Deportistas bajo los escombros en Turquía y Siria

Los puños arriba son la señal de la victoria de algunos deportistas cuando suben al podio o salen victoriosos en su disciplina. Esa misma expresión, es la que indica que se debe hacer silencio absoluto en medio de los escombros para los rescatistas en Turquía y Siria.

Parados en lo más alto de los escombros del hotel Kircuval en Malatya y sin pronunciar una sola palabra, los organismos de emergencia lograron rescatar a tres de los integrantes del equipo masculino de voleibol del Metropolitan Belediyespor que se hospedaba en el lugar. De las 135 habitaciones, sólo quedan pedazos.

“Dios, por favor que este no sea mi último día, no me quiero ir así”, oró Pedro Nieves, voleibolista sobreviviente de Puerto Rico mientras la tierra se movía la tierra incesante y la destrucción llegaba, relató a SEMANA.

“Vi personas que perdieron todo: familiares, amistades y su apartamento. Además, muchos de ellos de bajos ingresos, que uno sabe que trabajaron duro. La gente fue a los mercados apenas pasó todo, pero había gente rompiendo los vidrios de la tienda, peleándose. Fue un caos”, dijo.

Bajo las ruinas, también están las jugadoras del equipo de voleibol Rasus Kimya Hatay. Las jóvenes permanecían concentradas en Kahramanmaras y a las las 04:17 hora local el terremoto de 7.8 grados no dejó rastro de ellas. La mayoría de estas jugadores, son de la República Turca del Norte de Chipre y estaban listas para el torneo celebrado en Adiyaman.

“Me rompió el corazón que hay un equipo en otra ciudad, de hecho rivales del equipo de mi novia, fallecieron 13 de las 14 deportistas aplastadas por un edificio donde se estaban quedando. Con cualquier temblor o sonido me siento extraño”, indicó pedri y agregó.

“Las amigas de mi novia eran del equipo de voleibol de Gaziantep. Compartían muchas veces a la semana con esas personas y tres o cuatro cercanas a ella fallecieron. Justo me contó que había hablado con ellas antes del suceso. Lloré muchas noches, dormí en el carro, mientras las personas dormían a la intemperie.”, puntualizó.

“Hay jugadores desaparecidos y un arquero muerto”, dijo Robert Mejía a SEMANA desde Turquía. El jugador colombiano del Giresun, ciudad que queda a siete horas de Ankara, capital de ese país. Mejía, se quedó corto al describir lo sucedido.

Él, junto a Alexis Pérez y Jorman Campuzano son los cafeteros en la Liga Turca que permanece suspendida. Los tres están sanos y salvos. Sin embargo no son ajenos a la tragedia.

“Ahora no es tiempo para el fútbol. Los nuestros están en ruinas, sus familias de luto o esperando noticias, enterrando sus cuerpos”, dijo el presidente del equipo de fútbol Yeni Malatyaspor, Ahmet Yaman con el inmenso dolor por la pérdida de Ahmet Eyup Turkarslan portero de su club, al que se refería Robert. “Descansa en paz, no te olvidaremos por ser una hermosa persona”, expresaron en redes sociales de la escuadra de fútbol. La esposa del guardameta fue rescatada con signos vitales, pero con el desconocimiento del fallecimiento de su pareja.

Otro colega de los colombianos en el balompié en cambio, prefirió saltar del balcón antes que morir aplastado por las paredes de su casa. Se trata del defensa de 33 años del Yeni Malatyaspor, Barış Başdaş, quien resultó gravemente herido según declaró Serdar Topçu, representante del jugador al periódico alemán Bild.

El desespero del sismo fue tal que no dudó en lanzarse del en el segundo piso. El zaguero sobrevivió, pero tiene lesiones en el pie que requirió hospitalización en un centro médico colapsado por los miles de heridos. El terremoto registra más de 70 mil personas afectadas.

Para los encargados de rescatar a los atrapados, callar en vez de hablar significa una posibilidad. Para la familia del ghanés del Hatayspor, Christian Atsu que pasó por equipos como Feyenoord, Porto, Chelsea y Newcastle United, es lo contrario. El silencio les indica que su ser querido no aparece.

Del extremo se ha dado diversas informaciones que aumentan la angustia de sus seres queridos. Tras derrumbarse su edificio en Hatay, se dijo que había sido encontrado con vida y se recuperaba en un hospital de la zona. Sin embargo, su representante desmintió la noticia.

“Actualmente estoy en Estambul. La situación sigue siendo la misma, aún no se ha encontrado a Christian Atsu. A menos que vea a Christian o hable con él, no tengo más actualizaciones”, escribió en sus redes Nana Sechere.

La jornada apocalíptica que tocó al deporte el pasado lunes, dejó también milagros de vida como el de Kerim Alıcı, lateral turco que como buen deportista, luchó con todas sus fuerzas por salir por sus propios medios de las edificaciones que hoy son desechos.

“Estaba en un quinto piso y pudo salir media hora después del colapso del edificio. Lo salvó que estaba despierto y con el teléfono en la mano cuando todo ocurrió. No había podido dormir durante la noche y gracias a eso afortunadamente pudo encontrar una salida”, relataron sus familiares a los medios turcos.

Al tanto de la tragedia, Gianni Infantino, presidente de la Fifa se pronunció. “En nombre de la comunidad mundial del fútbol, me gustaría expresar mi más sentido pésame a las familias y amigos de quienes perdieron la vida en los terremotos de Turquía y Siria”.

Bajo las ruinas también están los deportistas de Lucha que perdieron la batalla contra la muerte que llegó de la mano del sismo. Ahmet Tas, Mehmet Eskisarili, Ali Gursoy y Aslan Ekiz son los deportistas de combate que fallecieron en el epicentro de los sismos. Al menos, 30 más, aún están perdidos, según el seleccionador y medallista olímpico, Taha Akgul.

Akgül, lanzó un grito desesperado de ayuda en Instagram.

“El edificio donde están 30 (tal vez incluso 40) de nuestros luchadores restantes en el club Kahramanmarash fue destruido. Nuestros atletas siguen ahí. Estamos esperando ayuda urgente. ¡Socorro, Señor!”, dijo el hombre que ganó el título en los Juegos Olímpicos de Río en 2016 y el bronce en Tokio en 2020.

Esta tragedia natural también ha afectado al balonmano, según el deportista internacional Cemal Kutahya y el técnico del Hatayspor Savas Yuksel la destrucción no permite tener rastro de estos atletas.

“Por favor, por favor, por el amor de Dios, la gente está muriendo aquí”, lloró inconsolablemente el reconocido ex guardameta, Volkan Demirel y su súplica fue escuchada. Rescatistas de todas partes del mundo han llegado a las zonas afectadas y los escenarios deportivos que antes reunían hinchas como el estadio del Fenerbahce de Estambul, son símbolo de colectas solidarias. Incluso, al ex jugador del Galatasaray Kerem Akturkoglu, quien quedó atrapado bajo un edificio derrumbado en el gran terremoto de Estambul en 1999, se le vio de voluntario en la provincia de Hatay.

La catástrofe, como el deporte formó los mejores equipos de seres humanos que se la juegan por salvar la vida de otros y alzar al cielo el puño resiliente.