Escándalo en el Porto: el equipo de Díaz y Uribe gastó millones en una pitonisa

Al tiempo que las finanzas del Porto han empezado a tambalear, su presidente se ha visto envuelto en investigaciones por presuntos paraísos fiscales y delitos relacionados con la desviación de dinero a distintas empresas que están a nombre de personas cercanas a la dirigencia del Dragão.

A Jorge Pinto da Costa le han sobrado problemas en 2021 y este jueves se sumó uno más al descubrirse la cantidad millonaria que se ha gastado el club en la contratación de una pitonisa. De acuerdo con la información revelada por el Jornal I, hace cinco meses que el Porto contrató los servicios de Madalena Aroso a cambio de 15.000 euros mensuales, algo así como 67 millones de pesos colombianos.

De acuerdo con la prensa portuguesa, el contacto de la vidente llegó directamente por Da Costa y es tratada por los miembros de la dirigencia como “médica”, según A Bola. Aunque no se conoce de manera oficial cuáles son las labores que desempeña Aroso en el conjunto portugués, se dice que su trabajo incluye la lectura del futuro y la premonición de resultados en las competencias que disputa el equipo de los colombianos Luis Díaz y Mateus Uribe.

Jornal Sapo, otro de los medios que ha estado cubriendo la noticia, publicó irónicamente que “la bruja de Pinto da Costa se convirtió en empleada del Oporto. El Porto tiene en su nómina de empleados a la vidente Madalena Aroso, que percibe un salario mensual de 15 mil euros. No marca goles, pero gana bien”.

Todos apuntan contra el presidente

Los últimos meses han sido intensos en las oficinas del Porto a raíz del escándalo que se destapó por el presunto amaño de partidos en la liga portuguesa. Varios clubes de ese país se encuentran bajo investigación, incluido el equipo en el que actúan los colombianos Luis Díaz y Matheus Uribe.

El Ministerio Público de Portugal ha tomado este tema con mucha seriedad e incluso ha realizado revisiones a las instalaciones del cuadro azul y blanco para buscar alguna pista o prueba de la red que habría intercambiado sumas económicas para garantizar resultados en las temporadas recientes. Cabe resaltar que la dirigencia de los Dragones también se encuentra en medio de una denuncia por posibles contrataciones indebidas con sobrecostos en la compra y venta de jugadores.

“Indicaciones presentadas por la Fiscalía (Ministerio Público) sobre ‘entregas a favor de personas con supuesta capacidad de influir en el destino de los resultados deportivos’ puede abrir la puerta a sanciones de carácter deportivo contra el FC Porto”, publicó Récord en su edición impresa, dando cuenta que, en caso de hallar culpabilidad en esta red de amaño de partidos, el club se vería afectado con castigos deportivos como la pérdida de puntos e incluso perder la categoría, como le sucedió a Juventus en 2005 por el Calciopoli.

A Bola profundiza en el caso diciendo que el expediente de la Fiscalía indica que la presunta estrategia para desviar ingresos en la venta de jugadores estaría ligada también con la influencia de terceros en los resultados deportivos.

“Devuelven, a favor del FC Porto y sus directivos, parte de las cantidades recibidas, ya sea en forma de atribuciones directas de propiedad al personal de estos directivos pagando gastos que el propio club o su sociedad anónima no pudo documentar en el caso de formas de apoyo a directores de las barras y entregas a favor de personas con supuesta capacidad de influir en el destino de los resultados deportivos”, explica el medio, que tuvo acceso al documento de la denuncia.

“Todavía sueño con tener tiempo para demostrar en el lugar adecuado la orquestación de un determinado medio, de calumnias y mentiras, para defenderme a mí mismo, al FC Porto y a mis amigos”, dijo Pinto da Costa durante la gala de los ‘Dragones de Oro’, premios que entrega el Porto a los talentos de las distintas disciplinas del club.

“Estoy seguro de que tendré tiempo para demostrar lo que siempre he sido, lo que me han enseñado a ser: serio y honorable”, agregó el presidente, que está en el cargo desde 1982.