Tenis
Djokovic, en el ojo del huracán: reacciones violentas y polémicas del jugador serbio
El número uno del mundo brilla en la cancha, pero oscurece con sus escándalos.
El número del mundo del tenis se encuentra en el ojo de la polémica luego de ser retenido en el aeropuerto de Melbourne, de Australia, y se le notificara la decisión de no ser aceptado en el país oceánico por no estar vacunado en contra del coronavirus. El tenista que recibió, a última hora, una determinación que consiste en rechazarle de manera inmediata la visa y hacerle el pedido expreso de la retirada del país, todavía se encuentra en suelo oceánico resolviendo su problema.
Ante dicha situación, las miles de críticas hacia el serbio no se han hecho esperar por parte de los fanáticos del deporte blanco y por supuesto del mundo, pues muchos han tildado esta actitud como un acto más de rebeldía a su laureada carrera, que si bien ha tenido un gran éxito dentro de las canchas, también se ha visto llena de polémicas.
El europeo se ha dado a conocer no solo por su tenis brillante, también por un carácter dentro de las canchas, actitudes arrogantes y de soberbia que han generado malestar en sus rivales y, desde luego, en los aficionados. Una de las más recordadas se dio en la final del ATP de Miami, cuando este estalló en contra del británico Andy Murray.
Durante este juego, el tenista lanzó un improperio absurdo luego de que la tribuna gritara un punto a favor de Murray. De manera vehemente, Djokovic grito: “¡Popuši mu kurac!”, lo que posteriormente fue traducido como un “chúpenme la verga”.
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Durante varios años, el tenista que ostenta 20 Grand Slams en toda su carrera, ha sufrido las graves consecuencias de su genio. En el US Open incluso fue descalificado sorpresivamente por lanzarle un pelotazo a un juez sin intención; sin embargo, el impacto fue tan fuerte que los directivos del torneo tomaron la decisión de sacarlo.
Entre tantas otras, su más reciente rabieta se dio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que lo pusieron nuevamente en el ojo del huracán, en la semifinal ante el alemán Alexander Zverev. El serbio perdió los cabales y lanzó su raqueta en contra del logo de las justas, lo que causó gran molestia dado la importancia de los cinco anillos.
No obstante, este no fue el único lío que tuvo en suelo asiático, pues en otra ocasión el tenista arremetió contra la gimnasta Simon Biles, quien anunciaba en ese momento su retiro de las justas por la presión mediática. “Sin presión no hay deporte profesional. Si tu objetivo es estar en la cima del juego, es mejor que comiences a aprender cómo lidiar con esos momentos, en la cancha, pero también afuera de ella”, dijo el jugador que fue criticado.
Ahora bien, si su carácter lo ha metido en problemas en el circuito ATP, también sus declaraciones fuera de la cancha lo han tenido en graves problemas. Ponerse en contra de la vacunación ha sido fuertemente cuestionado, incluso por sus más grandes rivales como Rafael Nadal y Roger Federer.
“Personalmente, yo me opongo a la vacunación y no quisiera ser forzado por alguien a ser vacunado para estar en condiciones de viajar. Pero, si esto se transforma en algo compulsivo yo debería tomar una decisión. Yo tengo mis propios pensamientos sobre este asunto y no sé si esos pensamientos cambiarán en algún momento”, aseguró en su momento en una transmisión de Facebook Live.
Gracias a esta oposición del tenista, un mar de polémicas se generó meses después. Djokovic fue el encargado de armar un torneo de exhibición en plena pandemia y pico de contagios; dicho certamen, que tuvo la presencia de jugadores como Cilic, Zverev, Thiem, Coric y otros, resultó siendo un total fracaso ya que se desató una ola de contagios.
Ante esto, Djokovic se defendió manifestando que “todo lo que hicimos en el último mes lo hicimos con un corazón puro e intenciones sinceras”, lo que encendió más la polémica. Sus compañeros del circuito, como Daniel Evans y Andy Murray, tildaron esto como un hecho irresponsable, mostrando su malestar.
El número uno del mundo, por lo pronto, sigue a la espera de una decisión en suelo australiano a nada de empezar el primer Grand Slam del año (Australian Open), torneo que, por cierto, es uno de sus favoritos y del cual ostenta un total de nueve trofeos.