James Rodríguez desató monumental polémica entre la hinchada del Olympiacos con la celebración de un gol. ¿Qué fue lo que hizo?

Corría el minuto 35 en el Estadio Georgios Karaiskakis en el enfrentamiento entre Olympiacos y Asteras, cuando James Rodríguez, que se desmarcó de dos rivales, le dio el balón a su compañero sur coreano Hwang In-beo, quien a su vez le sirvió al 10 para hacer una pared.

James transportó el balón a primer toque, Hwang se la devolvió y, desde fuera del área, Rodríguez sacó un impresionante remate cruzado y la clavó al palo de la mano izquierda de Niko Papadopoulos.

Era el 2 a 0 del compromiso, que terminó 5 a 0, en el cual, además, puso la asistencia para el tercero.

Con ese resultado, el equipo de Míchel González es cuarto, a 10 puntos del Panathinaikos Fútbol Club, que suma 39 en la SuperLiga de Grecia.

Sin embargo, los elogios hacia James, que no se detienen desde ese lugar del mundo, se llenaron de dudas por la celebración del colombiano, que tras la diana, se fue a un lugar de la tribuna, miró al público y con un gesto de rabia manoteó mientras sus compañeros lo alcanzaban para abrazarlo.

En la parte complementaria, James inició molesto con el árbitro por una patada en el centro del campo, en la que incluso le quitaron uno de sus guayos. El ‘10′ se volteó inmediatamente y le enumeró al juez central la cantidad de faltas que había sufrido desde el pitazo inicial, sin amonestación alguna.

James fue sustituido al minuto 72, porque Míchel decidió sustituirlo por Masouras y también se vio disgustado. Incluso, tomó una botella de agua y la lanzó al suelo. El colombiano fue el mejor valorado del partido.

“Estamos a muy buen nivel. Somos muy exigentes con estos jugadores. Necesitamos muchas tardes para nuestra normalidad. Lo que sé es que el Olympiacos siempre debe tener competencia en la lista. Todos los cambios de hoy salieron bien. Esta es una advertencia para todos. Hay muchos que quieren un 11 diferente”, dijo sobre las sustituciones.

Cesc Fábregas considera a James Rodríguez uno de los últimos futbolistas 10 puros

Cesc Fábregas, exjugador español y mundialista con su selección desde la categoría sub-17 y quien llegó al equipo absoluto en el año 2006, volviéndose capitán, campeón de Europa en 2008 y 2012, y campeón del mundo en 2010, abrió de nuevo el debate sobre los jugadores número 10.

A los encargados de la magia en cada onceno, Fábregas considera que aunque siguen existiendo el llamado fútbol moderno, obliga a utilizarlos en el terreno de juego de forma distinta, por ejemplo, como interiores e, incluso, extremos.

En una interacción con sus seguidores en redes sociales, le preguntaron si en los próximos años se volverá a jugar con enganche y mencionó entre los talentosos a James Rodríguez.

“¿Jugar un número 10 volverá al fútbol moderno en los próximos años?”, preguntó @KMarsh1995.

“Si te refieres al típico número 10 como Kaká, Rui Costa, Ozil, James Rodríguez etc... la realidad es que el fútbol se está alejando de este tipo de jugadores, el número 10 ahora se usa de una manera completamente diferente”, respondió el ídolo español.

En Olympiacos, James está volviendo a ese papel. En nueve encuentros ha anotado dos goles y ha dado dos asistencias con el equipo griego.