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En video: los mejores goles de Maradona
Con las camisetas de Boca, Barcelona, Napoli, Newell’s y, por supuesto, su amada Argentina, el Pelusa anotó algunos de los mejores goles de la historia del fútbol.
Dueño de una zurda inmortal, el legado de Diego Armando Maradona, quien falleció este miércoles a los 60 años, seguramente seguirá inspirando a generaciones de futbolistas e hinchas de todo el mundo.
Dejando tras de sí innumerables elogios, críticas, lágrimas y odios, la figura del Pelusa nunca dejó indiferente a nadie, bien sea por lo que hizo en el fútbol, por su tragedia personal como adicto a las drogas o por sus explosivas declaraciones.
Lo cierto es que en su carrera profesional marcó goles inolvidables, sobre todo con la camiseta de la Selección Argentina, con la que en 1986 conquistó la Copa Mundial de la FIFA en el estadio Azteca ante Alemania.
En ese mismo escenario, el 22 de junio de 1986, marcó la que es considerada la mejor anotación de la historia de los mundiales, el 2-0 ante Inglaterra con una jugada de fantasía en la que sobrepasó a varios rivales arrancando desde la mitad de la cancha y definiendo a arco vacío tras sobrepasar, incluso, al portero Peter Shilton, que fue un mero espectador de lujo.
En su libro autobiográfico, titulado ‘México 86. Mi mundial, mi verdad’, Maradona recuerda que aquella jugada nació “en el pase de Enrique. Sí, más allá del chiste, el pase del Negro es fundamental. ¿Qué pasaba si le erraba por medio metro, eh, qué pasaba? Yo no la recibía como la recibí y no podía girar como lo hice, para sacarme a dos de encima, a Beardsley y al pobre Reid”.
En el texto, publicado a mediados de 2016, Maradona recordaba el paso a paso de su recorrido por el campo del estadio Azteca bajo un sol inclemente y un ambiente caldeado por la talla y el nombre de sus rivales.
Debía ser, precisamente, ese. Inglaterra, el país contra el que Argentina perdió la Guerra de las Malvinas. “Si era por los argentinos, teníamos que salir con una ametralladora cada uno y matar a Shilton, a Stevens, a Butcher, a Fenwick, a Sansom, a Hodge, a Reid, a Hoddle, a Steven, a Beardsley, a Lineker. Pero nosotros nos alejamos de ese quilombo. Ellos eran sólo nuestros rivales”.
A nivel de clubes, vistió las camisetas de seis equipos durante 21 años de carrera. Debutó con Argentinos Juniors en 1976, fichó por Boca Juniors en 1981, pasó a Barcelona en julio de 1982, se fue al Napoli de Italia en 1984, donde más brilló al conquistar una Copa de Europa, Copa de Italia y Supercopa de Italia.
En septiembre de 1992 volvió al fútbol español para vestir los colores del Sevilla, donde militó durante un año hasta que en septiembre de 1993 regresó a su natal Argentina para jugar con Newell’s.
Finalmente, entre 1995 y 1997 jugó con Boca Juniors, club en el que se retiró y que le rindió un homenaje especial el 10 de noviembre de 2001 en el estadio La Bombonera. “La pelota no se mancha”, dijo en su última aparición como futbolista.