EL INTERMINABLE MORA

A la edad en que otros deportistas se retiran, Víctor Mora emprende una gira por Europa.

23 de agosto de 1982

Lo llaman "el indio". Y a sus 38 años de edad no para de correr. Es víctor Mora García, el primer atleta colombiano.
Nació en la clásica "Perseverancia" popular barrio bogotano de calles empinadas y tiendas en las esquinas.
Allí, en medio de la pobreza, creció y se hizo famoso. Es uno de los pocos colombianos mundialmente conocidos. Ganó en tres ocasiones la carrera de San Silvestre, y es imbatible en la prueba portorriqueña de Coamo.
Se dice que es el más rebelde de los deportistas colombianos. Se ha enfrentado varias veces a los dirigentes del atletismo. Actualmente tiene un trabajo de escritorio en el Inderena, pero la mayor parte de su tiempo, a partir de las cinco de la mañana, la dedica a entrenar.
Después de luchar largamente, ha logrado una estabilidad económica y un hogar, una de cuyas alcobas está repleta de trofeos. Pero también conoce el sabor de las lágrimas después de una derrota.
En estos momentos se alista pata hacer una gira por Europa. Buscará enfrentar a los mejores atletas del mundo, y tratará de vencerlos a pesar de sus años. Para él, ganar una carrera es como cumplir un compromiso consigo mismo. La disciplina es un secreto; un secreto con el que ha vencido los años y los pronósticos técnicos. Por eso odia que la prensa lo considere acabado cada vez que no gana una carrera.
Mora es sencillo y temperamental. Alterna el buen humor con estallidos de mal genio, cuyo blanco muchas veces son los dirigentes deportivos o los periodistas.
Su terquedad es proverbial. Ha logrado que su familia viaje con él a cada carrera internacional. Lo cual no deja de justificarse, porque las gana todas. O queda en los tres primeros lugares. "He ganado muchos trofeos, pero las satisfacciones han sido mayores" dice mientras se toma un café, su única bebida.
Los años de infancia fueron duros para Mora. Prefiere no recordarlos. Y ahora, muchos quieren verlo retirado. "Todavía no ha llegado la hora" dice en tono irónico. Sin embargo, afirma que se retirará a tiempo. La decadencia de los grandes campeones le aterra.
Su carrera no ha terminado, y lo sabe. Pero su secreto está en tomar el deporte como tal, y no como un negocio. Cree que muchos de sus colegas no llegan tan lejos como él por no seguir ese consejo.
Ahora, Víctor se prepara para la última parte de su trayectoria deportiva. Sus rivales más inmediatos Domingo Tibaduiza y Silvio Salazar, están lejos de vencerle, aunque el futuro le pertenezca a Silvio, por su juventud. Cuando se retire, estará seguro de haber sido uno de los deportistas más completos y honestos que hayan nacido en el país. Y jamás habrá "hecho el indio".