos, parceros”, dijo Faustino.
Asprilla fue para muchos el mejor jugador colombiano en la élite del fútbol e, incluso, se catalogó entre los mejores delanteros del mundo. Combinar la fama con el papel de papá no fue nada fácil, menos cuando tuvo que asumir la separación.
“La distancia fue complicada, no existía tanta tecnología como ahora. No le gustaba hablar por teléfono. En las vacaciones y tiempo libre se pedía permiso especial para que tuviera una semana libre y poder compartir con él”, recalcó, dejando claro que con Catalina, la mamá de Santiago, siempre se entendió muy bien para los temas familiares.
Aunque de personalidad disten mucho, Santiago tiene una particularidad semejanza con su papá.
“Yo diría que lo mujeriego. Ese muchacho es muy noviero, le gustan mucho las mujeres. Es un peligro”, dice entre risas el ‘Tino’, quien irónicamente es quien le pide a su hijo portarse bien y ser serio en las relaciones.
Santiago fue papá a muy temprana edad. Dice Faustino que así como tuvo olfato goleador, ya se olía con el instinto de papá que sería abuelo.
“Preciso pasó, esperé con ansias que naciera. A la semana cargué a Juanita en Orlando. Santiago estaba muy chiquito para tener hijos y me tocó ayudarle mucho”, recordó con alegría.
Ser abuelo fue la causa del bullying entre los amigos de la Selección Colombia, como Víctor Hugo Aristizábal, quien le cantaba canciones dedicadas a los abuelos.
Además de papá, el ‘Tino’ es abuelo a sus 52 años. Juanita es su otra adoración.
“Me toca verla por videollamadas y no ha podido visitarla, estoy pendiente de ella. Es grande, bonita y crece muy linda”, dijo con ternura.
Se vio el Rey León 30 veces. Dice saberse de memoria la película favorita de su hijo pequeño. “De las cosas más lindas es volver a ser niño cuando se tiene hijos”, recordó.
Poco le tocó cambiar pañales o dar tetero, tuvo la fortuna de tener una niñera que lo ayudó con el proceso infantil de Santiago, incluso, en la adolescencia. Se siente orgulloso de la madurez que adquirió su hijo desde pequeño.
“Una vez no fue al colegio por irse a jugar videojuegos y eso no es grave”, destacó el ‘Tino’.
De las cosas que lamenta es haber tenido que ver crecer a su hijo desde lejos. Sin embargo, cuando lo ve aprovecha al máximo el tiempo. Montan a caballo, pasean en moto, van al mar o juegan fútbol.
“Al principio me dio muy duro en Italia no tenerlo, pero era mi motivación para salir y hacer las cosas bien y me fui acostumbrando”, relató.
Se autodenomina un buen papá. Todo lo que hace es por y para Santiago y Juanita. Cree que su mayor acto de responsabilidad fue tenerlo como hijo único y no dedicarse a dejar mujeres embarazadas, pese a todas las oportunidades que se le presentaron.
“Vivimos juntos en Tuluá, me acompañaba a jugar cartas. Tenemos una linda amistad”, dijo Asprilla, quien aclara que estando junto a su hijo se le olvida el mundo entero. No hay tiempo de parrandas o distracciones, él es su mundo.
De los momentos indescriptibles para el ‘Tino’ con su hijo fue viajar juntos al Mundial de Rusia 2018. Además de disfrutar los partidos, se comportó como el papá ‘cuartero y alcahueta’.
“Llegamos a un hotel donde estaban Maradona, Ronaldo el fenómeno, Puyol, Casillas, Carlo Ancelotti y Didier Drogba. En el hotel había una niña muy bonita, una rusa, y le hablé en inglés, le dije que le iba a presentar a mi hijo. Salieron allá hasta a rumbear y hoy son muy amigos”, contó con gracia.
Para Santiago, estar en medio de las estrellas fue un sueño cumplido y ver cumplir los sueños a los hijos, para el ‘Tino’, no tiene precio. Incluso, pudo jugar fútbol con ellos en las coloquiales ‘recochas futboleras’, como él mismo las describe, organizadas por la Fifa.
No cambiaría por nada del mundo el abrazo que le dio a Santiago cuando la Selección Colombia jugó en el Eje Cafetero y pudo dedicarle sus goles con la Tricolor.
“Lo senté con la niñera ahí cerca a la cancha. Aunque estuvo en casi todos los partidos de las Eliminatorias al 98”, reveló.
Quiere que Santiago lo recuerde con alegría y que cuando hable de su papá resalte que es una buena persona, ese es el mejor legado que dice dejarle, lejos de la plata o cualquier herencia material.